Condenado a 55 años un gerocultor que agredió sexualmente a cinco ancianas en una residencia en Arenys de Mar (Barcelona)
El condenado es José Manuel Reyes Gómez, diplomado en fisioterapia y técnico superior en documentación sanitaria; dice que no recuerda nada. Foto: EP

Condenado a 55 años un gerocultor que agredió sexualmente a cinco ancianas en una residencia en Arenys de Mar (Barcelona)

A una de ellas, de 84 de años, le dio un fuerte golpe en la cara que provocó de forma indirecta su muerte a los pocos días
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08/5/2019 15:32
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Actualizado: 08/5/2019 15:34
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La Audiencia de Barcelona ha sentenciado a 55 años y siete meses de cárcel a un gerocultor por agredir sexualmente a cinco ancianas, causar la muerte de una de ellas al provocarle un infarto con la agresión, y golpear a otras cuatro.

Se trata de José Manuel Reyes Gómez, diplomado en fisioterapia y técnico superior en documentación sanitaria. Trabajaba como gerocultor interno en una residencia de Arenys de Mar, donde estuvo a cargo de los pacientes en la Nochebuena de 2015, día en el que ocurrieron los hechos.

La Audiencia le ha condenado por cinco delitos de agresión sexual a 53 años de cárcel, por un delito de homicidio por imprudencia grave en concurso ideal con un delito de lesiones a persona especialmente vulnerable, a dos años y siete meses de cárcel, y por cuatro leves de lesiones a una multa de 360 euros.

También le inhabilita para cualquier profesión en el ámbito sanitario por un plazo de 15 años, le impone 10 años de libertad vigilada y le prohibe aproximación y comunicación con las víctimas.

Además, este individuo tendrá que indemnizar con 109.500 euros en total a las nueve víctimas o sus familias, la mayoría de ellas nonagenarias.

La Fiscalía pedía 79 años de cárcel por cinco delitos de agresión sexual, cuatro delitos de lesiones y un delito de homicidio cometido por imprudencia grave.

El tribunal ha aplicado la circunstancia atenuante de intoxicación etílica y drogas.

Contra esta sentencia cabe recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

El juicio tuvo entre el 26 de noviembre y el 13 de diciembre de 2018, y ahora ha trascendido el veredicto del tribunal, que está fechado a 23 de abril.

La sentencia la firman los magistrados Fernando Valle Esqués, María Carmen Martínez Luna y Myriam Linage Gómez, que ha sido ponente y expresa la decisión unánime del tribunal.

LOS HECHOS PROBADOS

El tribunal considera probado que el condenado, José Manuel Reyes Gómez, realizaba suplencias en esta residencia desde agosto de 2010 y trabajaba en ella como gerocultor en el turno de noche desde el 15 de octubre de 2015, como interino y a tiempo completo.

Indica que este centro, dirigido por M.A.A., pertenece a Cal Tei, S.L. y que firmó con el Instituto Catalán de Asistencia y Servicios Sociales en 23 de diciembre de 2014 un contrato administrativo para la gestión por concierto de plazas públicas en ella.

Los magistrados relatan que la noche del 24 de diciembre el condenado fue a la residencia «tras haber ingerido una cantidad no determinada de alcohol, cocaína y anfetamina, cuya influencia supuso una leve afectación de sus facultades cognitivas y volitivas».

Explica que entre las 21.00 horas y las 8.00 agredió sexualmente a cinco ancianas dependientes, de entre 60 y 91 años,  que padecían deterioro cognitivo en diversos estadios, golpeándolas para forzarlas y causándoles lesiones.

El tribunal constata la violencia de la actuación «porque así lo evidencian tanto las lesiones faciales como las genitales observadas en las víctimas, muestras incuestionables de la violencia y la fuerza que hubo de desplegar el sujeto activo para llevar a cabo su acción libidinosa, realizada, sin y contra la voluntad de aquellas».

Una mujer de 84 años falleció el 30 de diciembre de 2015 como consecuencia de la agresión sufrida

El tribunal considera que existe una «relación indirecta» entre el traumatismo craneal que el procesado causó a la anciana y el consiguiente hematoma que sufrió, lo que «favoreció el desequilibrio de sus sistemas orgánicos, ya de por sí precarios, facilitando la alteración de la función cardiorrespiratoria y desencadenando el infarto».

Asimismo, señala que «con la finalidad de menoscabar la integridad física» este individuo golpeó en la cara a otras cuatro ancianas, de entre 90 y 104 años, que padecían deterioro cognitivo en diferentes estadios y la más anciana, parkinson y demencia senil.

La anciana de 104 años, con antecedentes patológicos de demencia senil y enfermedad de Parkinson, tenía hipoacusia severa y alteración visual importante, necesitando la ayuda de terceras personas para realizar las actividades básicas de la vida diaria.

A ella la golpeó en la cara cuando ésta se encontraba en su habitación, y a consecuencia de los hechos sufrió lesiones que tardaron en curar 4 días.

De acuerdo a la sentencia, también agredió, propinando al menos un golpe en la cara, a otra mujer, de 90 años, que sufrió lesiones que tardaron en curar 8 días.

El tribunal informa que de igual manera actuó respecto otra mujer de 96 años, que sufrió lesiones que tardaron en curar 5 días.

Esta mujer falleció el 22 de enero de 2016, y fue incinerada al día siguiente, sin que pudiera practicarse autopsia y, por tanto, determinarse la causa de la muerte.

También con la finalidad de menoscabar su integridad física, propinó a otra interna de 92 años diversos golpes en el rostro.

A consecuencia de estos hechos sufrió lesiones consistentes en un hematoma facial en antifaz, hemorragia conjuntival izquierda, hematoma nasal, hematoma azulado en hemicuello izquierdo, hematoma malar bilateral, que tardaron en curar 15 días.

El tribunal ha tenido en cuenta las numerosas pruebas contra el acusado, entre ellas, las declaraciones de algunas de las víctimas, que pese a padecer «un grave deterioro cognitivo, pudieron verbalizar lo ocurrido, no con el detalle preciso para ofrecer un relato claro y preciso de las diversas secuencias delictivas en toda su extensión y en su concreta significación sexual, pero sí para cuando menos denunciar el concreto mecanismo lesivo que fue utilizado».

DICE QUE NO RECUERDA NADA

En el juicio, el condenado dijo que estuvo en dos bares con amigos antes de ir a trabajar, que consumió alcohol y cocaína, por lo que no recordaba la noche de los hechos.

«No me lo puedo creer. Son barbaridades», afirmó.

«Nunca pensé que me podía pasar algo así», añadió.

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