Manuel Valero, candidato a decano: «La democratización del acceso a la Junta del ICAM es la gran asignatura pendiente»
El exvicedecano del Colegio de Abogados de Madrid, Manuel Valero, fotografiado en su despacho, situado en el centro de Madrid. Carlos Berbell/Confilegal.

Manuel Valero, candidato a decano: «La democratización del acceso a la Junta del ICAM es la gran asignatura pendiente»

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27/10/2017 06:16
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Actualizado: 21/12/2017 11:37
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Manuel Valero tiene 73 años, los mismos que Ronald Reagan cuando se presentó a su segundo mandato presidencial, pero el actual decano y tesorero en funciones del Colegio de Abogados de Madrid (ICAM) aparenta muchísimos menos. Es un hombre vital, con un evidente don de gentes. Su capacidad de seducción personal está más que contrastada.

El candidato a decano del ICAM jamás, en sus 45 años de ejercicio profesional, quiso formar parte de un gran despacho o crear un despacho grande propio.

Siempre optó por trabajar en solitario. Porque lo que le gusta, de verdad, es la relación personal con los clientes. «El concepto de abogacía que defiendo está en peligro de extinción. Un abogado debe estar comprometido con el turno de oficio y mantener una relación personal con los clientes», cuenta Valero, un hombre acostumbrado a calar a sus interlocutores en apenas unos segundos de conversación.

Su bufete es modesto. Apenas 70 metros cuadrados en el barrio de Las Maravillas, en pleno corazón de Madrid. Cuatro paredes históricas que, en su origen, formaron parte de un convento y que luego fueron el lugar de nacimiento del partido de Los Verdes, la candidatura de la actual decana, la sede de ALTODO, la asociación de abogados del turno de oficio que presidió entre 2009 y 2013, y ahora de APRODA, la Asociación Pro Dignidad de la Abogacia.

Las paredes están decoradas con papiros egipcios. Las estanterías albergan libros jurídicos y de historia.

¿No cree que ha llegado el momento de profesionalizar la función de los miembros de la Junta de Gobierno del ICAM y que, por ello, reciban los emolumentos correspondientes?

Sin duda. La gran asignatura pendiente es la democratización del acceso a la Junta de Gobierno. Porque lo que no puede ser, que es lo que pasó en Roma, es que los plebeyos fueran a la guerra y luego no pintaran nada en el Senado. Por eso los plebeyos crearon la figura del tribuno de la plebe.

Digámoslo claro. Los que componen la Junta de Gobierno del Colegio de Abogados son los que se pueden permitir ese lujo.

¿Cómo puede ejercer de diputado del Colegio un abogado modesto? ¿Y qué hace con su despacho? ¿Cómo lo combina con el ejercicio de diputado en el ICAM? Porque han habido Juntas de Gobierno que han llegado a durar siete horas.

A eso hay que añadirle actos, eventos y otras actividades. En ese sentido es imposible que el 80 % de abogacía modesta pueda dar el salto y estar en dicha Junta de Gobierno. Es imposible. Ser diputado es una actividad profesional en sí misma.

Por cierto, en la Ley de Servicios y Colegios Profesionales, que el ministro Luis de Guindos guardó en un cajón, señala que las Juntas de Gobierno de los Colegios con dedicación exclusiva tendrán que ser retribuidas.

En nuestros Estatutos y en los del Consejo General de la Abogacía Española no se dice nada en contra. Los consejeros del CGAE cobran, no solo dietas. Es clave la democratización y la transparencia en el Colegio de Abogados por todo esto que comento.

Esta es una de nuestras banderas en la campaña de las elecciones al ICAM que hemos titulado «Por un Colegio de y para los abogados/as, en el que la participación, la transparencia, la gestión eficiente y la dignidad de la Abogacía sean sus señas de identidad».

DESCARGAR: Programa Electoral definitivo 23.10.17

Manuel Valero en su oficina de centro de Madrid, con el cartel de Los Verdes al fondo, formación que fue creada en su despacho y por la que concurrió a las elecciones. Carlos Berbell/Confilegal.

Señor Valero, usted ha citado el proyecto de Ley de Servicios y Colegios Profesionales, que postula eliminar la colegiación obligatoria. ¿Se eliminará finalmente? ¿Cuál es su opinión?

