Acepta 26 años de cárcel por matar a un médico jubilado para robarle 80 euros
David Jiménez, alias 'El Araña', también tendrá que indemnizar con 37.500 euros a una de las hijas de la víctima y con 25.500 a la otra, y no no podrá acercarse o residir en Grado ni en Oviedo en un periodo de 35 años.

Acepta 26 años de cárcel por matar a un médico jubilado para robarle 80 euros

El acuerdo entre su defensa y la Fiscalía evita la celebración del juicio con jurado popular
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24/6/2019 12:46
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Actualizado: 24/6/2019 12:50
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El acusado de asesinar a un médico de 86 años en Grado (Asturias) en agosto de 2016 para robarle 80 euros ha reconocido los hechos y ha aceptado una condena de 26 años y medio de prisión.

Se trata de David Jiménez, ‘El Araña’.

Por el delito de asesinato, ha aceptado 23 años de prisión e inhabilitación absoluta durante el
tiempo de la condena, y por el de robo con violencia, 3 años, 6 meses y 1 día de cárcel, con el agravante de abuso de superioridad.

El acuerdo entre su defensa y la Fiscalía ha evitado la celebración del juicio con jurado popular que se iba a celebrar a partir de hoy en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial.

El magistrado Javier Luengos, que iba a presidir el tribunal del jurado, ha dictado «in voce» la sentencia.

El condenado también tendrá que indemnizar con 37.500 euros a una de las hijas de la víctima y con 25.500 a la otra, y a ambas hermanas con 80 euros por el dinero sustraído a su padre. Todo ello
más los intereses legales correspondientes.

Además, no podrá acercarse o residir en Grado ni en Oviedo en un periodo de 35 años.

LA FISCALÍA PEDÍA 30 AÑOS DE CÁRCEL

La Fiscalía del Principado de Asturias solicitaba inicialmente 30 años de prisión para este sujeto.

Según señala el fiscal en su escrito de acusación, la víctima, Francisco Crego Marcos, médico jubilado, con domicilio habitual en Oviedo, acudía frecuentemente a Grado, donde había desarrollado la mayor parte de su carrera profesional y donde, a pesar de estar jubilado de la sanidad pública, seguía pasando consulta privada.

Relata que el hombre era propietario de una finca en la localidad próxima de La Barraca, también en Grado, a donde iba a cuidar de sus plantas, y que para realizar tareas en la finca solicitaba en ocasiones la ayuda de David Jiménez, residente en la propia barriada, sin trabajo fijo ni más ingresos que lo que le daban los vecinos por trabajos ocasionales en sus fincas.

LOS HECHOS OCURRIERON EL 28 DE AGOSTO DE 2016

Según el fiscal, durante agosto de 2016, al marcharse F.C.M. de vacaciones, había encargado a Jiménez que regara las plantas y limpiar los accesos de su finca, pero el trabajo realizado por éste había sido muy deficiente, a juicio del médico.

Explica que el 28 de agosto, ‘El Araña’ se desplazó a la finca de la víctima y, alrededor de las 12.20 horas le pidió que le pagara 10 euros por el trabajo hecho.

El médico le respondió que no tenía billetes pequeños y le enseñó la cartera, que contenía unos 80 euros, todo en billetes superiores.

Señala que en ese momento, el condenado, que tenía un cuchillo, se supone en principio que para realizar trabajos en la finca, decidió matar al doctor para apoderarse del dinero que llevaba en la cartera y que le acababa de enseñar.

Así, en el momento en que el médico se subía a su vehículo para marcharse, éste comenzó a golpearlo reiteradamente con la puerta, causándole varias heridas contusas en hombro y muslo derecho y, cuando ya se había caído al suelo, en la cabeza.

Inmediatamente después, con el cuchillo que llevaba, y con el fin de originarle el mayor sufrimiento posible, le produjo múltiples heridas por cortes poco profundos en cara, cuello, tórax y manos.

Finalmente, le asestó una cuchillada en el cuello de 24 centímetros y medio de longitud, que le produjo la muerte por shock hipovolémico.

A continuación, se apoderó de la cartera y del teléfono móvil de F.C.M, y tras guardar los 80 euros, arrojó la cartera de la víctima, con documentación y fotos personales, al interior de una alcantarilla de la glorieta que comunica la carretera N-634 y la autovía A-63, en las inmediaciones de la población de Grado.

También se deshizo del teléfono móvil, tirándolo a un riachuelo que corre paralelo a la N-634.

Ambos efectos fueron recuperados posteriormente por la Guardia Civil.

Asimismo, el condenado arrojó el cuchillo, envuelto en una bolsa de plástico, a un contenedor de basura pero no pudo ser recuperado.

La víctima, en el momento de su fallecimiento, estaba viudo y tenía dos hijas, conviviendo con una de ellas.

El condenado es consumidor de sustancias estupefacientes desde hace muchos años, pero en el momento de cometer el hecho descrito estaba en tratamiento con metadona, por lo que no tenía necesidad física de consumir otras sustancias con el fin de evitar el síndrome de abstinencia, manteniendo inalterables sus facultades para distinguir el bien y el mal y actuar en consecuencia, indica la Fiscalía.

 

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