Cuixart reconoce que el papel de Òmnium es movilizar en pro de la autodeterminación
El presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart.

Cuixart reconoce que el papel de Òmnium es movilizar en pro de la autodeterminación

Al igual que los otros 10 acusados que ya han declarado, ha negado conocer, hasta que se lo enseñó su abogada, el documento 'Enfocats'
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26/2/2019 11:48
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Actualizado: 16/2/2021 12:47
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El líder de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, se ha presentado en el juicio del ‘procés’ como un «preso político» que ha entrado en prisión por ser «un activista social», y ha dicho que su plataforma defiende la autodeterminación y que su papel es «movilizar a la sociedad».

Cuixart ha señalado que desde la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut en 2010 han venido pidiendo a los políticos «españoles y catalanes que escuchen a la ciudadanía en ejercicio de derechos fundamentales».

«Y lo seguiremos haciendo, pase lo que pase», ha añadido.

El juicio por el ‘procés’ en el Tribunal Supremo se ha reanudado hoy pasadas las 9.30 con la declaración del presidente de Òmnium.

Ha respondido a las preguntas de la Fiscalía, representada hoy por los fiscales Jaime Moreno y Consuelo Madrigal, y a las defensas, pero no a la Abogacía del Estado ni a VOX, que ejerce la acusación popular, y cuyos abogados han llegado tarde y han tenido que esperar al primer receso para incorporarse a la vista.

Cuixart ha declarado durante casi cuatro horas. Ha sido el único de los acusados que, hasta el momento, no se quejado por no contar con traducción simultánea del catalán.

En varios momentos del interrogatorio, ha utilizado la coletilla «hostiá» antes de responder a las cuestiones planteadas por el fiscal Moreno.

LAS PETICIONES DE PENA VAN DE LOS 8 AÑOS DE CÁRCEL A LOS 62 

La Fiscalía pide 17 años de prisión y 17 años de inhabilitación para él, por los presuntos delitos de rebelión, agravada por condición de jefe o promotor, y malversación de caudales públicos. La Abogacía del Estado solicita 8 años de cárcel por supuesta sedición; mientras que VOX reclama 62 años de prisión por dos presuntos delitos de rebelión y organización criminal.

El Ministerio Público acusa al presidente de Òmnium de participar en las reuniones organizativas para la consecución de la independencia, en la que se destacó su capacidad de movilización.

Al igual que al exlíder de Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez, le imputa reiterados llamamientos para votar un referéndum en las distintas manifestaciones, como en la concentración del 20 de septiembre de 2017 frente a la Consejería catalana de Economía, en la que se dirigió a los concentrados para que defendiesen la independencia e instó a hacer una movilización permanente.

Su defensa denuncia vulneración del derecho de reunión pacífica y derechos civiles y democrático del líder social y afirma que si se le condena, la Justicia internacional sancionará a España por la vulneración de los derechos humanos.

Está en prisión preventiva desde el 16 de octubre de 2017, como Jordi Sànchez.

‘DECLARACIÓN DE INTENCIONES’, NO HOJA DE RUTA

Tras explicar el origen de organización cultural de esta organización, Cuixart ha manifestado que el 99% de los miembros de Òmnium son independentistas y que defienden el derecho de autodeterminación «y aún más a partir de la sentencia del Estatut de 2010, en tanto que Cataluña es nación, y esto es un derecho inalienable».

«Tengo un sentimiento republicano y aquí espero que eso no se esté juzgando», ha señalado, a lo que el fiscal le ha respondido que «no lo dude», que «no se le está juzgando por ello».

Cuixart ha hecho alusión a un documento que aparece en el escrito elaborado por Ómnium de la acusación popular, que la Fiscalía califica de «hoja de ruta» de las acciones que acabaron teniendo lugar en el otoño de 2017.

El líder de esta plataforma ha dicho que se trata de una «declaración de intenciones» que «obedecía a una estrategia en la que se defendía la independencia y aportaba movilización social, para convertir las elecciones del 27 de septiembre en unas elecciones de carácter plebiscitario».

