Roberto González (SUP): ‘En la Policía hay más muertes por suicidio que en acto de servicio’
El secretario general del SUP en Galicia, Roberto González, impulsó hace cuatro años con otros dos compañeros el programa ViveCNP, que sirve apoyo psicológico a los agentes y ha atendido a 50 policías en riesgo de suicidio de distintos puntos del país.

Roberto González (SUP): ‘En la Policía hay más muertes por suicidio que en acto de servicio’

El SUP reclama la ‘inmediata’ puesta en marcha de un protocolo que preste asistencia psicológica a los agentes y prevenga los suicidios en el CNP
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01/4/2019 01:15
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Actualizado: 01/4/2019 01:27
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162 policías se han suicidado desde el 2000 en España, cuatro de ellos en 2019, ha informado a Confilegal Roberto González Rodríguez, secretario general del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Galicia.

“Desde 2015 han sido 48 los suicidios registrados en el Cuerpo”, añade.

Este agente explica que “en la Policía hay muchas más muertes por suicidio que en acto de servicio y en itinere”.

“Cogiendo los datos de los últimos 20 años, la media de muertes en acto de servicio y en itinere son aproximadamente 3 al año, mientras que la de suicidios se eleva a los 9 casos, lo que supone una tasa de 15 muertes por 100.000 efectivos al año, que duplica a la de la población en general, que se sitúa en un 7,76”, detalla.

A los cuatro agentes que se han quitado la vida este año se suman también el suicidio de un policía jubilado de Galicia, y el de un agente que fue expulsado del Cuerpo hace seis meses.

Las últimas dos semanas han sido especialmente trágicas. El 24 de marzo se quitó la vida un agente en Basauri (Vizcaya); el pasado lunes, otro en Sagunto (Valencia); y el martes, un guardia civil en Orense (Galicia), delante de su mujer. Hay una “gran preocupación” en el colectivo.

Roberto González ha vivido de cerca este drama. Su padre, Manuel González González, se quitó la vida en abril de 2013, con 73 años. Tenía depresión.

“Mi padre llevaba mucho tiempo medicado, pero no percibimos nada extraño. Siempre te queda esa pequeña espinita de que si hubiese percibido algo, lo hubiera ayudado; de por qué no he detectado esos síntomas o no he asociado esto a que realmente estaba pasando un mal momento”, cuenta González.

Roberto Rodríguez, junto a su padre, Manuel González, el día que juró el cargo de policía, en febrero de 2004, en la Academia de Ávila.

En este colectivo, según informa, se registra una media de 450 bajas anuales por causas psicológicas.

Un vídeo explicativo sobre los sentimientos que tiene una persona que padece depresión:

VIVECNP DA APOYO PSICOLÓGICO A LOS AGENTES DESDE HACE CUATRO AÑOS

Tras la pérdida de su padre, Roberto González emprendió una lucha para tratar de erradicar esta lacra en el Cuerpo. “Hay que intentar hacer algo para ayudar a los compañeros. Es un problema de salud pública de primer orden que hay que prevenir”, destaca.

Roberto González, junto a Rafael Cid Rodríguez, secretario de servicios del SUP, y José Antonio López Tamarit, policía, psicólogo y psicopedagogo gestó en 2015 ViveCNP, un programa que sirve apoyo psicológico a los agentes.

José Antonio López, Rafael Cid y Roberto González, los tres impulsores de ViveCNP.

La secretaria de organización del sindicato en Galicia, Sandra Castro Boedo, también dio un paso al frente y se les unió, y lo mismo hizo el secretario nacional de riesgos laborales del SUP, Carlos Alberto Prieto Conesa.

De izquierda a derecha: Carlos Prieto, Rafael Cid, Sandra Castro, Roberto González y José Antonio López.

Además, hace un año y medio el programa se extendió a Baleares y a Canarias.

Sus promotores veían que “realmente había un problema porque no se hablaba de ello” y sabían que en otras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad -como la Guardia Civil, algunas policías locales y autonómicas- hay medidas preventivas, por lo que aunaron sus fuerzas para cubrir este «vacío» de apoyo psicosocial que hay en el Cuerpo Nacional de la Policía.

Desde su nacimiento, ViveCNP ha atendido ya a 50 policías en riesgo de suicidio de distintos puntos del país. La mayoría en Galicia, ya que es donde se inició, con Rafael Cid como director.

Además, este programa se implantará en los próximos meses en Madrid y en Andalucía.

Su página web (www.vivecnp.es) dispone de mecanismos de contacto para una intervención «confidencial», recomendaciones y mecanismos de autoayuda, así como las estadísticas realizadas por el sindicato.

“Tenemos que ir concienciando a las nuevas generaciones de que hablar del suicidio de una forma razonable y responsable ayuda a prevenirlo, y que el agente vea que lo que le sucede, también le ocurre a más y que puede salir adelante y ver la luz al final del túnel”, señala Roberto González.

