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El Departamento de Periodismo I, de la UCM o cómo los malos caminos no llevan a buen pueblo

El Departamento de Periodismo I, de la UCM o cómo los malos caminos no llevan a buen pueblo
Felicísimo Valbuena, consultor y periodista
25/4/2017 04:58
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Actualizado: 25/4/2017 08:16
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En mi último escrito para Confilegal, me ocupaba de José Luis Martínez Albertos, uno de los componentes de la Comisión de Quejas de la FAPE (Federación de Asociaciones de la Prensa de España). Es otro más de los personajes de esa Comisión que se merecen una mirada crítica.

En resumen, exponía que Albertos había dejado, en el Departamento de Periodismo I de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), una herencia de personas y de procedimientos que siguen el guión que él elaboró, y que considero muy negativa.

De esa herencia voy a seguir ocupándome, porque me lo piden no pocos profesores, porque es un deber para con los contribuyentes que pagan a los profesores universitarios y, también, ¿por qué no decirlo?, porque algunos de los docentes de ese Departamento responden airados y escriben unas tonterías como si la pata del caballo del Cid y todos los jamones de pata negra fuesen de su propiedad. Eso siempre es una buena señal de haber acertado en la diana.

La percha o gancho de hoy es un incidente que tuvo lugar hace más de un año. Sale una plaza de promoción en ese Departamento; se presentan varios candidatos; la Comisión de Evaluaciones de ese Departamento asigna la plaza a una profesora que ya pertenecía al mismo; uno de los candidatos impugna el resultado; la Comisión de Reclamaciones del Rectorado da la razón a quien reclama y, pasados unos meses, toma posesión de la plaza.

No voy a ocuparme de los méritos de cada candidato, porque no dispongo de pruebas, puesto que el Departamento no las aporta.

Sí me voy a centrar en cómo se comportaron los componentes de Periodismo I. Me parece un asunto tan grave que debería constituir un ejemplo de cómo no debe ser ni actuar un Departamento universitario.

Un comunicado del Departamento de Periodismo I

Voy a destacar en negritas los puntos que más me llaman la atención de ese comunicado.

Madrid, 22 de enero de 2016.

COMUNICADO

El Departamento de Periodismo I, de la Facultad de Ciencias de la Información, de la Universidad Complutense de Madrid, en pleno uso de sus facultades como órgano adscrito a dicha institución, manifiesta lo siguiente:

Consideramos como absolutamente injusta la resolución del Rectorado de la UCM, de 15 de enero de 2016, que hace suyas las conclusiones de la Comisión de Reclamaciones y decide otorgar –a nuestro juicio de forma arbitraria y obviando los méritos reales aportados por los candidatos– la plaza de Profesor Contratado Doctor en régimen de interinidad, enmarcada en el Plan de Promoción y Estabilización del año 2015 de la Universidad Complutense de Madrid, a D. Francisco Cabezuelo Lorenzo.

Este departamento entiende que el candidato seleccionado no acredita tener méritos suficientes para obtener dicha plaza, tal como lo ha dispuesto la Comisión Evaluadora en dos oportunidades; y por lo tanto consideramos que esta decisión provoca la indefensión de la profesora Virginia Adelaida Linares Rodríguez.

Este Departamento en pleno, y a la cabeza de su Director, Pedro Paniagua Santamaría, DECLARA:

El rechazo de forma categórica y unánime de dicha resolución y por ende (tanto el profesorado como el PAS adscrito al mismo) solicita una reunión urgente con el Rector de la Universidad, Carlos Andradas, para solventar tan grave situación, que empaña de forma flagrante el nombre de nuestra casa de estudios.

Atentamente,

Departamento de Periodismo I

Facultad de Ciencias de la Información

Universidad Complutense de Madrid.

