Pedro Viguer advierte sobre la trascendencia de la eficiencia judicial en el sistema económico
Pedro Viguer, juez decano de Valencia (EP)

Pedro Viguer advierte sobre la trascendencia de la eficiencia judicial en el sistema económico

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30/1/2016 11:29
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Actualizado: 30/1/2016 13:16
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Los juzgados españoles tienen «en juego» más de 40.000 millones de euros, según ha explicado el decano de los jueces valencianos, Pedro Viguer, quien advierte de la trascendencia de la eficiencia judicial sobre el sistema económico, como responsable de posibles «nudos en la tubería del flujo económico».

Para Pedro Viguer «Si no somos capaces de resolver estos litigios en un plazo razonable la Justicia se convierte en un obstáculo para la economía, y eso es algo que obviamente tienen muy en cuenta los inversores extranjeros».

En una entrevista realizada por efe, y de la que se hacen eco algunos medios de comunicación, Pedro Viguer sostiene que «el retraso excesivo puede provocar incluso el hundimiento o la desaparición de una empresa, por lo que una reclamación en vía civil puede derivar en concurso de acreedores o reclamaciones en los juzgados de lo social».

Por este motivo, considera necesaria «una apuesta verdadera por la justicia en este país», y señala a la cifra de jueces en España como uno de los puntos clave.

Y puntualiza que «Si en Europa hay unos 21 jueces por cada 100.000 habitantes de media, en España tenemos unos 11, y en la Comunitat Valenciana entre 9 y 10, de modo que estamos por debajo incluso de la media nacional».

Por otra parte, Viguer lamenta el «escaso recorrido» de las 58 medidas contra la corrupción que medio centenar de jueces decanos plasmaron el pasado mes de diciembre de 2014 en el documento «Reflexiones para la reforma del proceso penal y la lucha contra la corrupción».

Ante la «sospecha generalizada sobre la gestión de lo público», los jueces decanos reclamaron la ampliación del plazo de prescripción de los delitos de corrupción, agravar las penas de delitos como tráfico de influencias o prevaricación o la revisión de la figura del aforado.

«Eran medidas concretas, algunas de ellas no requerían más que ligeras modificaciones en la Ley de Enjuiciamiento Criminal, pero al contrario de lo que esperábamos, se han planteado otras medidas que obstaculizan el trabajo judicial, como la limitación de los plazos de instrucción, que no se comprenden entre quienes conocemos los procedimientos en el día a día», señala Viguer.

Recordar que en esa 58 medidas, los jueces decanos abogaban por «el establecimiento de mecanismos de refuerzo inmediato en causas especialmente complejas (en particular en casos de corrupción)». Porque como aseguran los decanos entonces es necesario «facilitar al juez su trabajo desde el principio en causas complejas y procurar que cada magistrado que conoce de este tipo de asuntos pueda dedicarse al mismo en exclusiva».

Por ello Viguer insiste  en que «esta reducción de plazos no tiene sentido cuando determinados trámites, como una comisión rogatoria o la solicitud de un análisis de ADN, pueden demorarse durante meses».

En su reclamaciones,  los decanos pedían la «instauración de un nuevo modelo procesal penal, apto y eficaz para combatir las formas de criminalidad del siglo XXI y, especialmente, los complejos casos de delincuencia organizada y corrupción».

Pese a las críticas al sistema, el decano de los jueces valencianos ha querido subrayar el «papel relevante» que el poder judicial ha tenido en los últimos años a la hora de «llamar la atención sobre determinadas prácticas que no estaban siendo muy adecuadas» en relación a deudas, procesos hipotecarios o productos financieros complejos.

Viguer considera además necesario «dar un impulso a la Ley de Segunda Oportunidad» que «juega un papel importante en países vecinos» desde la perspectiva del control judicial como garante de la buena fe.

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