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De Gispert, reflexione, no sólo renuncie

De Gispert, reflexione, no sólo renuncie
Sobre estas líneas Nuria de Gisbert, sobre quien versa esta columna de Sonia Reina Sánchez, delegada territorial para Cataluña de la Fundación Internacional Derechos Humanos. EP.
01/11/2018 06:15
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Actualizado: 22/2/2021 12:32
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Nuria de Gispert ha presentado su renuncia.

De Gispert, según consta en la portada de la web de Alter Mutua, ha presentado su renuncia al cargo de “Defensora del Mutualista”, una renuncia que se produce después que Confilegal publicará un artículo sobre la idoneidad de la Sra. De Gispert a ostentar tal cargo, tras las continuas y sistemáticas declaraciones vertidas en redes sociales asimilables al discurso de odio.

La presentación de la renuncia, pendiente de ser aceptada por Alter Mutua, sin más, sin ir acompañada de una respuesta al artículo “De Gispert, ¿honorabilidad o discurso de odio?», sin ir acompañada de una declaración de Alter Mutua, se nos presenta como la constatación que la Sra. De Gispert no cumplía los requisitos de honorabilidad y prestigio que establece la Orden ECO/734/2004, tal y como nos cuestionábamos hace unos días.

Entonces le pedía que reflexionara ante sus declaraciones, no sólo para evitar hacerlas, que también, sino para que, a través de esa reflexión realizara una introspección, examinara su interior y llegara al convencimiento de que el odio no construye, sólo destruye a una sociedad y a sus individuos.

La renuncia, forzada quizá por los efectos derivados de la sorpresiva noticia de su cargo, es sólo una tirita en una herida, una tirita en la brecha abierta a los derechos fundamentales.

La renuncia, sin una reflexión, no colabora a erradicar el discurso de odio, sino que sólo lo enmascara.

¿Qué hubiera sido deseable?

Pues quizá lo deseable sería que fuera consciente que las personas somos iguales, y que señalar a alguien por determinadas circunstancias (ideología, origen, condición social etc.) supone, siempre, vulnerar el derecho a la no discriminación.

Y sería deseable que hubiera llegado a esa conclusión, porque así habríamos ganado todos, habría ganado la sociedad, habría ganado sobre todo la Sra. De Gispert, porque construir nuestro carácter y nuestros actos teniendo como guía a los derechos fundamentales, la vida se convierte en algo más que un simple pasar, para convertirse en un vivir sintiendo que realizamos actos para un mundo mejor

Por ello, porque aún estamos a tiempo, no puedo, ni debo, acabar estas líneas sin volver a pedirle a la Sra. De Gispert que reflexione y recordarle que la defensa de los derechos fundamentales es cosa de todos, también de ella, y vulnerarlos no construye una sociedad en paz, en igualdad y en libertad.

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