Un Departamento de redacción periodística emite un comunicado muy mal escrito

¿Qué función cumplen en ese comunicado las palabras “en pleno uso de sus facultades como órgano adscrito a dicha institución”?  Unos se acuerdan de Kid Tarao, aquel boxeador que interpretaba con mucha gracia Tony Leblanc en televisión, y que repetía: “Estoy en plenitud de facultades físicas y mentales”, aunque era un boxeador sonado.

Algunos modelos de testamento vital empiezan así: “En plenitud de mis facultades, libremente y tras una adecuada reflexión, declaro: …”  Este comunicado no es, precisamente, un testamento vital.

Si en una tertulia de freudianos, uno leyera en voz alta el comunicado de Periodismo I, seguro que centraban sus carcajadas en “plenas facultades como órgano”.

Entonces, ¿no sería mejor que esas palabras no apareciesen?  Por supuesto que sí. Menos jerga burocrática y más calidad en la redacción.

Sigamos. ¿No sobra el adverbio en “absolutamente injusta”? Por supuesto que sí, sobre todo si el escrito proviene de un Departamento en el que se supone que a los profesores les pagan las familias de los estudiantes para que enseñen a sus hijos a escribir bien, no con palabras emocionales de relleno.

¿Y “el rechazo de forma categórica y unánime de dicha resolución”?  No hay verbos activos sino expresiones dogmáticas, que también sobran. Quedaría mucho mejor: “Rechazan dicha resolución”.

El escrito tiene repeticiones innecesarias, puesto que el adjetivo “unánime” va precedido  por “Este Departamento en pleno, y a la cabeza (de) su Director, Pedro Paniagua Santamaría”.

¿Por qué incluyen al PAS en los asuntos de los profesores?  “y por ende (tanto el profesorado como el PAS adscrito al mismo)” . El Personal de Administración y Servicios (PAS), en este caso, se reduce a una secretaria. Que ésta realice sus tareas muy bien, que convierta en escrito lo que los profesores le dictan, no implica que tenga que hacerse responsable también de las acciones de los profesores. ¡Vaya con el “por ende” que despide tanto olor a naftalina!

Aplicando el criterio del escrito, ¿por qué no incluir a los camareros, al personal encargado de las fotocopiadoras o al personal de limpieza? Los profesores ven frecuentemente a ese personal, que pueden sentir simpatía por la profesora que no obtuvo la plaza.

En lugar de solicitar una reunión, el redactor se adorna en la suerte con un lenguaje que desborda cursilería:

“solicita una reunión urgente con el Rector de la Universidad, Carlos Andradas, para solventar tan grave situación, que empaña de forma flagrante el nombre de nuestra casa de estudios”.

¿Qué es la “casa de estudios”? ¿La Universidad, la Facultad, el Departamento? Seguro que la tertulia de freudianos con sentido del humor sacarían punta al sintagma “casa de”.

Un comunicado que busca ocultar la realidad

Lo que no tiene gracia alguna es el propósito último del escrito: ocultar la realidad. Una fuente me ha hecho llegar el escrito que el Rector, y por delegación la Vicerrectora de Política Académica y del Profesorado, Mercedes Gómez Bautista, con fecha 11 de Diciembre de 2015, dirigió a Periodismo III. Entre otras cosas, afirmaba lo siguiente:

“La Comisión evaluadora únicamente puede modificar las puntuaciones de los candidatos en el Apartado 4 del baremo, sin que en consecuencia proceda modificar las puntuaciones asignadas en ningún otro apartado o subapartado (comprendido el apartado Apartado 5 al que se alude en el escrito)”.

El lecho de Procusto y los malos modelos de María Jesús Casals y de Concepción Edo

Vaya, resulta que a la presidenta de la Comisión, María Jesús Casals, le pillaron con el carrito del helado. O sea, que modificó las puntuaciones de los candidatos y le sacaron la tarjeta. Ella, que lleva tantos años en la ANECA.

¿Es atrevido preguntar cuántas más veces puede haber ocurrido lo mismo, porque las comisiones de la ANECA funcionan exactamente igual que el Politburó en el régimen soviético? En el Politburó tomaban todas las resoluciones por unanimidad. No había votos particulares.