Cuixart ha eludido responder a las preguntas que el fiscal le realizaba relativas a cada una de las decisiones del gobierno catalán o el Parlamento autonómico que fueron suspendidas por el Tribunal Constitucional. Ha alegado que las desconoce en profundidad porque no es político, sino tan solo un «activista social».

«Le mentiría si le dijera que todos fueron suspendidos o no, me consta que suspendió el referéndum, pero le mentiría si le dijera esta sí o no porque no tengo suficiente conocimiento», ha añadido.

Al igual que los otros 10 acusados que ya han declarado en semanas anteriores, Cuixart ha negado conocer hasta que se lo enseñó su abogada el documento denominado Enfocats y la Moleskine con anotaciones que le fueron intervenidas en el domicilio del que fuera número 2 del exvicepresidente catalán Oriol Junqueras.

DENUNCIA QUE ‘LA GUARDIA CIVIL CERRÓ WEBS SIN ORDEN JUDICIAL, COMO PASA EN TURQUÍA’

El presidente de Òmnium Cultural ha aprovechado una pregunta del fiscal sobre la compra de un dominio web de Òmnium Cultural que cree fue utilizado para movilizar a ciudadanos el 1-O, para criticar que antes del 20-S y del referéndum ilegal del 1-O se clausuraron «cientos de páginas» sin «ningún tipo de orden judicial», «como pasa en Turquía».

Ha dicho no entender qué importancia tiene si el dominio de la web de Òmnium fue adquirido en Irlanda, dado que ello no impide «que se cierre la página», y ha defendido que los dominios de su plataforma no han sido utilizados «para nada más que las actividades propias» de la entidad.

El fiscal Jaime Moreno ha señalado una contradicción de Cuixart respecto a su declaración ante el magistrado Pablo Llarena, instructor de la causa, y las explicaciones que ha dado hoy en relación a unos tuits de Òmnium Cultural que llamaban a movilizarse el 20-S.

Cuixart le ha contestado que las declaraciones que hizo ante Llarena estaban condicionadas por su «voluntad de salir de prisión al precio que fuera».

Ha afirmado que «después de 550 días en la cárcel» ahora su prioridad ha dejado de ser salir de la cárcel y que ahora es solucionar el «conflicto político en Cataluña» y «denunciar el ataque y la vulneración de los derechos fundamentales en Cataluña y España».

DICE QUE HA PARTICIPADO EN ‘EL EJERCICIO MÁS GRANDE DE DESOBEDIENCIA CIVIL EN EUROPA’, EL 1-O

Ha reconocido sobre sus tuits el 1-0 que desde su organización tenían «plena conciencia» de que cuanta más gente hubiera en los colegios o centros electorales más podría visualizarse que «la violencia de la policía era desproporcionada».

«No pretendíamos provocar violencia, sino mostrar a la comunidad internacional que queríamos ejercer nuestro derecho de voto frente a señores que iban armados hasta los dientes», ha explicado durante un tenso interrogatorio con el fiscal Jaime Moreno, que le ha cuestionado por cada uno de los mensajes enviados.

El fiscal también le ha preguntado por su conocimiento de datos concretos ocurridos durante la jornada del referéndum ilegal, como si conocía el número de ciudadanos bloqueando la entrada de un colegio determinado o el hecho de que se lanzaran vallas a los agentes.

Lejos de dar respuesta concreta a estas preguntas, ha llegado a manifestar que la Policía y la Guardia Civil hubieran logrado el mismo objetivo «sin tener que emplear la violencia», «con paciencia» y «quitando a los manifestantes uno a uno» aunque éstos se opusieran «con un poquito de resistencia».

Preguntado por la Fiscalía sobre si conocía que el referéndum no era un acto de protesta, sino un acto ilegal prohibido por los tribunales, Cuixart ha respondido que no comparte esta apreciación porque ningún órgano judicial había interpelado directamente a la asociación.

