Cinco enigmas por resolver en el supuesto homicidio imprudente del pequeño Julen
Ángel Galán, comisario principal honorario, es uno de los investigadores más experimentados con los que ha contado la Policía Nacional; más de 40 años de servicio avalan sus conocimientos.

Cinco enigmas por resolver en el supuesto homicidio imprudente del pequeño Julen

Estos son los vacíos e incongruencias informativas sobre cómo se produjo su caída y su muerte
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30/1/2019 01:15
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Actualizado: 30/1/2019 01:16
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Ahora que el director general de la Guardia Civil, Félix Azón, ha afirmado que la muerte de Julen será investigada, probablemente, como presunto homicidio imprudente, el Comisario Principal Honorario de la Policía, Ángel Galán, reflexiona sobre todo «lo que no se ha dicho» y «falta por explicar» de este trágico suceso.

Para Ángel Galán, investigador y experto en desaparecidos, que acaba de publicar el libro «Introducción a la Investigación de Desaparecidos», no cuadran algunos «detalles y explicaciones» que se están dando desde el primer día que Julen «cayó» al pozo.

Con su olfato, experiencia y, sobre todo, «desde el sentido común», destacamos con él los principales «vacíos» del caso que, sólo la autopsia e investigación, desvelarán en su momento.

PRIMER ENIGMA: ¿CÓMO SE PRODUJO LA CAÍDA»

«A todos nos sorprendió que pudiera caer por un diámetro tan reducido», afirma Galán.

«Al caminar, un pie siempre adelanta al otro», reflexiona el comisario principal honorario. «En cuanto abres un poquito para andar, un pie avanza más de 25 centímetros».

«Si al dar el paso metes un pie en el agujero, el otro no puede entrar y quedaría una pierna dentro y otra fuera», dice el experto desde el sentido común. «Para que ambos pies coincidan dentro, sólo se puede hacer de una manera: saltando».

«A mi me cuesta pensar» añade el comisario,»que un  niño salte a un agujero sin fondo visible».

-«Ahora bien,»añade, «si se había formado un embudo en la tierra de alrededor del pozo para tirar cascotes al agujero, entonces sí».

En el caso que nos apunta este experto, es más factible que el niño cayera porque hubieran resbalado ambos pies.

Falta por explicar cómo fue posible la caída. Sólo los investigadores saben cómo estaba realmente el terreno en torno al agujero, si se había formado ese embudo, tal vez, para introducir materiales o no.

SEGUNDO ENIGMA: ¿EN QUÉ POSICIÓN CAYÓ EL NIÑO REALMENTE?

«Para estar seguros de que fue de forma vertical y con los brazos en alto, falta conocer los detalles de la autopsia».

Y de la autopsia «sólo ha trascendido el traumatismo en la cabeza, pero no sabemos, aún, en qué parte exacta del cráneo».

«No es lo mismo un traumatismo lateral» apostilla, «que en el centro de la cabeza».

De inmediato trascendió, tras el rescate, que había caído en vertical con los brazos hacia arriba.

Pero tal como  indica Galán «es fundamental saber, aparte de esos traumatismos, qué otras señales muestra el cuerpo, qué arañazos y en qué parte de los brazos. Hasta que no lo digan los médicos forenses, a mi no me convence la información que se da «tan alegremente».

¿Dónde están las heridas? Sólo los forenses nos van a revelar cómo cayó el niño, qué rozaduras tenía y en qué partes concretas, así como el tipo de material que le golpeó.

«Con la posición en la que, presuntamente,  fue encontrado por los agentes, no es suficiente».

El comisario principal honorario -hoy retirado- Ángel Galán fue jefe superior de Policía en Extremadura, imagen que recoge la foto; de fondo, las grúas la noche en que fue rescatado el cadáver del pequeño Julen del interior de la montaña.

TERCER ENIGMA: ¿CÓMO SE FORMA ESE TAPÓN SOBRE EL NIÑO?

«Cuesta creer que sólo con el material arrastrado en su caída se formara un tapón tan compactado», afirma el comisario principal.

«Por mucho que arrastre el niño en su caída», desconfía Galán, «cómo es posible que sólo con esos caigan tantas piedras o arena como para ser taponado por una especie de ‘argamasa’. No tiene sentido». .

«Por mucho que hubiera humedad en el fondo del pozo», como ahora se está diciendo, «no se forma ese compactado»,aunque reconoce, «yo no soy experto en esta materia y habrá personas más formadas que lo analizarán.»

Al comisario le surgen dudas, aunque en esta vida, como  él dice, «todo es posible».

«¿Por qué la máquina succionadora pudo extraer una parte del tapón y el resto no?. Cuesta mucho pensar que un material que cayera sólo por el arrastre del niño fuera tan tan duro que «ni la máquina pudiera sacar» .

«Además», añade, «si hubiera habido  humedad en el fondo, el propio niño y su piel tendrían signos de ello. Algo que  tampoco se ha desvelado de momento».

CUARTO ENIGMA: ¿HAN CONTADO LOS PADRES TODA LA VERDAD?

«Nadie cuenta la verdad», afirma Ángel Galán, tras toda una vida de experiencia en investigación.

La larga experiencia del comisario Galán le hace ser rotundo, no sólo en este caso, sino en tantos como ha investigado.

«Siempre se produce lo que llamo la mentira social,» desvela. «Nadie en situaciones como ésta dice la verdad, lo que siempre se pretende es mantener la dignidad del desaparecido y de la familia. Nadie miente para engañar, mienten para mejorar la imagen. Al principio siempre se tapan cosas hasta que sale la realidad, que, antes o después, se termina descubriendo «.

QUINTO ENIGMA: ¿QUIÉN EJERCERÁ LA ACCIÓN PARTICULAR O POPULAR EN CASO DE QUE SE CERTIFIQUE ALGÚN TIPO DE HOMICIDIO?

El Abogado del Estado podría reclamar al dueño de la finca el coste del rescate de Julen.

La abogada penalista Sara Rodríguez opina que ella sí cree «que estamos ante un homicidio imprudente y, en principio, tendrán que ser el dueño de la finca y/o el pocero, si no tenían permisos para el pozo, a quienes se acuse».

Pero la instrucción, bajo secreto de sumario, aún prosigue.

Hay que esperar a lo que ocurra tras la investigación y los interrogatorios que se realicen.

«Otra cuestión es», añade la letrada, «si, en caso de que se acusara al dueño de la finca, los padres querrían personarse como acusación particular al ser familiares de él».

Con respecto a si alguien se haría cargo del coste económico que ha conllevado toda la operativa del rescate, Rodríguez afirma que «el Abogado del Estado se lo podría reclamar al propietario de la finca».

Sólo el empleo de la maquinaria y los materiales, sin incluir el coste de personal, asciende a 600.000 €, según la estimación hecha por Guardia Civil y aportada al juzgado.

Esta cifra no incluye los daños ecológicos y tampoco está cuantificado el de las fincas aledañas de las que, como mínimo, se han arrancado árboles.

Además, 23 empresas privadas y públicas, de momento, han afirmado que hicieron el trabajo  voluntariamente.

Si no fuera así, esta operación de rescate podría costar en torno a 1,5 millones de euros, según analizan los expertos.

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