Jordi Sànchez reconoce que llamó a la movilización ante la Consejería de Economía el 20-S
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Jordi Sànchez reconoce que llamó a la movilización ante la Consejería de Economía el 20-S

Dice que es un "preso político" y que todos los hechos" de los que le acusa la Fiscalía son "absolutamente falsos"
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21/2/2019 16:17
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Actualizado: 21/2/2019 16:22
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El expresidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez se ha definido ante el tribunal del ‘procés’ como un «preso político y de conciencia», considera que el juicio es un proceso «político», y ha dicho que va a dar al tribunal la «oportunidad» de demostrar su imparcialidad.

El Ministerio Público pide 17 años de prisión para él por un delito de rebelión; la Abogacía del Estado8 años por sedición; mientras que VOX lo acusa de dos delitos de rebelión y uno de organización criminal y reclama 62 años. 

Sànchez ha sido el décimo acusado por el ‘procés’ en ser interrogado. Ha comenzado a declarar sobre las 11.15 horas, y sólo ha contestado sólo a Fiscalía y Abogacía del Estado, a VOX no.

Con un lazo amarillo en la solapa de la chaqueta, Sànchez ha comenzado su intervención lamentando que el tribunal no haya accedido a una traducción simultánea del catalán.

Como el resto de acusados, ha renunciado a la traducción consecutiva, y ha desdeñado los argumentos que esgrimió el primer día del juicio el presidente del tribunal, Manuel Marchena, sobre las razones emocionales que puede haber para querer declarar en catalán.

«Mi derecho no es poderme expresar respecto a mis sentimientos, sino defenderme ante una acusación injusta«, ha señalado.

Además, Sànchez ha reprochado a la Fiscalía que «cuestione» movilizaciones pacíficas del independentismo como las manifestaciones de las diadas.

Esto ha motivado que el fiscal le haya advertido de que las concentraciones del 11 de septiembre suponen un «ejercicio legítimo» del derecho de manifestación, a diferencia de la concentración del 20-S, que el Ministerio Público considera uno de los hechos que configuran el delito de rebelión, pues implica el uso de la violencia.

«Estoy convencido de que todos los hechos que me achaca el fiscal y la Abogacía del Estado son absolutamente falsos; no tengo ningún temor a poder responder y a decir la verdad», ha proclamado.

A preguntas del fiscal Javier Zaragoza, ha reconocido que llamó mediante una intervención radiofónica y por Twitter a la movilización frente a la Consejería de Economía de Cataluña, que estaba siendo registrada por orden judicial desde primeras horas del 20 de septiembre de 2017.

Preguntado sobre si lo hizo por considerar dicha orden una ataque a las instituciones catalanas, ha manifestado que convocó «sólo para protestar» por la decisión del Juzgado Central de Instrucción número 13 de Barcelona, entonces dirigido por el magistrado Juan Antonio Ramírez Sunyer, fallecido el pasado noviembre.

Sánchez ha contado que el lema de la movilización era «defendamos las instituciones», que no era suyo, y que compartían «en los mismos términos» otras entidades participantes en la protesta, entre las que ha citado a CC OO, UGT, los rectores de las universidades públicas catalanas.

DICE QUE EL REGISTRO DE LA CONSEJERÍA ERA UNA ORDEN JUDICIAL QUE ‘DEBÍA SER PROTESTADA’

Ha destacado la relevancia de este aspecto de lo ocurrido «porque hoy es imposible juzgar los hechos sin tener en cuenta el entorno y consideraciones sociales y políticas que existían», esos días en Cataluña, donde el Juzgado 13 -que investiga la organización del 1-O- llevaba meses practicando diligencias secretas que estaban siendo muy «polémicas».

«Todo ello generó una situación de indignación y, de acuerdo con el mandato de la Asociación Nacional Catalana, decidimos convocar un acto de protesta», ha señalado.

Acto seguido, ha indicado que las decisiones judiciales «deben ser respetadas, pero eso no las exime de ser protestadas».

El líder separatista ha reconocido que supo del registro judicial a hora muy temprana por los medios de comunicación y que habló por teléfono sobre el asunto con la presidenta de ERC -procesada en esta causa y huida de la justicia- Marta Rovira, a las 8.11 de ese día, según le ha apuntado el fiscal Zaragoza, quien ha iniciado un interrogatorio muy incisivo sobre los detalles relativos a ese día.