Por cierto, también funciona así la Comisión de Quejas, de la FAPE  en la que lleva años y años José Luis Martínez Albertos. Seguro que seguirá ahí hasta que se encuentre en sus noventa muy avanzados.

Ese sistema de decidir reproduce el mito del Lecho de Procusto. Éste era un atracador de Ática, que secuestraba a los viajeros y los sujetaba en su cama de hierro, estirando a los bajos y cortando los pies de los altos.

Lo que la Vicerrectora viene a decir es que María Jesús Casals, como presidente de la Comisión de Evaluación, ha estirado, recortado o contrapesado los datos para que encajen en su decisión, a veces pasando por alto variables, o incluso manipulando los datos con endebles excusas para que cuadren mejor.

No es la única en ese Departamento. También está Concepción Edo Bolós, que mandó mucho en la desaparecida ACAP, la “anequilla” de la Comunidad de Madrid.

Contaré un caso: Una  profesora presentó una documentación para que le acreditasen. Concepción Edo le otorgó 40,9 puntos. La ACAP ofrecía muchas más garantías que la ANECA. Quien se sintiese perjudicado, podía acudir, en un proceso de conciliación, a una segunda instancia mediante un profesor que defendiera sus intereses.

La profesora perjudicada pidió a un profesor que la representase. Éste acudió y tres catedráticos de la segunda instancia subieron la puntuación a ¡79 puntos!.

Cuando el profesor, tiempo después, solicitó un documento en el que constase el cambio de puntuación que se había producido, surgió uno de esos personajes que nunca faltan: el que no quiere cambiar nada, acudiendo a justificaciones que no se tienen en pie: José Eugenio Martínez Falero, que permaneció en la ACAP el tiempo de una glaciación administrativa.

Luego le nombraron Director General de Empleo. Lo mismo vale para un roto que para un descosido.

Con estos antecedentes, ¿cuántos más casos como éste habrá podido provocar Concepción Edo?

Y la pregunta importante: Pero ¿quiénes se piensan que son María Jesús Casals, Concepción Edo  y los demás componentes de Periodismo I? Repito: Pero ¿quiénes se piensan que son? De ese Departamento destaco a Javier del Rey y a Pedro Sorela.

Hace años que no los veo, pero no olvido los buenos libros que han escrito. Por supuesto, son mucho más valiosos que los restantes docentes de Periodismo I. Quizá otras y otro tengan más sexenios de la ANECA.

¿Y qué? Ya nos enteramos de que cómo algunos docentes consiguen sexenios con plagios. Otros emplean medios más embarullados, pero a la altura de los plagios. ¿Cómo van a cambiar las cosas en la Universidad española con este panorama donde lo que rige es el mito de Procusto?

Una nota de prensa que sigue el estilo del comunicado anterior

El 17 de Febrero, el Departamento de Periodismo I difunde una nota de prensa, que viene a repetir el mismo estilo que el del comunicado anterior. La adjunto.

Veamos las afirmaciones que contiene.

“Falsear…, quiere trasladar a la opinión pública su más enérgico rechazo… , que  declaró  méritos académicos que no se correspondían con la realidad… Además de  advertir de las irregularidades… el  candidato  había intentado  llevarla a engaño… la depuración … El  Rectorado  sólo  ha respondido hasta ahora que  tanto  la advertencia como la denuncia eran extemporáneas, al no haber sido cursadas en un momento procesal previo… atropello  intolerable  y  una ofensa gratuita…

El redactor de la nota de prensa enormiza la realidad, porque acusa con expresiones emocionales para no presentar prueba alguna. Y oculta la realidad, porque ya hemos visto cómo la Vicerrectora les había leído la cartilla. Es más de lo mismo.

