Pilar Llop: «Estoy en política para que la igualdad entre hombres y mujeres sea una realidad»
La magistrada Pilar Llop, diputada autonómica del PSOE de Madrid, es una de las grandes expertas en este campo; su destino, hasta su entrada en la política, era uno de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer de la capital. Confilegal.

Pilar Llop: «Estoy en política para que la igualdad entre hombres y mujeres sea una realidad»

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06/7/2015 00:00
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Actualizado: 12/4/2022 13:40
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Hace dieciséis años que Pilar Llop es juez. Procede de una familia humilde. Su padre fue taxista y luego empleado de banca. Su madre, peluquera. Ha llegado donde ha llegado a base de estudio y trabajo duro. Cree en la igualdad. En especial en la de la mujer. Es lo que le ha empujado a dar el salto a la política de la mano del PSOE.

TEXTO Y FOTOS: YOLANDA RODRÍGUEZ Y CARLOS BERBELL

La nueva diputada por el PSOE a la Asamblea de Madrid, Pilar Llop Cuenca, está especializada en violencia de género y violencia doméstica. Ha sido el motor de gestión del Observatorio contra la violencia doméstica y de género, en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), y también de la Comisión de Igualdad, primero con la presidenta Inmaculada Montalbán, aunaba las dos responsabilidades, y luego con su sucesora en el Observatorio, María Ángeles Carmona, y con la actual presidenta de la Comisión de Igualdad, Clara Martínez de Careaga.

La «jueza» Pilar Llop es, además, una de las grandes especialistas en cooperación internacional de la Administración de Justicia. Habla cuatro idiomas (español, francés, inglés y alemán) y se defiende en dos más (italiano y búlgaro).

Actualmente Pilar Llop es la magistrada titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 5 de Madrid, aunque en estos momentos se encuentra en «servicios especiales». Una situación similar a la de la excedencia pero que tiene la particularidad de que su carrera profesional, como jueza, continúa corriendo, tal como si estuviera ejerciendo la jurisdicción.

Que es juez lo tiene muy claro y muy presente: «Yo no soy política. Cuando termine esta etapa regresaré a mi juzgado», dice con una sonrisa desarmante.

Pero mientras eso llega, va a trabajar para que en España no haya unos más iguales que otros, como relataba George Orwell en su «Rebelión en Granja». Porque esa es la clave de la democracia, la igualdad de derechos y de deberes de todos los ciudadanos y ciudadanas.

La entrevista tuvo lugar en la Asamblea de Madrid, en un día muy especial: el décimo aniversario del nacimiento de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer.

«YO NO SOY POLÍTICA. CUANDO TERMINE ESTA ETAPA REGRESARÉ A MI JUZGADO»

Las dos violencias, la de género y la doméstica, son materias que usted conoce muy bien. Es tiempo de hacer balance. ¿Cuál es el suyo?

En este último decenio, desde que se aprobó la Ley Integral contra la Violencia de Género, se han producido muchísimos avances pero también, queda mucho todavía por hacer.

Accedí la carrera judicial en el año 99. Hace dieciséis años. En 2001 comencé como jueza de instrucción. Entonces todavía no se visibilizaba la violencia de género. Porque estaba dentro de lo que era el concepto de violencia doméstica. Entonces ya tuve la oportunidad de instruir varios casos de violencia sobre las mujeres. Después accedí, en 2009, a un juzgado especializado en violencia sobre la mujer.

Recordemos que fue en 2004 cuando se aprobó la Ley Integral.

Usted ha sido letrada en el Observatorio contra la violencia domestica y de género, desde donde se han hecho muchísimos proyectos para hacer visible toda esa problemática. ¿Ha sido un trabajo eficaz?

Ha sido importantísimo porque lo que habíamos observado cuando se crearon los juzgados de violencia sobre la mujer, en junio del año 2005, fue que la violencia de género era invisible. No se sabía cuántas mujeres eran agredidas o cuantas denuncias por violencia sobre la mujer se producian en España.

