El parricida de Moraña reconoce haber matado a sus dos hijas con una radial
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05/7/2017 04:58
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Actualizado: 04/7/2017 23:09
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David Oubel, el hombre acusado de matar brutalmente con una sierra radial a sus dos hijas de nueve y cuatro años en Moraña (Pontevedra), ha reconocido haber acabado con la vida de las dos niñas y ha asegurado estar «muy arrepentido».
Aí lo ha asegurado Oubel ante el tribunal que le juzga en la Audiencia de Pontevedra, donde ha puntualizado que las personas «a veces» viven situaciones «límite» y se toman decisiones nefastas, «de las que me arrepiento y por las que pido perdón», «no tengo manera de solucionarlo», ha añadido.
«Reconozco los hechos de los que se me acusa», ha asegurado en varias ocasiones y ha reiterado que se refería a «todos y cada uno de los hechos» que se recogen en el escrito de acusación con respecto al crimen, cometido el 31 de julio de 2015 en el interior de su domicilio, en O Casal (Moraña).
El parricida ha asegurado además en esta vista, que se celebra con jurado popular, que, en contra de lo que alegaba inicialmente su defensa, cometió el crimen en plenas facultades mentales y que no tenía un trastorno «suficiente» que alterase su comportamiento.
En este sentido, ha afirmado que asume el resultado de los informes psiquiátricos realizados a petición del fiscal hace unos días y que concluyen que el acusado «no presenta ninguna patología mental» que hiciese disminuir su «libertad» y su «capacidad» para actuar, acreditando su «plena responsabilidad» el día del crimen.
El fiscal del caso, Alejandro Pazos, ha explicado que las primeras personas que acudieron al lugar del crimen se encontraron una escena «horripilante», ya que el acusado se ensañó con las niñas, asesinándolas con crueldad utilizando una sierra radial y un cuchillo, instrumentos «contundentes y absolutamente letales».
Antes de hacerlo, las drogó con benzodiazepinas y relajantes musculares «diluidos en cacao» para «adormecerlas» o al menos lograr que estuviesen con un «nivel bajo de conciencia» y conseguir «disminuir» su capacidad de defensa. «Tenía la intención inequívoca de matar», ha destacado el fiscal.
Al confesar, David Oubel reconoce que, tal y como ha relatado el representante del ministerio público, primero se dirigió a su hija menor, Amaia, de tan solo 4 años, que presentaba un bajo nivel de consciencia por el efecto de los fármacos ingeridos y le causó varios cortes profundos en el cuello con la radial y el cuchillo.
También ha narrado que con Candela, de 9 años, aún estaba consciente al no haberle hecho efecto los fármacos, por lo que la ató con una cinta americana antes de usar sobre ella ambas armas homicidas.
«Difícilmente alguien en sus cabales puede hacer una acción tan monstruosa como esa y más cuando las víctimas son sus hijas», ha resumido el fiscal, evitando dar más detalles del crimen para no herir sensibilidades.
En esta primera sesión del juicio, además del propio Oubel, que ha permanecido cabizbajo en todo momento, han comparecido un total de un total de 10 testigos –entre ellos cuatro agentes de la Guardia Civil–, mientras que la defensa ha renunciado a los tres que había propuesto.
Este miércoles está previsto que se reanude el juicio a las 10,00 horas con un total de 15 periciales y el informe de conclusiones de cada una de las partes.
Tras ello, el jueves se espera entregar el objeto de veredicto y que empiece la deliberación por parte del jurado popular.
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