Mario Macías, la «estrella emergente» se consolida en el CGPJ
Mario -José María- Macías, el nuevo "hombre fuerte" del CGPJ, y el presidente Carlos Lesmes. Confilegal.

Mario Macías, la «estrella emergente» se consolida en el CGPJ

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30/3/2016 05:59
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Actualizado: 10/6/2022 09:34
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En tan sólo cuatro meses, Mario Macías Castaño, la «estrella emergente» se ha consolidado en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) como uno de los hombres de confianza del presidente Carlos Lesmes, rivalizando y superando a Gerardo Martínez Tristán y, detrás de él, a Rafael Fernández Valverde, todos ellos vocales del órgano de gobierno de los jueces, y estrechos colaboradores de la Presidencia.

Mario Macías, que en realidad se llama José María, aunque prefiere el nombre de Mario, consiguió su primer éxito en noviembre, cuando resolvió el nombramiento de su amigo, Sebastián Moralo, como nuevo magistrado de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo, en el río revuelto de Pleno del CGPJ.

La segunda pieza fue mucho más importante: la elección de Jesús María Barrientos como nuevo presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), sustituyendo a Miguel Ángel Gimeno, caído en desgracia por no dar suficiente velocidad a la instrucción del seudoreferendum del 9N en Cataluña.

Tanto Moralo como Barrientos son miembros de la Asociación de Jueces Francisco de Vitoria.

Macías luego ayudó a Lesmes a preparar la toma de posesión de Barrientos en el TSJC, que quedó deslucida porque el president de la Generalitat, Carlos Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, le dieron plantón, evitándose, de paso, sentarse en el banquillo, frente al tribunal, lugar protocolario reservado para ambos.

¿Qué es lo que ha hecho para convertirse en el favorito del presidente? En gran parte, su carácter resolutivo y estable, y tener las ideas muy claras.

Pocos saben que Mario Macías es uno de los 5.000 reservistas voluntarios con los que cuenta el Ejército español que voluntariamente realizan, de forma anual, prácticas que le llevan a ponerse el uniforme militar, calzarse las botas de campaña y olvidarse durante quince días de su vida normal para convertirse en un soldado al servicio de la  nación.

A diferencia del Ejército, al que buscó personalmente, Macías entró de rebote en el CGPJ, tras la dimisión de su antecesora, Mercé Pigem, en enero de 2015.

Desde su aterrizaje en el CGPJ, Macías, de 50 años, magistrado en excedencia, especialista en contencioso-administrativo, director general de Asuntos Contenciosos de la Generalitat de Cataluña entre 2002 y 2003, sintió una afinidad personal y profesional con Lesmes, de 58 años.

Nacido en Barcelona, este vocal ingresó en la carrera judicial en 1990. Fue juez en el  Primera Instancia e Instrucción 4 de Rubí. Luego pasó al Juzgado Penal Único de Terrasa y al Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 3 de Barcelona. Durante dos años fue profesor de la Escuela Judicial de Barcelona y se afilió a la conservadora APM.

En 2005 pidió la excedencia de la judicatura para marcharse a Cuatrecasas, Gonçalves Pereira, donde presta sus servicios desde entonces.

SUS DOS OBJETIVOS

Este vocal ha puesto, ahora, el punto de mira de su interés en dos objetivos muy concretos.

El primero, en conseguir, en el Pleno que tiene que tener lugar el próximo jueves, 31 de marzo, que el magistrado Antonio Recio suceda a Pablo Llarena, recién nombrado magistrado de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, en la presidencia de la Audiencia Provincial de Barcelona.

El segundo, colocar a José Luis Fernández Villalobos como nuevo director del Servicio de Formación Continua de la Escuela Judicial, con base en Madrid, sucediendo a Carlos Uribe, que ya ha cerrado su ciclo de diez años en el Consejo, con nota muy alta.

Recio, que está destinado en la Audiencia Provincial de Barcelona, en su sección civil, tiene el puesto 1.359 en el escalafón y pertenece a la Asociación Profesional de la Magistratura (APM).