La defensa de Sánchez, que ejerce el letrado Jordi Pina, ha manifestado su protesta por el interés del fiscal de aludir a las manifestaciones de su cliente durante la instrucción antes de preguntarle.

Tras la intervención del presidente del Tribunal, Manuel Marchena, se ha acordado que Zaragoza haría sus preguntas y sólo se acudiría a leer las declaraciones anteriores de Sánchez si se incurriera en alguna contradicción.

El expresidente de la ANC ha relatado que cuando llegó ante la Consejería ya había en el lugar un número importante de medios a las puertas, personas que protestaban y cargos públicos, y ha puntualizado que eran los medios de comunicación los que estaban «en los coches» policiales -que resultaron dañados a lo largo del día-.

Después ha precisado que en ese momento concreto no vio los vehículos dado el número de personas que ya estaba en el lugar, y que cree que fueron «los medios de comunicación los que hicieron un efecto llamada para la movilización».

«Creo que es la propia secretaria judicial la que comentó en alguna de sus declaraciones que cuando llegó la comitiva ya había dos o tres personas protestando y haciendo fotos» -ha apuntado también Sánchez, para añadir que «es imposible» que de sus llamadas la protesta pueda extraerse una conexión causa-efecto.

A petición del Fiscal se han leído cuatro de los mensajes en Twitter que a lo largo de esa mañana escribió Sánchez, en las que llamaba a movilizaciones «desde la no violencia» y «pacíficamente» delante de la Consejería.

«Se han equivocado mucho, ellos han declarado la guerra y salimos a defender pacíficamente las instituciones», rezaba uno de ellos. Sánchez ha reconocido que manejaba personalmente dicha cuenta.

DEFIENDE QUE NO SE DISOLVIERA LA CONCENTRACIÓN

Ha defendido que no se disolviera la concentración aquel día, mientras la Guardia Civil estaba realizando un registro en el edificio, porque en ningún momento se dificultó la actuación de la comitiva judicial.

Preguntado por el fiscal sobre por qué él, como presidente de la ANC no cogió un megáfono y pidió a los manifestantes que se fueran, ha asegurado: «Aunque hubiese querido, con un megáfono no soy capaz de desmovilizar esa concentración».

Ha subrayado que la comitiva judicial desarrolló su labor «con absoluta normalidad» y que todos los detenidos ese día pudieron entrar a la Consejería a presenciar el registro.

También ha explicado que desde la ANC se habilitó un pasillo para que pudiesen entrar los detenidos, si bien al teniente de la Guardia Civil destacado en la Consejería no le pareció seguro y le pidió que contribuyese a desplazar la concentración unos metros para que unos vehículos accediesen hasta la puerta.

«No me veía capacitado», ha señalado, y ha afirmado que no era algo «técnicamente razonable ni de sentido común»: «No había posibilidad humana para hacerlo».

El diputado suspendido de JxCAT ha recordado que la concentración se disolvió por la noche, cuando ya tenían un escenario desde el que poder dirigirse a «las miles de personas concentradas», que sabían por los medios que la protesta acababa a las 12.

DICE QUE HUBO TENSIÓN, PERO ‘NO UNA SITUACIÓN DE VIOLENCIA’

Sànchez ha admitido que ese día hubo tensión, pero no «una situación de violencia», y ha insistido en que fue una protesta pacífica.

«No hubo ni un lanzamiento de objetos que dañaran no solo a un agente de la Guardia Civil o de los Mossos, ni tan solo la puerta», ha subrayado Sànchez, y ha tachado de «falso» el «relato» de algunos informes y de algunos medios «de que hubo un intento permanente de asalto».

Tampoco hubo, según afirma, ningún intento de que la secretaria judicial saliera por el pasillo de seguridad habilitado, de modo que salió por el tejado porque ella tenía percepción de falta de seguridad, no porque esa percepción fuera real.

SEIS COCHES POLICIALES DAÑADOS 

La situación de los coches de la Guardia Civil dañados ha ocupado parte del interrogatorio.

Sànchez ha admitido que fueron dañados seis, y lo ha condenado, pero ha negado que fuera fruto de un «alzamiento puntual», sino de acciones que se fueron produciendo a lo largo de la jornada.

Ha justificado que él y el líder de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, se subieran a un vehículo de la Guardia Civil para «insistir» a los «pocos centenares de personas» que se mantenían concentrados a que se fueran, aunque ha reconocido que no pidieron permiso para hacerlo.

«Se nos sugirió que nos subiésemos a un sitio donde hubiese visión», ha expresado.

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