Hernández Moltó, condenado por falsear las cuentas de la CCM, recurre y echa la culpa de su destino a la prensa
Ildefonso Ortega, exdirector general de la CCM, y Juan Pedro Hernández Moltó, expresidente de la entidad, en el juicio que tuvo lugar en la sede que la Audiencia Nacional tiene en San Fernando de Henares. Pool.

Hernández Moltó, condenado por falsear las cuentas de la CCM, recurre y echa la culpa de su destino a la prensa

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18/3/2016 18:50
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Actualizado: 18/3/2016 18:51
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Juan Pedro Hernández Moltó, expresidente de la Caja Castilla-La Mancha (CCM) -y exdiputado del PSOE- ha recurrido la sentencia de dos años que le impuso la Audiencia Nacional por falsear las cuentas de la entidad, quebrada, en 2009 e intervenida y nacionalizada, y echa la culpa de su destino a la prensa y a la presión mediática que ha ejercido sobre el caso.

«A esta defensa no se le escapa la presión mediática que existe en torno a estos procesos penales, pero la legalidad en ocasiones es enemiga de otros intereses ajenos a la Justicia, que es lo que aquí se pretende», dice el letrado en el recurso en nombre de Hernández Moltó.

En román paladino: si la prensa no se hubiera interesado por el caso -fue la primera caja intervenida-, si no se le hubiera dado publicidad, quizá el caso no habría tenido mayor relevancia y la pena hubiera sido menor.

Hernández Moltó sostiene en su recurso, además, que la resolución se basa en un hecho «especialmente discutido, controvertido» y sin acreditar como es que tuviera el carácter de presidente ejecutivo en la caja, mientras que niega haber llevado a cabo una conducta «falsaria».

Durante el juicio, que tuvo lugar el pasado mes de febrero ante el Juzgado Central de lo Penal de la Audiencia Nacional y su titular, José María Vázquez Honrubia, Hernández Moltó se autodefinió como la «reina madre» de la CCM por su papel, limitado a «animar» a sus subordinados para conseguir el “equilibrio” de entidad financiera.

Llegó a decir que su ignorancia se justificaba por esa función de ”animador socio-cultural” de la caja, aunque negó que practicara el papel de “don Tancredo”, en referencia al lance taurino consistente en el engaño por quedarse el ejecutor de la misma inmóvil ante el animal.

El expresidente de la CCM señala en el recurso elaborado por su representante legal que los documentos remitidos al Banco de España implicaban «ciertos actos de formalización y control» y no eran propiamente estados financieros, sino una «mera extrapolación» de datos contables de carácter provisional sobre la situación económico «general» de la sociedad.

Moltó fue condenado, además de a dos años de cárcel -que no cumplirá al no tener antecedentes penales- al mismo tiempo de inhabilitación para ejercer cargos en la Administración o en el sector financiero, a 29.970 euros de multa, además de las costas de la acusación popular y particular.

Junto a Moltó fue también condenado a idéntica pena el exdirector general de la entidad, Ildefonso Ortega, quien también ha recurrido la sentencia.

LA CULPA LA TUVO EL BANCO DE ESPAÑA

Es lo que se desprende de la lectura del recurso. En cualquier caso, recuerda Hernández Moltó que el Banco de España dio traslado de dicha documentación a la Confederación de Cajas de Ahorros (CECA) «sin llevar a cabo la supervisión a la que estaba obligado», lo que conlleva una «supuesta dejación de funciones».

«Entendemos que la omisión de los deberes por parte del Banco de España impide la conexión directa entre el riesgo creado para el patrimonio de terceros y la información contable remitida por CCM, imposibilitando la atribución del resultado al riesgo creado por la conducta aquí juzgada», añade.

La defensa de Moltó concluye que «en ningún caso» su cliente hizo un «uso abusivo» de su cargo, adoptando decisiones al margen de los órganos de gobierno. En este sentido, asegura que su representado no conoció el estado de los datos financieros enviados al Banco de España y que carecía de facultades de gestión o administración relacionadas con la contabilidad de la entidad.

La Audiencia Nacional, que absolvió a los acusados de administración fraudulenta, consideró probado que el 10 de febrero de 2009, con la «aquiescencia» de Hernández Moltó, Ortega envió al Banco de España unos estados financieros individuales y consolidados públicos de la entidad que ignoraron los requerimientos que el supervisor había venido haciendo desde 2004 y no reflejaban su «situación financiera real».

El juez obligó a Moltó y Ortega a satisfacer, la mitad y a partes iguales, las costas causadas, incluidas las de la acusación particular y popular, ejercidas por la propia entidad y la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros (Adicae), que solicitaba penas de cinco años de cárcel.

En su sentencia, el magistrado escribió que Hernández Moltó y Ortega “utilizaron un ardid contable” para ocultar “unas pérdidas que se podrían denominar galopantes” de valores cotizados.

Desde el punto de vista del juez, Ortega fue quien realizó el artificio contable, que fue asumido por Hernández Moltó como presidente de la Caja; los dos sabían, además, que el Banco de España consideraba que la Caja Castilla-La Mancha no era viable.

Por último, el magistrado dice en la sentencia que los créditos concedidos por CCM se realizaron sin observar las prácticas bancarias habituales y advirtiéndose “en principio cierto trato de favor” en algunos casos, ya que ciertos préstamos resultaron total o parcialmente impagados.

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