Se reanuda el juicio de los bebés robados con un testimonio clave de la acusación
Eduardo Vela, ya jubilado, se enfrenta a una petición fiscal de 11 años de cárcel; la acusación solicita 13./ EP.

Se reanuda el juicio de los bebés robados con un testimonio clave de la acusación

DECLARAN DOS PERIODISTAS FRANCESAS QUE GRABARON AL GINECÓLOGO RECONOCIENDO QUE REGALÓ A INÉS MADRIGAL
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04/9/2018 06:50
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Actualizado: 04/9/2018 15:27
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El doctor Eduardo Vela volverá a sentarse hoy en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional, en la segunda sesión del juicio por un caso de bebés robados de 1969.

Es la primera causa sobre este asunto que ha llegado a juicio en España y la primera persona juzgada como uno de los responsables de este presunto entramado. Vela, ya jubilado, tiene 85 años y se enfrenta a una petición fiscal de 11 años de cárcel. La acusación solicita 13.

El juicio arrancó el pasado 26 de junio. La segunda sesión se tuvo que aplazar tras ingresar Vela en urgencias hospitalarias por mareos. Recientemente, los forenses han determinado que el médico puede volverse a sentar ante el tribunal.

La vista oral se retoma en la Audiencia de Madrid con expectación ante la previsión de que testifiquen dos periodistas francesas, quienes en un reportaje con cámara oculta grabaron al doctor reconociendo que regaló un bebé robado, Inés Madrigal, la mujer que ha conseguido sentar al exdirector de la Clínica San Ramón ante la Justicia.

La clínica San Ramón es considerada el epicentro del entramado de bebés robados, una trama que se extendió por toda España entre la década de los 60 y hasta los 90. Se estima que hay unos 3.000 afectados en toda España.

La madre de Inés Madrigal falleció en diciembre de 2016, a los 93 años. Su relato era fundamental, ya que sostenía que Vela le regaló a su hija.

La mujer inscribió entonces a la pequeña en el registro civil como si fuera su hija, firmando Vela un documento oficial de un parto que nunca sucedió. En el juicio, Vela no reconoció su rúbrica.

TIENE ‘MEMORIA SELECTIVA’

En su declaración en la primera sesión, negó todos los delitos que se le imputan: sustracción de menores, suposición del parto, falsedad documental y detención ilegal. Su abogado alegó que los delitos están prescritos.

El doctor Vela aseguró ante el tribunal que no ha dado “ninguna niña a nadie”.

Dijo que sólo se encargaba del tema médico en la clínica, que eran las matronas y las asistentes sociales quienes registraban a los bebés, y que no le suena “de nada” este caso.

“¿Recuerda a Inés Pérez? Le suena este nombre. Recuerda que se hizo un careo en el juzgado con esta señora, que le decía que usted le había dado a la niña”, insistió la fiscal al ginecólogo.

“No le he dado una niña a nadie”, le replicó el acusado indicando un no con la cabeza.

Sobre si firmó o falseó partes, contestó que “no”, pero seguidamente dijo que sí firmaba los partes de nacimiento. “Yo creo que nadie comprobaba si los datos del certificado eran correctos”, añadió.

Además, recordó que había monjas en la clínica y otros médicos que atendían partos.

La fiscal le mostró un documento sobre el cuestionario para la declaración del nacimiento en el registro civil y el parte del facultativo que asistió al nacimiento de Inés Madrigal. Vela no reconoció su firma.

Además, dijo que tras el cierre de la clínica en 1982 no se llevó ningún documento, y que no sabe que pudo pasar con los libros de registro que nunca han aparecido.

‘ME ENTREGÓ A MI MADRE’

En su declaración ante el tribunal, Inés Madrigal, presidenta de la organización SOS Bebés Robados de Murcia, contó el relato que siempre le narraba su madre adoptiva.

Lo escuchó por primera vez cuando tenía 18 años. Era 1987. «Me dijo que era la hija de una señora que no me podía tenerme», relató ante el tribunal.

Sin embargo, dijo que ya con 8 años comenzó a sospechar que había algo raro. «En aquella época, mis padres vivían en Los Molinos. Un día mi madre llegó con un bebé y la gente no la había visto embarazada. Y ya saben que en los pueblos se habla», contó.

Pasó el tiempo y un día en el colegio la llaman «adoptada». «No sabía que era eso. Y le pregunté a mi madre. A raíz de ahí. Algo extraño había. No encajaba. Es una intuición que tenemos la gente que somos adoptados», reconoció.

«Recibieron una llamada telefónica en la lechería del pueblo porque eran los únicos que tenían teléfono. Les citaron en San Ramón porque había una niña de buena familia embarazada y les iban a dar el niño y que iba a simular embarazado con cojines. Le dijo que no fuera a la peluquería y que tuviera síntomas de embarazada. Les llamaron a la semana», explicó.

Su madre, ya fallecida, le contó que no pudieron vestir a la niña porque si no se iba a «descubrir el ajo», una frase que solía repetir cuando le contaba lo que pasó aquellos años.

Sobre el cura que habría actuado de intermediario, dijo que nunca le habló de Vela y que siempre ha sentido que le ha seguido la pista.

Cuando en 2010 supo que la partida de nacimiento estaba falsificada fue “un palo terrible”, algo “demoledor”. Informó de que ha cruzado perfiles de ADN cuatro veces.

Madrigal quiere ser indemnizada, pero ha hecho hincapié en que esto no ha sido por dinero.

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