Un escrito de delación, precedente de los escritos anteriores

Echemos el sedal aguas arriba. El 26 de Noviembre de 2012, el citado Pedro Paniagua, el hijo de Luisa Santamaría, que ya suena a los lectores de mi último trabajo en Confilegal, envió un escrito a la Inspección de Servicios de la Complutense. Veamos el estilo que empleaba:

“Que la Inspección de Servicios de la Universidad Complutense atienda con la máxima diligencia y rigor, la solicitud de intervención realizada el pasado 13 de Diciembre por el profesor José Luis Dader García.

Que a la vista de los hechos, detalladamente puestos en su conocimiento y considerando los antecedentes obrantes, intervenga de manera inequívoca para desterrar del ámbito de la Universidad Complutense comportamientos y actitudes tan contrarias a los códigos de conducta  que se suponen a los miembros de la institución universitaria en general y de la Universidad Complutense en particular”.

La firma del escrito va con un garabato. Debajo: El director del Departamento de Periodismo I (sin decir quién es). Y en otra línea: Respaldado por todo el conjunto de los profesores”. Sin sello del Departamento.

Por este escrito, Paniagua está acusado en el Tribunal Contencioso-Administrativo, a la espera de juicio. Eso le ocurre por firmar escritos que llevan el sello inconfundible de otro que lleva escribiendo así desde hace dos décadas.

Defendella, y no enmendalla: El ridículo mecanismo de Periodismo I

Pasemos hasta el 28 de Abril de 2016.

El Rectorado ha emitido un informe muy duro sobre las actuaciones de Periodismo I. Entonces, este Departamento emite una propuesta de resolución, pero en nombre de la Junta de Facultad, en la que sólo cuenta con dos representantes.

El caso es poner, por sistema, a la Junta de Facultad, al servicio de los intereses, incluso personales, de profesores de Periodismo I. Varias Juntas han estado dedicado a estos asuntos.

Incluso, en una de ellas, la Decana, Pérez de Armiñán, prohibió el uso de la palabra al prestigioso catedrático Fermín Bouza, que fue a defender a la Junta los intereses de su Departamento, en contra de los de un profesor de Periodismo I.

Fermín Bouza falleció hace unos meses, por lo que ya es hora de que se desclasifique, por así decir, el informe que emitió sobre un profesor de Periodismo I.

Volvamos al estilo de esa propuesta de resolución.

“el Vicerrectorado quisiera disuadir en abstracto de cualquier información pública que pudiera resultarle poco propicia al gobierno particular y contingente de nuestra universidad…

“… una apertura de expediente por una causa tan general e inespecífica solo puede considerarse como un atropello y un ejercicio de amedrantamiento contra las derechos de libertad de expresión de miembros de este Facultad.

“En consecuencia, insta a la Vicerrectora de Política Académica y Profesorado para que de manera inmediata, ordene el cierre del procedimiento incoado de «Información Reservada» y restablezca plenamente los derechos amenazados de libertad de expresión en el seno de la Universidad Complutense”.

Más de lo mismo. Siguen diciendo que ellos no tiene defectos, no reconocen fallo alguno y con derecho a dictar a las autoridades lo que éstas han de hacer. La situación sigue siendo ridícula porque cambian de la arrogancia insultante a la arrogancia victimista.

Antes, el enemigo sin pruebas, el profesor que reclamaba, era el sujeto a batir. Ahora, la Vicerrectora. Y el redactor del escrito sigue con ese estilo de quien lleva el correaje y el gorro militar con borla, dirigiendo el entrenamiento para el desfile, donde todos han de hacer lo mismo, si no quieren que les caiga un paquete e ir a parar al calabozo. ¡Cuánta naftalina y cuánta plastilina inútil desprenden los escritos de Periodismo I!.

Acabo aquí, pero no con el “Continuará” de las novelas por entregas, sino con el “Intermedio” de películas como “Lo que el viento se llevó” o “Los diez Mandamientos”.

Todavía queda tela de Periodismo I por cortar.

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