Hoy por hoy es obligatoria, pero me temo que la evolución de la abogacía en los últimos años va a ir, más tarde o más temprano, hacia la liberalización de la profesión. En ningún país de América Latina la colegiación es obligatoria. Los europeos la conservan, aunque de forma ligera.

En este escenario, es bastante factible que no se pueda mantener por más tiempo la trasposición de la Directiva. Y detrás de ella llegará el límite de las cuotas colegiales.

El efecto será una reducción de los Colegios de Abogados. A nivel autonómico quizá queden una treintena, de los 83 existentes en estos momentos. Los que desaparezcan será por falta de ingresos.

¿Qué deben hacer los Colegios de Abogados para sobrevivir en ese escenario tan negro?

Aprobar su asignatura pendiente. La más importante. Tienen que transformarse en colegios de servicios, donde el colegiado, al pagar una cuota reciba realmente servicios de gran valor.  Junto a servicios gratuitos habría otros que serían a medida de sus necesidades.

Les pongo el ejemplo de Thomson Reuters Aranzadi, que está en la punta de lanza de la vanguardia jurídica. Ofrece servicios gratuitos, que luego tienen su compensación en los servicios de pago. Creo que este movimiento es inevitable.

Recuerdo que cuando redactamos los Estatutos de ALTODO incluimos dentro de los fines de la entidad la posibilidad de crear una entidad o colegio o sindicato del turno de oficio. Eso fue en el 2006, creo recordar.

Los colegios de abogados tienen que transformarse en colegios de servicios, donde el colegiado reciba relamente servicios de gran valor

Usted ha sido vicedecano y tesorero del ICAM casi durante 5 años ¿Cuál es la situación de la abogacía madrileña, desde su punto de vista?

Es palpable que no tiene voz para temas capitales jurídicos en nuestro país. En otros países de América Latina se consulta a la abogacía a nivel legislativo cuando se quiere aprobar alguna norma. En este país se ha dejado de hacer desde hace años.

Este es uno de los aspectos de nuestro programa que le explicaré al ministro de Justicia, Rafael Catalá, el próximo lunes, cuando los miembros de mi candidatura nos reunamos con él. Ha mostrado interés por conocer a todos los candidatos del ICAM.

El bufete de Manuel Valero es un espacio ecléctico que nada tiene que ver con un despacho al uso, donde cada objeto tiene una historia, como los sombreros con los que posa. Carlos Berbell/Confilegal.

¿Cree realmente que tiene posibilidades de ganar estas elecciones?

[Se ríe] Yo creo que sí. Hay una cosa clara: Existen dos candidaturas que compiten por el mismo electorado, con lo cual habrá división de votos. Teóricamente es así. La candidatura de ALA [la Asociación Libre de Abogados y Abogadas] tiene un tope. Nosotros somos la alternativa y eso la gente lo va a ver.

Nunca he visto a los candidatos [José María] Alonso y [Nicolás] González-Cuellar en ninguna Asamblea del ICAM en estos años. Hay que recordar que cuando Sonia Gumpert fue elegida decana hace cinco años era una perfecta desconocida.

Yo, a estas alturas, no lo soy. Es verdad que no contamos con un presupuesto como el de los mencionados o el del tercero, Íscar, pero sabemos administrarnos y sacarle el máximo valor a nuestro dinero, que hemos desembolsado de nuestros propios bolsillos.

A raíz de la petición del propio González-Cuellar de ser claro en las finanzas de la campaña, nosotros ya comentamos a CONFILEGAL que teníamos un presupuesto de 20.000 euros, repartido entre todos los que componemos la lista electoral, y cuál iba a ser su destino a nivel de actividades de realizar. Se abrió una cuenta corriente específica para ello.

Nuestra candidatura está formada por 14 abogados, 12 de ellos son del turno de oficio. El que menos experiencia tiene de ejercicio en el turno son diez años. El compañero Miguel Gala es quien organiza toda la campaña electoral. Todas las semanas tenemos una reunión en este despacho donde marcamos las directrices a seguir entre nosotros.

Hay dos candidaturas que compiten por el mismo electorado, con lo cual habrá división de votos; nosotros somos la alternativa y eso la gente lo va a ver

¿Cuál es el valor más importante que usted implementaría si fuera elegido decano?