El pasado viernes, el equipo de ViveCNP de Galicia presentó en una rueda prensa en Santiago de Compostela el balance del programa en estos cuatro años, e instó a poner de una vez en marcha un protocolo en el CNP para conocer los factores que influyen en esta conducta, para poder detectarla a tiempo y evitarla.

Rueda de prensa en Santiago de Compostela donde los promotores de Vive CNP hicieron balance sobre su programa. Foto: EP

Rafael Cid informó que relaciona esta situación con un trabajo que obliga a tomar decisiones «en segundos», que siempre está «en el punto de mira de los medios de comunicación y de los ciudadanos» y que presenta «dificultades» para la conciliación familiar y laboral.

José Antonio López, por su parte, destacó que las armas de los agentes se convierten en «un elemento facilitador» de su decisión de suicidarse.

“Lo ideal es que en las comisarías haya armeros para que los agentes puedan depositar el arma, pero muy pocas cuentan con ellos, y los agentes se las llevan generalmente a su domicilio, ya que las taquillas no cuentan con medios de seguridad óptimos, no tienen videovigilancia”, añade Roberto González.

Además, piden que después de cada caso de suicidio se haga una autopsia psicológica, consistente en realizar entrevistas en el entorno laboral y personal del funcionario que se ha suicidado y tratar de acotar las causas. Desde ViveCNP la están haciendo, y  arrojan que “no hay una sola causa, sino un cúmulo de circunstancias”.

Revelan que un porcentaje importante de las personas que se suicidan tienen una historia previa de intentos suicidas, y que las mujeres tienen más tentativas, pero son los hombres quienes se suicidan más.

ViveCNP realiza jornadas de prevención del estrés policial, para que los agentes controlensus emociones y gestionen el estrés.

Las hicieron, por ejemplo, tras los incendios en Chandebrito (Galicia), donde hubo agentes que se quedaron atrapados y pasaron por una situación extrema.

Esta es la última que han celebrado:

EL SUP RECLAMA LA INMEDIATA PUESTA EN MARCHA DEL PROTOCOLO PARA PREVENIR LA ALTA TASA DE SUICIOS

El Sindicato Unificado de Policía lleva cuatro años reclamando al Ministerio del Interior que “se ponga en marcha en el CNP cuanto antes un equipo multidisciplinar y un protocolo para prestar asistencia psicológica a los agentes y prevenir la elevada cifra de suicidios en el Cuerpo”.

“El fin último del programa ViveCNP es instar a la Administración, a la Dirección General de la Policía, a que saque adelante este protocolo para ayudar a los compañeros que tengan problemas, para que las bajas psicológicas no pesen en el expediente de cada funcionario, se establezcan una serie de mecanismos para mejorar el bienestar psicológico de los agentes, haya una vigilancia psicológica y se haga un estudio de los casos”, explica Roberto González.

Este sindicato reclama un plan de prevención de estos casos, que analice las causas de los suicidios, que los agentes reciban formación antiestrés y que haya una vigilancia periódica de la salud mental para detectar posibles problemas psicológicos.

Todo ello, pide el SUP, con carácter confidencial, al igual que el teléfono de atención y los grupos de trabajo y seminarios que requiere para que ayuden a los policías a «desahogarse».

Al factor psicológico, para el que los agentes no cuentan con un sistema de evaluación o protección, denuncia el SUP, se suma el hecho de trabajar con armas, dado que precisamente éste es el método más habitual que utilizan para suicidarse, seguido por el ahorcamiento, un exceso de medicación y precipitarse al vacío.

También reclama que las comisarías con mayor volumen de trabajo cuenten con unidades básicas sanitarias con un psicólogo.

La confidencialidad, como explica Roberto González, tiene por objetivo evitar que la situación psicológica de un agente en un momento dado suponga «una mancha» en su expediente de cara a eventuales ascensos o incorporaciones a unidades especiales de la Policía.

“Dar una baja psicológica en la policía tiene consecuencias y eso hace que los agentes aguanten hasta el último momento, hasta que la situación es irreversible y cuando ésta llega a un punto extremo, tener un elemento facilitador como es el arma de fuego, hace que puedas ejecutar de forma más fácil tu idea”, señala.

Roberto González, cuando fue nombrado secretario general del SUP en Galicia, junto a su madre, Pura Rodríguez (en primer plano), su hermana, Marisol González (a la derecha), que es guardia civil, su cuñado, osé Luis Novoa, que también lo es y la sobrina de Roberto, Nerea Novoa; el 7 de junio de 2018, en A Estrada (Pontevedra).

ESTÁ DISEÑADO Y CONSENSUADO; EL SUP ESPERABA QUE SE APLICASE A FINALES DE 2018, PERO SE HA ‘PARALIZADO’

Informa que a nivel nacional, hace poco más de un año, se constituyó una mesa de trabajo para crear el reclamado protocolo de prevención de la conducta suicida en el Cuerpo que, entre otros elementos, incluiría ese equipo multidisciplinar al que los agentes pudiesen acudir en caso de necesitarlo y que ejerciese un control de la salud mental de los policías.