Sólo se cuantificaba el número de fallecidas por violencia doméstica. Cuando comenzaron a funcionar los Juzgados de la Violencia sobre la Mujer se triplicó el número de denuncias. Se triplicó. Lo repito, para que nos demos cuenta de su importancia.

Este es un dato muy significativo que hay que tener en cuenta. Afloró mucha violencia que se encontraba oculta. Porque además, cuando se promulgó la Ley, se hicieron campañas de sensibilización.

Toda la sociedad se movilizó. Se informó a toda la sociedad de lo que era la Ley de Violencia y, no únicamente a la sociedad sino también, a los profesionales que trabajaban de alguna manera desde un punto de vista integral en el tratamiento de la violencia.

«CUANDO COMENZARON A FUNCIONAR LOS JUZGADOS DE VIOLENCIA SOBRE LA MUJER SE TRIPLICÓ EL NÚMERO DE DENUNCIAS»

Ahora que ha dado un salto a la política, ¿cómo va a visibilizar su compromiso con las mujeres en este nuevo ámbito?

Pues este compromiso se tiene que visibilizar implementando las herraientas legales que existen actualmente. Porque la Ley de Igualdad del año 2007 establece una serie de mecanismos para fomentar y garantizar que exista una auténtica y verdadera igualdad de oportunidades entre las mujeres y los hombres. A través de la existencia, por ejemplo, de los planes de igualdad. Tienen que ser planes actualizados.

A mí me gustaría que, aquí en la Asamblea de Madrid, se hiciera un plan de igualdad entre mujeres y hombres para conocer si existen brechas de género. Y para conocer si las políticasm que se van a hacer aquí también, pueden impactar e impregnar de género todas las acciones que se emprendan en este ámbito y en cualquier otro ámbito.

Para eso estoy aquí. Estoy en política para que la igualdad entre hombres y mujeres sea una realidad

¿Cree que es posible llevar a término este proyecto tan ambicioso que plantea?

Bueno, primero habrá que hacer una propuesta y la Mesa de la Asamblea decidirá si se puede llevar a cabo. Yo creo que sí. No es una propuesta ambiciosa. Se trata, sencillamente, de aplicar la Ley, que para eso está. Una Ley que es, además Orgánica.

Usted ha entrado en política con un compromiso claro. ¿Se considera usted política?

Yo no me considero política.

«EL TURNO DE OFICIO NECESITA SER DIGNIFICADO PORQUE EJERCE UNA FUNCIÓN IMPRESCINDIBLE PARA EL ESTADO DE DERECHO»

¿Cuál es el papel que tiene previsto jugar dentro del Grupo Socialista en la Asamblea de Madrid? ¿Hacia donde van a ir dirigidos sus esfuerzos?

Quiero que mi papel vaya encaminado en dos frentes, que son en los que me he movido a lo largo de mi vida profesional. Uno es el de la Justicia, que domino, porque es lo que soy. Cómo funcionan los órganos judiciales. Las necesidades de la Administración de Justicia de la Comunidad de Madrid, tanto en medios materiales como personales. Recuerden que yo soy juez en Madrid.

Luego está el otro campo, la otra faceta, el de la igualdad. Creo que mi bagaje, por mis años en el Observatorio y en la Comisión de Igualdad del Consejo, me va a ayudar mucho.

Uno de los grandes problemas que tiene la Comunidad de Madrid es el turno de oficio. También está la construcción de la nueva ciudad de la Justicia de Madrid, que va camino de superar la construcción de El Escorial. ¿Cuál es su opinión sobre estas dos asignaturas pendientes?

El turno de oficio necesita ser dignificado porque ejerce una función imprescindible para la salvaguarda de los derechos fundamentales de las personas.