La transparencia. Ha faltado mucha transparencia en la gestion de la Junta de Gobierno de la que he formado parte. Sobre el turno de oficio y sus posibles avances, creo que las únicas mejoras han sido técnicas, como ha sido la implantación del expediente electrónico.

Sin embargo, estamos no igual que cuando las últimas elecciones, sino peor. Soy abogado del turno de oficio desde 1980. Las percepciones que tengo sobre este servicio es que las retribuciones han descendido de forma notable. El año pasado rondaron los ocho mil euros.

Creo que la negociación con la Comunidad sobre los baremos no fue la adecuada. En su momento Esperanza Aguirre, cuando fue presidenta madrileña bajó un 20 % los baremos. En la citada negociación con el consejero de Justicia, Ángel Garrido, se habla de recuperar los baremos en cuatro años pero la realidad es otra.

Se negoció la subida de los baremos en unos procedimientos, los menos frecuentes, pero en cambio, se han abaratado otros, más empleados.

Lo que proponemos es que los abogados cobren mensualmente sus certificaciones, equiparar los baremos de la macrocausas ante la Audiencia Provincial con los baremos de las macrocausas ante la Audiencia Nacional, reformar las normas del turno de oficio, eliminanco la discrminación por edad y lograr la igualdad o equiparación de los baremos con otras Comunidades Autónomas donde se percibe el doble.

Valero tiene un reconocido don de gentes y un ojo clínico que le permite medir e intuir a la persona con la que entabla conversacion. Carlos Berbell/Confilegal.

Los colegiados muestran su preocupación por la nueva Mutua Sanitaria, MUSA, la que ahora gestiona el servicio médico del ICAM…

En este último libro que he escrito [lo tiene sobre la mesa y lo muestra, «Un abogado de oficio en la Corte del Reino de los abogados de Madrid»] reflejo al detalle la problemática del servicio médico, fruto de una mala gestión, desde mi punto de vista.

En la última Asamblea se denunciaron gastos absurdos en Musa, que la colocan en difícil situación económica. Al responsable informático del servicio médico en el ICAM se le despidió y luego  le contrató Musa. Lo propio pasó con el gerente del ICAM, que tras ser indemnizado fue contratado, una vez termino su desempleo.

A finales del año 2016, el Consejo de Administración envió una circular que señalaba la subida de las cuotas al doble a aquellos compañeros de más de 50 años de profesión. No pueden migrar e irse a otra compañía de seguros que les acepte. Este es un problema que queremos solucionar. Va en nuestro programa electoral.

Vamos a proteger al colegiado mayor. Vamos a negociar la nivelación de cuotas para que no se grabe a nuestros mayores y vamos recuperar el principio de solidaridad entre generaciones, velando por la conservación de la aportación colegial al patrimonio fundamental de MUSA.

Vamos a proteger al colegiado mayor y vamos recuperar el principio de solidaridad entre generaciones, velando por la conservación de la aportación colegial al patrimonio fundamental de MUSA

¿Por qué decidió presentarse a las elecciones del ICAM y encabezar una candidatura?

Durante cinco años no he sido precisamente el hombre que ha puesto palos en la rueda a la Junta de Gobierno saliente. En un 80 por ciento de las votaciones siempre voté sí a cualquier propuesta que hiciera cualquier diputado o la decana. Siempre. Sólo me abstuve en un 9 por ciento, y eran los temas que venían a la Junta de carácter económico de los que el tesorero, que era yo, no estaba enterado.. Y yo dejaba por escritos mis quejas y mis protestas. No votaba no, sino que me abstenía.

Por ello, yo era un hombre crítico. Un hombre que objetaba determinadas cosas. Al final me reuní con una serie de compañeros y compañeras frustrados, como yo ante el trabajo de la Junta de Gobierno, porque no estaba haciendo lo que había prometido.

Esa fue la razón por la que hemos puesto en marcha esta candidatura. Para hacer realidad esos objetivos no cumplidos.

Tenemos mucha ilusión por contar el proyecto a nuestros compañeros. Nuestro programa, que está formado por 61 puntos, es una hoja de ruta para modernizar el Colegio de Abogados y convertirlo en lo que debería haber sido: un instrumento de servicio para todos los abogados.

Manuel Valero con Luis Javier Sánchez en un momento de la entrevista. Carlos Berbell/Confilegal.

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