Su única rival es Angels Vivas Larruy, magistrada de lo Penal de la Audiencia Provincial de Barcelona; 159 en el escalafón, una histórica de Jueces para la Democracia (JpD), quien ocupó el puesto de secretaria de Relaciones con la Administración de Justicia en el gobierno tripartito que presidió José Montilla.

Sobre el papel, la magistrada Vivas Larruy tendría que ser la favorita. Repitiendo así el sistema de pesos y contrapesos que tan buen resultado ha venido dando en los últimos años en Cataluña.

Así, ante un presidente del TSJC, como Guillem Vidal, de JpD, en la Audiencia Provincial de Barcelona había un presidente afiliado a la APM, como Francisco Javier Béjar. Equilibrio que luego se repitió con Miguel Ángel Gimeno, también de JpD, en el puesto de Vidal, y Llarena en el de Béjar.

EL ‘PECADO ORIGINAL’ DEL MANIFIESTO DE LOS 33

Sin embargo, Angels Vivas fue una de las 33 magistrados y jueces catalanes que firmaron el manifiesto por el derecho a decidir, a los que el Antonio Jesús Herrera-Fonseca, el promotor de la Acción Disciplinaria del CGPJ, les abrió, en febrero de 2014, unas informaciones previas, que archivó nueve meses después.

«No puede apreciarse que los firmantes persigan una finalidad diferente que el mero traslado a la ciudadanía de una opinión sobre un tema de interés jurídico, social o político, actuación que queda amparada por los derechos fundamentales de libertad de expresión y de opinión consagrados por el artículo 20 de la Constitución Española», escribió el promotor para razonar el carpetazo.

Pero aprovechó para soltar un rapapolvo a los firmantes al afirmar que con ello habían contribuido a menoscabar la confianza de los ciudadanos en la judicatura, «porque parten de una afirmación que carece de todo apoyo normativo y contradice la doctrina constitucional cuando, en forma implícita, vienen a reconocer a Cataluña la cualidad de sujeto jurídico y político soberano».

Entre los firmantes estaban los magistrados de la Audiencia de Barcelona, Santiago Vidal -hoy convertido en Senador por Esquerra Republicana de Cataluña-, Josep Niubó, Joan Francesc Uría, Juli Solaz, Carmen Sánchez-Albornoz, Montserrat Comas y Angels Vivas.

¿Conseguirá superar Angels Vivas el «pecado original» del manifiesto?

Macías tiene muy claro quién es su candidato.

Y Lesmes también.

Por otra parte, en el caso de José Luis Fernández Villalobos -APM-, las cosas no están tan fáciles, ni tan claras para Mario Macías, en su afán de colocar a uno de los suyos en la máxima responsabilidad de la Formación Continua del Consejo.

Según ha podido saber Confilegal, Macías tiene interés en abrir la formación a otros agentes externos al Consejo; principalmente despachos de abogados y universidades.

Fernández Villalobos actualmente ocupa destino en el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 3 de Andalucía, con base en Málaga. En su haber destaca su gran experiencia en relaciones internacionales, pero va a tener que vérselas con Santiago Senén Martínez, titular del Juzgado de lo Mercantil 7 de Madrid, doctor cum laude en materia de endeudamiento y segunda oportunidad, un hombre muy respetado por los suyos. Los dos son miembros de la APM.

Pero Fernández Villalobos y Senén Martínez no son los únicos candidatos, también aspiran a este mismo puesto María Luisa Roldán García, magistrada del Juzgado de lo Penal 2 de Granada, miembro de la Asociación de Jueces Francisco de Vitoria, y Ángel Novoa, magistrado de la Sala de lo Contencioso-administrativo de la Audiencia Nacional, independiente.

¿Conseguirá Macías salirse con la suya, como ocurrió en el caso de Sebastián Moralo?

En aquella ocasión jugaba con el factor sorpresa. Nadie, salvo Lesmes, conocía sus cartas. Y le salió a la perfección.

El problema es que ahora toca jugar al pocker descubierto. La partida, en este caso, será muy diferente.

Si lo consigue habrá dejado de ser la «estrella emergente» para convertirse en el hombre fuerte de Lesmes.

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