Los padres de Julen escucharon a su hijo llorar desde el interior del pozo: No murió de inmediato
Para rescatar al pequeño Julen hubo que construir un pozo paralelo con técnica propia de las minas. GC.

Los padres de Julen escucharon a su hijo llorar desde el interior del pozo: No murió de inmediato

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31/1/2019 06:15
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Actualizado: 31/1/2019 02:04
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José Rosello y Victoria García, los padres del pequeño Julen, de dos años, escucharon a su hijo llorar desde el interior del pozo después de la caída, según las declaraciones realizadas ante los agentes de la Unidad de Policía Judicial de la Guardia Civil, que investigan el caso.

De acuerdo con el relato del padre, él se fue con el dueño de la parcela, David Serrano Alcaide, a hacer una paella mientras su mujer y su prima cuidaban de los niños.

Cuando estaba echando leña al fuego, vio como su hijo Julen corrió por la zanja hacia la esquina donde está el pozo, que estaba a 10 y 15 metros y observó como caía al agujero.

Era una zanja en forma de ele de 35 metros de largo, 50 centímetros de profundidad y cinco metros de ancho.

«Escuché a mi hijo llorar dentro del pozo, por lo que quité todas las piedras y broza que había alrededor del pozo y llamé a mi hijo, al que estuve escuchando llorar 30 segundos, mientras le hablaba para tranquilizarle», reconoció ante los agentes de la Benemérita.

David Serrano, explicó, les había advertido de la presencia del agujero, pero les dijo que estaba tapado por dos ladrillos del hormigón, que denominó cantillos.

La madre de Julen, por su parte, no vio lo ocurrido porque se encontraba llamando a su trabajo. En ese momento escuchó los gritos y vio que todos, su marido, David Serrano y su prima, pareja de este, corrieron al pozo.

«Escuché chillar a todos y cómo se dirigían al agujero del pozo. Al asomarme a la boca del pozo escuché a mi hijo llorar y vi cómo mi pareja quitaba de los bordes piedras y arena para que no cayeran dentro. Dejé de escucharlo llorar y empecé a gritar, desesperada», contó a la Guardia Civil.

Las declaraciones de David Serrano y de su pareja son coincidentes con la de los padres de Julen.

La parcela de 4.439 m2, donde ocurrió todo, había sido comprada por Serrano el pasado mes de octubre.

Desde entonces se habían hecho unas obras consistentes en una explanada rectangular de 35 metros de largo con el fin de levantar una casa.

La superficie de construcción tenía alrededor de 500 m2.

NO TENÍAN AUTORIZACIONES DE NINGUN TIPO PARA CONSTRUIR NI HACER POZOS

En la parcela, se hallaron tres palés con bloques de hormigón de color gris –como los que el dueño de la finca aseguró haber utilizado para tapar el agujero–, cuatro sacos de cemento, dos más de arena blanca y sendos rollos para canalizar los cables de la electricidad y el agua, de acuerdo con el informe elaborado por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), que ha investigado la legalidad de la perforación y del movimiento de tierra realizado en la parcela.

De acuerdo con los cálculos realizados por el Seprona, la boca del agujero tiene 28 centímetros de diámetro, aunque su diámetro de construcción es de 21 a 22 centímetros.

La profundidad del mismo estaría, según el pocero que lo llevó a cabo, tendría entre 111 y 114 metros de profundidad.

«De las declaraciones del propietario de la parcela y del pocero se desprende que ninguno de ellos solicitó los permisos, extremo que también concluye el Seprona en su investigación», según informa el Diario Sur.

Los agentes indican en su informe que el pozo requiere una licencia otorgada por el ayuntamiento, en este caso, de Totalán, como establece el Reglamento de Disciplina Urbanística de Andalucía.

También precisa de un proyecto técnico firmado por un titulado en minas y visado por el Colegio Profesional.

Y, por último, la concesión de la autorización administrativa.

Las otras obras, las del rebaje del terreno y la zanja para el muro de cimentación, tampoco disponen de licencia urbanística, según las pesquisas, que concluyen, en definitiva, que nada de lo que se hizo allí tiene la autorización exigible, ni tampoco los planes de seguridad y salud en el trabajo, que el promotor debe encargar y el contratista, elaborar.

Desde el punto de vista legal, los responsables de las infracciones urbanísticas son el promotor, David Serrano, como dueño de la finca, y el contratista.

Las irregularidades ya han sido enviadas al Ayuntamiento de Totalán, a la Junta y a la magistrada del Juzgado de Instrucción número 9 de Málaga, María Elena Sancho, que lleva la instrucción, a los efectos oportunos.

¿A QUIÉN LE CORRESPONDÍA TAPAR EL POZO Y NO LO HIZO?

El pozo había sido horadado para buscar agua en la parcela por un profesional, Antonio Sánchez.

Un trabajo que se llevó a cabo entre el 17 y 18 de diciembre, sin que existiera contrato por escrito.

Sólo verbal. Y sin permisos. Para ello, utilizó una máquina de rotopercusión.

El primer día hicieron una perforación a 150 metros, pero no encontraron agua. Al día siguiente hicieron otra, de 110 metros, con el mismo resultado. Fue en esa en la que cayó Julen.

De acuerdo con David Serrano, el pocero, Sánchez, nunca selló el agujero.

«Cuando me asomé, ví como dos bloques de hormigón de construcción que tapaban el agujero del pozo se habían desplazado y se veía la abertura del mismo», contó a la Guardia Civil. «El pocero se llevó la maquinaria y dejó el pozo sin tapar».

Sánchez tiene una versión contraria.

«Al sacar el tubo metálico que se inserta al inicio del pozo, la propia tierra que han sacado cae, rodea al mismo y tapa el agujero, seguidamente, le puse una piedra de 15 kilos, quedando como responsable de dicho pozo el propietario de la parcela», relató.

Un tercer testimonio, el del maquinista del bulldozer que hizo la zanja por la que corrió Julen -zanja para levantar una valla-, también está sobre la mesa: «En un punto de la parcela había una montonera de arena de color gris con una especie de cráter en el centro, donde había un agujero descubierto de un pozo».

«Al irme, vi como David puso con el pie unas piedras que había en la zanja sobre el agujero», añadió.

 

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