Acto seguido se ha referido a lo «bonito» del hecho de que dos millones de personas se organizaran para hacer un referéndum, que ha calificado de ser «el ejercicio más grande de desobediencia que ha habido en Europa «, del que «los españoles deberían estar orgullosos».

Cuando el fiscal le ha preguntado por el lanzamiento de vallas y sillas a los agentes por parte de algunos ciudadanos, Cuixart se ha referido de nuevo como una «ruptura de la disciplina de la no violencia» que él lamenta, y ha mencionado al padre de un amigo que perdió un ojo al recibir el impacto de una bola de goma. «Estaba lanzando una valla y se le respondió con un proyectil no autorizado», ha comentado.

A partir de entonces, a cada pregunta del fiscal, Cuixart ha respondido con cierta arrogancia:

¿Sabe que había setencientas personas bloqueando la entrada del colegio Ramon Llull? «No sé, se que se lanzó una pelota de goma y a una persona se le vació un ojo».

¿Sabe que hubo siete policías lesionados? «Sé que hubo 17 policías imputados por la violencia ejercida».

¿Sabe si hubo violencia por los manifestantes? «Sé que hubo violencia policial».

Cuixart también ha hecho referencias a activistas por los derechos raciales en Estados Unidos como Rosa Parks, Gandhi y Martin Luther King, y ha mencionado la matanza de Tiananmen.

Ha dicho que este episodio le vino a la memoria cuando vio la imagen de unos manifestantes ante el coche que llevaba a un detenido el 20-S por la «actitud de resistencia no violenta, nada reprochable para mostrar un rechazo con una actuación que no impidieron, pero mostraron disconformidad».

Cuixart ha insistido en que nunca cometió desacato a ningún tribunal, y que el Tribunal Constitucional dictó «una suspensión, no una sentencia».

«La única manera de mostrar nuestra disconformidad es asumir la desobediencia civil«, ha manifestado.

DESVINCULA A ÒMNIUM DE LA ORGANIZACIÓN DEL 1-O

Además, ha desvinculado a Ómnium de la organización del 1-O alegando que no pueden hacerlo por su «código ético» y su interés en mantenerse autónomos respecto de ningún partido político.

«Ómnium no ha invertido ni un euro, dar vueltas alrededor de una posible colaboración es insinuar que hemos organizado un referéndum y ya le digo que no, porque como entidad no lo podemos hacer», ha sentenciado.

Respecto a los hechos del 20 y 21 de septiembre de 2017, ha asegurado que la actitud de los manifestantes el 20-S frente a la Vicepresidencia y Consejería de Economía era «pacífica», y que el daño de los coches de la Guardia Civil fue algo «anecdótico», aunque ha reconocido que esta actitud supuso una «ruptura de la no violencia» y «no propia del civismo del movimiento soberanista».

Ha dicho que Sánchez y él se subieron a un coche de la Guardia Civil porque los manifestantes no les oían cuando les empezaron a pedir pasadas las once de la noche que la concentración quedaba desconvocada.

Cuándo él y Sánchez estaban encima del vehículo dirigiéndose a los manifestantes con un megáfono dijeron que se iban a «dejar la piel». Cuixart lo ha justificado recordando que ese fue el lema de su campaña cuando se presentó a la presidencia de Òmnium Cultural unos años antes.

En su declaración también ha comentado que es «hijo de murciana» y «medio español». «Somos pueblos hermanos y no podrán confrontarnos», ha afirmado.

La defensa de Cuixart, Marina Roig, ha interesado la exhibición de unos vídeos para incidir sobre la actuación de Cuixart en la concentración del 20-S, en los que éste insta a los manifestantes a que si alguien intenta impedir la función de los agentes de la Guardia Civil o de los Mossos d’Esquadra tendrían que «aislarlo, detenerlo y desenmascararlo».

En otra proyección ha podido verse a Cuixart pidiendo un grupo de concentrados que se marchen una vez que la convocatoria había concluido. «Nuestro objetivo no es nada más que una reivindicación«, ha respondido tras ver los dos vídeos.

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