El protocolo está diseñado y consensuado con los sindicatos SUP, SPP, CEP, UFP y ASP y con los técnicos respectivos.

“Son unas medidas de obligado cumplimiento sobre formación, vigilancia, y jornadas antiestrés para los profesionales”, informa el secretario general del SUP en Galicia.

El SUP esperaba que a finales de 2018 se publicase y se aplicase. Sin embargo, denuncia que tras varias reuniones, el proceso se «paralizó» el pasado 29 de noviembre, y que todavía no se han convocado nuevas reuniones.

Reclama que se «reactive» y se ponga en marcha cuanto antes.

Informa que este equipo de prevención y seguimiento, que apuestan porque esté inicialmente compuesto por siete personas, tendría «un coste bajo».

El Protocolo “estaría integrado dentro de un Sistema de gestión e incorporado en la Subdirección General de Recursos Humanos y Formación, y se revisaría de forma anual con la elaboración de la correspondiente memoria”, detalla.

Contempla “atención telefónica ininterrumpida a manos de un psicólogo, atención presencial de los profesionales del equipo de intervención a los que se les podrá trasladar aquellas situaciones que les están resultando difíciles de afrontar; y también habría un programa de seguimiento telefónico”.

Asimismo, prevé una adaptación del puesto de trabajo. “En unos supuestos concretos, previa valoración psicofísica del trabajador, se estimaría el grado de cumplimiento de los requerimientos profesionales del puesto y se propondrían de manera temporal y revisable diferentes opciones de adaptación del puesto de trabajo o el cambio de servicio”, explica.

Otra medida del programa sería potenciar áreas como las habilidades sociales, la capacidad de introspección y las estrategias de resolución de problemas.

También se sensibilizaría sobre la relevancia de este fenómeno social a los agentes a través de campañas desmitificadoras relacionadas con salud mental y de sensibilización ante la fragilidad psicológica.

¿Cuáles son los factores de riesgo de origen laboral?

Este agente señala que hay una serie de factores que pueden contribuir a la ideación del suicidio. Por ejemplo, la exposición a experiencias traumáticas o trauma psicológico, como el estrés postraumático, intervenciones en casos de abuso y maltrato infantil o víctimas múltiples; el estrés laboral derivado de un desequilibrio desfavorable entre las demandas laborales y los recursos disponibles; sentimientos de frustración, indefensión y desesperanza; fácil acceso al medio suicida (arma de fuego); y tensiones psicosociales derivadas del trabajo a turnos, dificultades de conciliación de la vida laboral con la familiar, acoso laboral, estilos de mando autoritarios o ‘burnout’.

A estos dice que se suman también la separación del servicio activo o el pase a segunda actividad; una estigmatización por padecer procesos relacionados con la salud mental; y el aislamiento derivado del desarraigo social o familiar como consecuencia de la movilidad geográfica.

¿Qué recomendaciones da para tratar de evitar el suicidio de un compañero o un familiar?

Tomar en serio cualquier manifestación, amenaza o sospecha de conducta suicida. Hablar directamente de la situación con la persona en riesgo, y valorar cómo se siente, qué ideas suicidas tiene, si ha hecho un plan, para cuándo, y qué método ha pensado.

Transmitir tranquilidad, empatía, preocupación y comprensión con su situación, así como esperanza y posibilidades de superación de la situación con la ayuda oportuna.

Intentar encontrar soluciones prácticas, aunque sean temporales y ganar todo el tiempo posible. Proponer aplazar eventuales decisiones para otro momento, evidenciando lo definitivo y dramático de la solución y el estado provisional actual.

También habría que retirar todo lo que pueda servir para lesionar y controlar el acceso a la medicación, así como el consumo (por exceso o defecto) de la pautada.

Roberto González lamenta que “a pesar de ser uno de los ejes vertebradores de las sociedades modernas, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en nuestro país son unos grandes desconocidos”.

Apunta que en cambio, en Europa y en EE.UU desde una perspectiva sociológica, la Policía y su trabajo se ha perfilado como una línea de investigación de consolidada trayectoria.

Critica que los estudios al respecto realizados en España se orientan hacia debates generales y poco se atiende al trabajo diario del agente y a la organización que ha de sustentar.

Hace hincapié en que “definir un modelo policial y dar una buena imagen de la institución es muy importante, pero no es menos trascendental ocuparse de las condiciones de trabajo del colectivo, pues ello conlleva una eficiencia en el servicio que los agentes ofrecen a la sociedad”.

Por último, recuerda a cualquier agente que esté atravesando una situación difícil que siempre hay salida, y que en ViveCNP tiene la puerta abierta.

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