Juan de Dios Vargas, detective privado: «ahora, la mayoría de las infidelidades se pillan por WhatsApp y la nuble de Apple»
Vivienda y absentismo laboral: los temas que más abundan sobre la mesa de los detectives privados, según Juan de Dios Vargas. Foto: Confilegal

Juan de Dios Vargas, detective privado: «ahora, la mayoría de las infidelidades se pillan por WhatsApp y la nuble de Apple»

Considera un acierto la reciente proposición de ley aprobada por el Congreso para la creación de un Consejo General de Colegios Oficiales de Detectives Privados
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15/5/2025 00:35
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Actualizado: 15/5/2025 01:58
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El trabajo de un detective ha cambiado profundamente en las últimas décadas. No sólo por la llegada de las nuevas tecnologías, sino también por las preocupaciones de los ciudadanos que llegan hasta la mesa de estos profesionales.

Una realidad que ha vivido Juan de Dios Vargas en primera persona. Y es que, en su larga trayectoria en el sector, siendo uno de los primeros detectives del país, Juan de Dios ha vivido las principales revoluciones del sector. Entre ellas, el profundo cambio de la población, antes más centrada en descubrir infidelidades. Y ahora, centrada en otros menesteres como la vivienda o el absentismo laboral.

Cambios que también se han producido a nivel legislativo. Y es que los detectives cada vez tienen que ser más conocedores de la Ley. Porque los tiempos cambian, y muchas de las acciones detectivescas que antes no tenían repercusiones, ahora pueden provocar la pérdida de la licencia. También en el caso de la información ‘digital’.

¿Cómo comenzaste en el mundo de los detectives privados?

Yo iba para Guardia Civil. Mi padre era militar. Y en aquella época, me presenté a comienzos de los 80. Me quedé a las puertas, no conseguí entrar en la Academia General. Intenté entrar de Guardia Civil raso, y mi madre entró en cólera.

En mi caso, no tenía ningún familiar Guardia Civil. Y lo dejé, por no provocar un disgusto fuerte en casa. Era una carnicería, los años de fuego, que se llaman.

Entonces, me puse a estudiar Derecho. Resulta que me comentaron que había una carrera nueva, que estudiabas criminología y luego te especializabas en detective privado. Yo no sabía nada de eso, pero me apunté a criminología. Y desde esa fecha. Yo soy de la primera promoción de detectives universitarios de la Universidad de Alicante. 

Al ser de la primera promoción, soy el segundo colegiado vivo más antiguo de la Comunidad Valenciana. Soy más antiguo que el Colegio de Detectives. En octubre haré 39 años de detective privado.

«En el pasado hicimos cosas por el bien del cliente. De sacar un hijo de las drogas, localizar a una persona, sacar a una persona de la prostitución…, pero ahora mismo, en esas acciones te puedes jugar la licencia. Y no te la juegas por un cliente».

¿Qué ha cambiado en estos casi 40 años?

Lo más significativo tal vez es que el uso del Derecho, de la norma, se hace prácticamente absoluto. Y en ocasiones, insoportable.

Yo viví una época en la que se hacían muchas cosas, bastantes, que ahora serían impensables. Hacíamos cosas que ahora no se podrían hacer porque el Derecho no te lo permite.

Nosotros no nos regíamos por el derecho. Hacíamos las cosas porque había que hacerlas y punto. Había muchos menos límites.

Ahora, siempre se trabaja con el uso del Derecho. Todos los temas hay que hacerlos dentro de un parámetro legal, si se puede hacer, si vas a extralimitarse en los medios. Porque las sanciones son gravísimas, y pueden suponer, de entre 300 hasta 300.000 euros.

Yo llevando casos de compañeros que les han puesto sanciones de 30.000 o 40.000 euros. Y una sanción a un autónomo de 30.000 euros, es prácticamente el cierre del despacho.

Anteriormente, no se veía con la perspectiva que se ve ahora. Y no sólo te tumban una sentencia. Las consecuencias pueden ser una sanción, o que te retiren la licencia. Lo que nos ha llevado esto es a actuar con muchísima cautela. Incluso rechazando clientes. Porque el perjuicio que puedes tener, no te compensa.

En el pasado hicimos cosas por el bien del cliente. De sacar un hijo de las drogas, localizar a una persona, sacar a una persona de la prostitución…, pero ahora mismo, en esas acciones te puedes jugar la licencia. Y no te la juegas por un cliente.

JUAN DE DIOS VARGAS
Juan de Dios Vargas es uno de los detectives privados más respetados y reputados de nuestro país. Foto: Confilegal.

¿Cómo podrá afectar la proposición de Ley para la creación de un Consejo General de Colegios Oficiales de Detectives Privados de España al sector?

Es una medida que llevábamos buscando mucho tiempo. Necesitamos tener un código deontológico común. Y enfrentarnos a la Administración pública con una voz común. Especialmente, para defendernos del régimen sancionador que pesa sobre nosotros.

También para conseguir dejar de depender del Ministerio de Interior, un departamento más «policial», y ser dependientes de Justicia. Así, podríamos estar regulados, al igual que lo están procuradores, o abogados.

Para nosotros, es esencial tener un Consejo General de Colegios Oficiales de Detectives Privados de España. La proposición de Ley aprobada por el Congreso, impulsada por el diputado Fernando de Rosa, es un acierto completo. Es algo que necesitamos como el agua

Otra reivindicación que tenemos es la promulgación de una ley que regule la investigación privada. De forma independiente de la Ley de Seguridad Privada.

