Nicolás González-Cuéllar: “La sustitución del término imputado por investigado y encausado no es nada superflua”
El catedrático González-Cuéllar durante la entrevista.

Nicolás González-Cuéllar: “La sustitución del término imputado por investigado y encausado no es nada superflua”

Nicolás González-Cuéllar, catedrático de Derecho Procesal y abogado afirma que hoy en día se confunde sospecha y culpa y que se ha desplazado el reproche público a la imputación. Para evitar eso considera muy importante que se haya cambiado el término imputado por investigado o encausado.

“Se ha criticado mucho. Pero la sustitución del término imputado por investigado y encausado no es nada superflua. Y no lo es, porque el derecho penal es muy simbólico”, explicó a Confilegal durante una entrevista que le realizamos con objeto de la publicación de su libro «La Reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal 2015», mano a mano con Manuel Marchena, presidente de la Sala Segunda de lo Penal del Tribunal Supremo. Una explicación que no incluimos en la misma.

Sus explicaciones fueron clarificadoras y muy divulgativas, desde el punto de vista legal. Por esa razón, las hemos rescatado en este artículo, en el que habla del banquillo, y de la famosa pena. 

“La propia expresión del banquillo ya es significativa de la inversión de la presunción que, en vez de ser de inocencia, viene a ser de culpabilidad. Obedece a un trasfondo cultural ancestral. Tiene mucho que ver con lo religioso. Con la Biblia, con el Génesis”, explica González-Cuellar.

“Todo el mundo tiene en la cabeza la imagen de Dios preguntando a Adán porqué ha comido de la fruta del árbol envenenado. O preguntándole a Caín que ha hecho con su hermano Abel. Pero Dios es omnisciente. Y sabe que Adán ha comido de la fruta y que Caín ha matado a su hermano. Pero, como decían los maestros inquisitoriales para justificar porqué los abogados podían intervenir en los procedimientos del Santo Oficio, aún siendo omnisciente, Dios concede el derecho a Adán y a Caín de explicarse, porque la defensa es un derecho divino y humano que se produce desde el convencimiento de que el acusado es culpable”, continúa contando.

“Eso provoca que en el imaginario colectivo la representación social sobre la defensa, que comparten las personas que no tienen formación jurídica, la imputación equivale prácticamente a la condena. La sospecha equivale ya a la culpa. Y el reproche no está en la sentencia. El reproche está en la misma llamada a explicarse. Es decir, a ejercer el derecho de defensa”, agrega.

“Eso es lo que provoca la confusión entre sospecha y culpa. Y eso provoca porqué se desplaza el reproche de la sentencia a la imputación. Y por eso es muy positivo que la ley mande un mensaje simbólico como es la sustitución del término por investigado o encausado. Para evitar eso”.

“El Génesis es una explicación magnífica de la función del derecho penal. Te demuestra el carácter simbólico que, desde siempre, ha tenido. Sea revelación o sea mito, la verdad es que no se puede explicar mejor para qué sirve en el derecho penal que como se hace en ese texto religioso”, concluye el catedrático.

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