El juez Zamarriego ve indicios de cohecho, organización criminal y revelación de secretos en las actividades del «pequeño Nicolás»
Francisco Nicolás Gómez Iglesias saliendo de los Juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid, donde declaró ante el magistrado Arturo Zamarriego. EP.

El juez Zamarriego ve indicios de cohecho, organización criminal y revelación de secretos en las actividades del «pequeño Nicolás»

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25/3/2017 05:59
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Actualizado: 13/6/2017 14:44
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El magistrado Arturo Zamarriego, hasta ahora titular del Juzgado de Instrucción 2 de Madrid, ve indicios de delitos de cohecho, organización criminal y revelación de secretos en las actividades que realizaba Francisco Nicolás Gómez Iglesias, «el pequeño Nicolás», de acuerdo con el auto de continuación por trámite de procedimiento abreviado, emitido por el juez y que da por finalizada la instrucción, y al que ha tenido acceso Confilegal.

En las mismas condiciones aparecen los policías municipales de Madrid, Jorge González Hormigos y Felipe Gallego Santos y el excoordinador de seguridad del Ayuntamiento de Madrid, Emilio García Grande.

Francisco Javier Sánchez López, guardia civil de la Casa de S.M. el Rey -en 2014-; Juan Julián Munguira, técnico de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y José Luis González Cervera, empleado del Ayuntamiento de Madrid, sólo encajan en los supuestos delitos de cohecho y revelación de secretos.

Con este auto, Zamarriego ordena informar al Ministerio Fiscal y a las acusaciones para que formulen, en un plazo de 10 días -si así lo consideran- la apertura de juicio oral, mediante el consabido escrito de acusación. O para que soliciten el archivo de la causa o la práctica de diligencias complementarias.

Según el magistrado, Gómez Iglesias, González Hormigos, Gallego Santos y García Grande accedieron, en varias ocasiones, a «información de carácter confidencial perteneciente al Ministerio del Interior que Obraba en las Bases de Datos policiales, protegidas por la Ley de Protección de Datos (…) para utilizarla con un propósito exclusivamente privado y con la finalidad de obtener beneficios ilícitos».

El modus operandi siempre era el mismo. «El pequeño Nicolás» facilitaba a uno o varios de los investigados placas de matriculas de vehículos, líneas de teléfonos o números de identificación «a la vez que les precisaba la información que necesitaba obtener al contrastarlas con las bases de datos policiales (titularidad, domicilio, teléfono, condición laboral, etc.)».

Acto seguido, tanto los policías municipales de Madrid como el excoordinador de Seguridad extraían la información requerida y se la pasaban a Francisco Nicolás «a cambio de promesas y remuneraciones económicas».

El «pequeño Nicolás» era el jefe

El magistrado afirma que los tres «actuaban bajo la dirección superior de Francisco Nicolás».

La información obtenida ilícitamente le permitía al «pequeño Nicolás» contactar con los titulares de las placas de matrículas «haciéndose pasar por un alto cargo del Estado y les ofrecía su ayuda en la resolución» de sus problemas «a cambio de contraprestaciones económicas».

Así, Zamarriego cita el caso de Valeriano González Ramírez, con el que entró en contacto Gómez Iglesias el 10 de abril de 2014, gracias a la información facilitada por González Hormigos. El hijo de González, Luis González Jimenez, estaba detenido por una investigación de la Audiencia Nacional.

El «pequeño Nicolás» le aseguró que la UDEF y el CNI  podían eliminar los informes que comprometían a su hijo a cambio de 40.000 euros.

Lo mismo hizo con Manuel García Gallardo, administrador de la Sociedad Brassica Group S.A. en agosto de 2014 en Cádiz. Por medio de la información, obtenida a través de Gallego, Gómez Iglesias le pidió dinero a cambio de solucionarle un problema judicial que tenía en la Zona Franca.

Un idéntico modus operandi que repitió en septiembre de 2014 con Esther Sierra y Francisco Javier Ramírez García.

El encuentro con Javier de la Rosa disparó las alarmas

Zamarriego relata, asimismo, como el 29 de septiembre de 2014 el «pequeño Nicolás» mantenía una reunión con el empresario Javier de la Rosa en el interior de un BMW, en las inmediaciones de la estación de Atocha. En un determinado momento, el conductor del vehículo se percató de que había una pareja montada en una moto grabando la reunión.

Ese mismo día, Francisco Nicolás pidió a González Hormigos que consultara la base de datos de la Dirección General de Tráfico para saber quiénes eran los de la moto. Los resultados le llevaron a concluir que sus ocupantes eran policías o llevaban polacas dobladas.

Acto seguido, el «pequeño Nicolás» pidió al guarda civil Francisco Javier Sánchez López que le consiguiera esa información a cambio de que el joven «influyera favorablemente en los exámenes de promoción interna que esta preparando y que próximamente iba a realizar».

Sánchez López consultó la misma base de datos de la DGT y la aplicación SIGO de la Guardia Civil. Poco después le contó a Gómez Iglesias que la plaza de la moto estaba reservada para la Secretaría de Estado para los Servicios Generales.

Un directivo de la CNMV

Entre los investigados figura el directivo del departamento de Relaciones Internacionales de la Comisión Nacional del Mercado de Valores, Juan Julián Munguira, que facilitó información a González Iglesias sobre el mercado francés «en relación a una empresa concreta que cotizaba en Atlernext, tratándose con bastante probabilidad de la empresa GOWEX».

«Al remitirle la información, Juan Julián Munguira indica expresamente a Francisco Nicolás: ‘QUITA EL ANAGRAMA CNMV Y MI NOMBRE, GRACIAS'».

El último señalado en el auto de Zamarriego es José Luis González Cervera, empleado del Ayuntamiento de Madrid, que «facilitó a Nicolás a lo largo del tiempo información sobre expedientes, notificaciones y sanciones relativas a multas y otros asuntos a cambio de prestaciones económicas».

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