Es algo fundamental, porque estamos metidos en la Ley 5/2014 con calzador. Una ley que ha cumplido 11 años, y que nos mezcla con la seguridad privada, con la que no tenemos nada que ver.

Si se constituyese este Consejo, ¿aceptarías ser el primer presidente del órgano?

Sí, estaría encantado de serlo. Pero lógicamente, esa decisión es de los compañeros que son los que, en definitivamente, ostentan la representación de los detectives.

¿Cuáles son las principales acciones que provocan sanciones a detectives?

Obtener informaciones para las que tienen que pagar. Ir por la puerta de atrás. Eso se ha reducido mucho. No quiero decir que no se haga, pero se ha reducido mucho.

Es decir, obtener informaciones de la Seguridad Social, de Hacienda. De fuentes cerradas. Todo eso lo tenemos vetado. No se puede plantear.

La obtención de la mera información puede dejarte sin licencia, y las sanciones son muy severas.

La mayoría de problemas lo tenemos en los casos de obtención de datos fuera de los canales oficiales, los conductos reglamentarios. Por ejemplo, información bancaria, o telefonía. Y los clientes se enfadan porque te niegas a conseguir, por ejemplo, un listado telefónico.

«Para nosotros, es esencial tener un Consejo General de Colegios Oficiales de Detectives Privados de España. La proposición de Ley aprobada por el Congreso, impulsada por el diputado Fernando de Rosa, es un acierto completo. Es algo que necesitamos como el agua».

Ahora mismo, ¿las redes sociales también facilitan el trabajo?

La aparición de las redes sociales es una de las transformaciones más grandes que ha asumido el gremio. Yo recuerdo haber perdido clientes de la noche a la mañana porque esa información la consiguen por Internet.

Por ejemplo, todo el mundo puede sacar una matrícula, o una nota del registro de la propiedad. Todo eso que la mayoría de la gente puede hacer incluso desde un móvil, para nosotros ya no es un trabajo por el que se pueda cobrar.

Esa es una de las revoluciones que ha tenido el sector.

Pero ese uso de las redes sociales ha hecho que nosotros tengamos que adaptarnos. En mi caso, con mayor motivo, porque he pasado de la era analógica, a ahora, que lo tenemos todo al instante.

Por una parte, mejora la obtención de información. Por ejemplo, en un tema que hicimos, fue el despido de una gerente. El informe llevaba un 80% de información de redes sociales, y un 20% vigilancia física.

Hay compañeros que se han especializado en esto, porque mucha gente sigue cayendo en lo de siempre. Si estás de baja, no publiques fotografías del viaje.

Uno de los temas más curioso que hemos sacado por las redes sociales es el encargo que nos hicieron de encontrar un gato.

A una persona le pilló la pandemia de viaje, y dejó un gato al cuidado de una persona. Y cuando volvió, no querían devolverlo. Nos contrató para localizar al gato, con el único dato que teníamos: el teléfono móvil que la persona que tenía al gato había puesto en milanuncios.

Y a partir de ahí, a través de los estados del teléfono, y las fotos que ponía ahí, nosotros conseguimos localizarlo.

Eso sí, lo mismo que tienes las barreras físicas en una investigación que puede invalidarla, también tienes las digitales. No todo vale. Y corres el riesgo de obtener una información que luego no puedas utilizarla. 

¿Quienes son los que más acuden a los despachos de detectives, y por qué temas?

Lo mismo que ha variado la profesión, también han variado los clientes. Si por ejemplo, en la época de Franco el 80% eran temas de infidelidades, ahora prácticamente no llegamos al 5%. Nuestros ingresos no suelen venir de ahí, a pesar de lo que la gente pueda pensar. La mayoría de las infidelidades se pillan por WhatsApp, y por la dichosa nube de Apple, con todos los dispositivos conectados.

Las infidelidades que suelen entrar son aquellas que tienen componente económico. Y a veces, viene directamente el bufete de abogados, que tengan un cliente con dinero, y encarga ver si la mujer puede tener algún lío. Y te llaman porque la separación va a ser conflictiva. 

Casos en los que la infidelidad no es el fin, sino el control de la información, los hijos, etc. Una información que se va a utilizar para negociar, y evitar que el tema acabe en los juzgados, o que se haga excesivamente público. Y muchas veces, tratamos el asunto como un incumplimiento contractual. 

Ahora, los campos en los que más se está trabajando es en la investigación laboral, que se ha disparado. Especialmente, los temas de las bajas, el absentismo. A los detectives nos tiene desbordados. También la competencia desleal. 

Y otro de los terrenos, es el mundo de la vivienda. Los arriendos. El desequilibrio de la oferta y la demanda, y el gravísimo problema de la vivienda. El tema de las okupaciones, en el que estamos haciendo muchos trabajos de informes para desacreditar la vulnerabilidad.

Porque hay muchos que están basados en falsedades. Porque están trabajando en negro, es falso que los hijos vivan con ellos, etc.  También hay muchas investigaciones para conocer si hay gente subalquilada en una vivienda, por habitaciones. Incluso para ejercer la prostitución.

En el ámbito familiar, ya no son las infidelidades. Lo que estamos haciendo mucho es también en relación con la vivienda. Especialmente, el uso de la vivienda familiar para convivir con una tercera persona.

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