Además, el turno de oficio también debe de ser complementado con un instrumento de garantía de protección de derechos: las oficinas de asistencia jurídica. Se denunciaron varios convenios que había para el asesoramiento gratuito y asesoramiento universal a todas las personas con independencia de sus recursos económicos que pudieran tener un primer asesoramiento y que luego fueran derivados a las diferentes jurisdicciones.

Se les asesoraba para saber si hacía falta tener un abogado. Si era necesario interponer  o no una demanda, una denuncia, etc. Este es nuestro compromiso con el Colegio de abogados de Madrid, con la decana del Colegio de abogados y con todos los abogados y abogadas madrileños.

También reclamaremos que se pague la deuda de más de 5 millones de euros que se tiene con el turno de oficio y que se agilicen sus trámites a plena satisfacción. Porque no se pueden poner trabas burocráticas cuando estamos hablando de la protección de derechos fundamentales.

En la medida de nuestras posibilidades, vamos a tratar de cumplirlo. Aunque recuerden que nosotros no estamos en el gobierno sino en la oposición.

«LOS SINDICATOS TIENEN QUE DAR SU OPINIÓN SOBRE LO QUE CONSIDERAN NECESARIO PARA HACER UNA CIUDAD DE LA JUSTICIA QUE SEA PARA TODA LA CIUDADANÍA MADRILEÑA»

¿Y sobre la ciudad de la Justicia de Madrid? La futura. 

Sobre la ciudad de la Justicia: siempre nos hemos manifestado a favor de que exista una lógica concentración de juzgados y tribunales que facilite y haga más operativa la función de todo el entramado judicial, del que forman parte abogados, procuradores, procuradoras, fiscalías, jugados y, por supuesto. Pero, esto tiene que ser realizado desde un punto de vista de todos los que estamos implicados en ese proceso negociador.

Todos necesitamos dar nuestra opinión. Desconozco si esos criterios son los más eficientes, pero sí tengo muy claro de que existe una falta de transparencia en lo que ha sido la publicidad de este proceso negociador sobre la Ciudad de la Justicia.

Los abogados se han mostrado muy contrarios. Dicen que no se han tenido en cuenta las recomendaciones que han hecho, y que, además, se ha planteado una Ciudad de la Justicia para ahora pero no una ciudad de la Justicia con vistas al futuro…

Es posible que sea así porque, desde luego, cuando nosotros planteamos una Ciudad de la Justicia tenemos muy presente la cantidad de reformas legales y procesales a las que nos enfrentamos.

El proyecto de Ciudad de la Justicia actual no ha tenido en cuenta las reformas que se avecinan y que van a suponer un cambio de la propia estructura física de los edificios.

Porque si la instrucción finalmente se transfiere al Ministerio Fiscal hay que tener muy presente que deben seguirse las recomendaciones de organismos internacionales respecto al tratamiento que debe de darse a víctimas o infractores. No es de recibo, por ejemplo, que en un pasillo tengan que coexistir mientras esperan a ser recibidos. Debe garantizarse una auténtica confidencialidad. Por no mencionar las salas especializadas para llevar a cabo las exploraciones a los menores.

Estos aspectos, y muchos otros más, es muy importante tenerlos en cuenta. Aquí no vale sólo el aspecto técnico o arquitectónico. Hay que tener presente el punto de vista operativo, judicial y de derechos humanos.

La estructura de un edificio es una herramienta que garantiza los derechos de las personas y el acceso a la Justicia.

«LA ESTRUCTURA DE UN EDIFICIO ES UNA HERRAMIENTA QUE GARANTIZA LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS Y EL ACCESO A LA JUSTICIA»

Volviendo a la igualdad, ¿no cree que es un concepto olvidado por muchos o quizás menospreciado?

Claro, pero yo, por mi origen, por donde vengo, de donde procedo, lo tengo muy presente. Una de las batallas que estamos librando, en este campo, y que vamos a ganar, es la batalla contra los estereotipos, contra la idea de que las mujeres somos seres inferiores. Son muchos siglos de propaganda machista que tenemos que extirpar de las mentes de los españoles, hombres y mujeres.

No es de recibo que las mujeres sigan muriendo por la violencia machista. Tenemos que trabajar más en el campo de la educación, para que los más jóvenes aprendan que nadie es más que nadie. Que hombre o mujer, no hay diferencias.

No sé si en la Asamblea voy a estar en la Comisión Permanente, que es la de mujer. Porque todavía no se han configurado las comisiones. Pero me encantaría estar. Tengo mucho que aportar.

En estos momentos, lleva usted en política casi dos meses. ¿Es muy diferente de la Justicia?

Es muy distinta. Lo que ocurre es que yo he hecho una fase transitoria que ha sido mi etapa estos últimos cuatro años, en el Consejo General del Poder Judicial. Aunque mi puesto de trabajo era un puesto técnico, como letrada, no obstante, el órgano de gobierno de los jueces y las juezas es un órgano de indudable carácter político judicial. Por eso, el cambio no ha sido tan traumático.

La política que se hace aquí es totalmente distinta a la que se hace en Justicia. Espero, en este nuevo ciclo, aportar mi grano de arena y colaborar en  este cambio social que tanta falta nos hace.

Usted viene de una familia humilde, de personas trabajadoras que no tienen nada que ver con el mundo del Derecho ni de la Justicia. ¿Por qué decide estudiar Derecho?

Fue una decisión totalmente personal. Nadie me influyó para estudiar nada. Y pensé que Derecho era una carrera de gran utilidad porque la Ley regula todo. La Ley nos rodea.

Termina usted la carrera de Derecho y prepara oposiciones para juez, ¿por qué? 

Hice mi último año de carrera en Austria, con un Erasmus. Por aquel entonces, me apasionaban -y ahora también- las cuestiones internacionales. Sabía que en el Consejo General del Poder Judicial había un servicio de relaciones internacionales en el que había mucha actividad en ese campo, que era a lo que yo me orienté desde que entré en la la carrera judicial.

España es un país muy importante a nivel europeo, desde el punto de vista judicial. Esto, pocas personas lo saben, pero nuestra huella y nuestra presencia se ha hecho notar en los últimos 15 años.

Siendo juez, tuve la posibilidad de irme medio año a Bruselas, a la Comisión Europea, donde trabajé en cooperación internacional. Después, tuve la oportunidad  de ir a Bulgaria, más de un año y medio, donde contribuí a implementar un proyecto de implementación del Consejo de la Magistratura en ese país dentro de un programa de colaboración de la Unión Europea. Un «Twinning».

¿Cuántos idiomas habla?

Hablo cuatro idiomas: Español, francés, inglés y alemán. También me defiendo en italiano y en búlgaro.

¿Cuándo se dio cuenta de que Europa tenía que ser construida desde la justicia?

Desde el primer momento. La justicia es una clave esencial y el epicentro de todas las políticas europeas. Cuando las personas no son capaces de reclamar todos estos derechos, que desde las instituciones europeas se nos viene reconociendo, tiene que acudir a la justicia para reclamarlos.

Por eso digo que la justicia es el epicentro.

La última trinchera de la democracia…

La última trinchera de la democracia, sí.

Y sin embargo,  se ha ido a la política…

Me he ido a la política para acercarme, para verlo todo desde otra perspectiva diferente a la de mi mundo. Espero ser mejor jueza cuando vuelva.

«LA JUSTICIA ES LA ÚLTIMA TRINCHERA DE LA DEMOCRACIA, SÍ»

Qué opina de lo que se dice, sobre los que, como usted, marchan a la política, ¿están contaminados para administrar justicia después?  

Entiendo que quien no conoce como se aplica y se administra la justicia pueda tener ese tipo de opiniones. Esto no tiene porque ser así. Ni es así.

Y otra cosa muy importante, en mi caso, es que yo soy una independiente en la lista del PSOE.

Eso me gustaría que quedara claro y quedara reflejado.

Y así estoy actuando, con gran independencia.

¿Ha pedido su baja temporal de Jueces para la Democracia?

Sí. Sigo pagando la cuota de Jueces para la Democracia, pero estoy en una situación especial. No como jueza en activo, que no lo estoy. Es equivalente a los servicios especiales, dentro de la asociación.

¿Está a favor de las ‘puertas giratorias’ o depende de los casos?

Estoy a favor de todo aquello que la legislación regula. La legislación prevé la posibilidad de que cuando un juez, o una jueza, se dedica a la política, queda en servicios especiales. Y también que, con posterioridad, pueda volver a su puesto o su destino.

Por otra parte, existen mecanismos judiciales, procesales, para identificar supuestos de contaminación. Para eso están las recusaciones y las abstenciones.

¿Se considera usted una persona de izquierdas?

Soy una persona progresista y una persona que está a favor de los servicios sociales, a favor de la igualdad de oportunidades. En esto coincido plenamente con las ideas socialistas. Mi ideología está más próxima a las ideas socialistas y la evidencia es que soy diputada por el PSOE a la Asamblea de Madrid.

Pero quiero dejar claro una cosa: la ley es la ley y hay que respetarla. Es la ley que aprueban los hombres y mujeres que han sido elegidos por nosotros, los ciudadanos, en unas elecciones libres y democráticas. Nosotros, como jueces, la aplicamos con la mayor objetividad y profesionalidad de las que somos capaces.

Ya sabemos que el tiempo que lleva usted en la política es poco, ¿se siente como un patito feo?

Soy una ciudadana más, con un perfil técnico que tiene experiencia en justicia. A mí me llamaron. Siempre me han llamado. Cuando me fui al Consejo General del Poder Judicial lo hice porque me invitaron a que me presentara al concurso. Igualmente pasó cuando me fui a Bulgaria. También me invitaron a que lo solicitara.

Y ahora, me llamo Ángel Gabilondo para que lo acompañara en este proyecto.

¿De qué conocía a Ángel Gabilondo?

A él, personalmente, no le conocía de nada. Conocía a su equipo. Por mi trabajo en todo lo que es igualdad y género, desde mi puesto como técnica, tuve la oportunidad de asistir a muchas reuniones, congresos, de conocer a mucha gente…

¿Cuánto tiempo se lo pensó?

Poco.

¿Cuánto es poco?

Poco es… Una conversación con mi familia y otra con mi pareja.

¿Que le dijeron?

Me conocen. Me recordaron mi fuerte compromiso social, mis inquietudes por querer mejorar la vida de las mujeres. Fueron unánimes: «Tienes que intentarlo».

Usted es hija de sus raíces, ¿no es así?

Sí. Y soy muy coherente con mis ideales.

«YO LE PIDO AL NUEVO CONSEJERO QUE LA JUSTICIA SEA UNA PRIORIDAD»

¿Qué le pide al nuevo consejero de Justicia? Hay chinches, cucarachas, ratas en muchos Juzgados.

Lo que le pido es que tengan muy claro que los tribunales no pueden ser un obstáculo para el desarrollo social sino que son agentes de desarrollo social.

Lo que le pido es que la Justicia sea una prioridad.

La Justicia, usted lo sabe, nunca ha sido una prioridad para ningún gobierno. 

Porque la justicia siempre ha resultado incómoda. Esto es evidente.

La pasada semana publicábamos una entrevista de los máximos responsables del sindicato CSI-F de Justicia en Nacional y en Madrid. Y los dos dicen que esto no puede funcionar sino los tienen en cuenta. ¿Qué opina usted?

Que tienen razón. Que para cambiar la Justicia hay que tener en cuenta a todos los operadores jurídicos. Y entre ellos están los sindicatos. Sería un error si no se hiciera así.

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