Los 3 sicarios que asesinaron por error a un español, condenados a penas superiores a lo solicitado por el fiscal
El "ejecutor", Breiner Portillo, cuando fue detenido en Bogotá, en mayo de 2016; un año después fue extraditado a España.

Los 3 sicarios que asesinaron por error a un español, condenados a penas superiores a lo solicitado por el fiscal

EL PAPEL DE LA ACUSACIÓN PARTICULAR HA SIDO DETERMINANTE PARA CONSEGUIR ESTE RESULTADO
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25/6/2019 13:20
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Actualizado: 26/5/2022 13:24
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Antonio Antón y Abajo, el magistrado presidente del tribunal popular que juzgó a los tres sicarios colombianos que asesinaron por error a un joven español, confundiéndolo con su verdadero objetivo, los ha condenado a penas que superan en 4 y 5 años a lo solicitado por el Ministerio Fiscal, en línea con las peticiones de la acusación particular.

El tribunal del jurado declaró, el pasado 5 de junio, culpables del crimen a Breiner Augusto Portilla Tapasco, de 41 años –el ejecutor–, José Arbey Rentería Acebedo, de 42 años, alias ‘Snoopy’ –el cerebro y cómplice, quien recibió el encargo– y  Johnson Andrés Medina Vargas, de 32, el segundo cómplice.

Con el veredicto final en la mano, le correspondía al magistrado presidente elaborar la sentencia, que se ha conocido hoy.

Así, el magistrado, al autor material, Breiner Augusto Portilla Tapasco lo condena a 25 años de prisión –5 años más de los 20 que solicitó el Ministerio Fiscal en el juicio– como autor de un delito de asesinato alevoso, por precio o recompensa, con la agravante de disfraz; a 1 año y 6 meses de prisión por el delito de tenencia ilícita de armas, y a 1 año 9 meses de cárcel, y multa de ocho meses, por un delito de falsificación de matrícula de vehículo.

En total, 28 años y 3 meses de prisión.

Al «cerebro» del crimen, José Arbey Rentería Acebedo, «Snoopy», lo condena a 22 años y 6 meses de prisión (4 años y 6 meses más de cárcel que los 18 años de prisión pedidos por el fiscal, que, subsidiariamente, para el caso de que no fuera condenado por asesinato, pidió que se le impusiera una condena de 3 años de prisión), por ser autor de un delito de asesinato alevoso, por precio o recompensa.

Por último, a Johnson Andrés Medina Vargas le pena que le ha impuesto es de 22 años y 6 meses de prisión (5 años y 6 meses de prisión por encima de los 17 años solicitados por el fiscal), como autor de un delito de asesinato alevoso por precio o recompensa.

SATISFACCIÓN DESDE LA ACUSACIÓN PARTICULAR

Esa es la emoción que embarga a los padres y las hermanas de José Luis Lucas Serrano, de 32 años, la víctima y a su abogado, Jaime Sanz de Bremond. 

«Estamos muy satisfechos por la sentencia. Porque concuerda prácticamente con lo que habíamos solicitado desde esta acusación particular», explica el letrado a Confilegal.

De acuerdo con Sanz de Bremond, la sentencia es el fiel reflejo de lo que ha sido el procedimiento. La acusación particular ha tenido que tirar del carro continua y constantemente. Incluso ganando apelaciones para conseguir que la Audiencia Provincial impusiera a la juez del Juzgado de Instrucción 35 de Madrid que ordenara al Grupo de Homicidios que practicaran diligencias que han probado ser vitales para conseguir esta condena», añade.

Como hacer un buen interrogatorio, tanto interrogatorio de parte como interrogatorio de testigos

El abogado Jaime Sanz de Bremond en una foto tomada en su despacho de Madrid. Carlos Berbell/Confilegal.

ASESINATO POR ENCARGO

Los tres condenados confundieron al  joven José Luis Lucas Serrano, con su verdadero objetivo, uno de los hombres de confianza de Francisco Javier Martín Sáez, alias «Niño Sáez», el mayor alucinero de España y delincuente habitual vinculado con el narcotráfico.

Éste, al parecer, «tenía que pagar» el robo de un envío de cocaína.

Era un asesinato por encargo. 

Lucas Serrano se parecía físicamente al objetivo.

Los dos conducían el mismo coche, un Smart de color blanco. Y los dos acudían al mismo edificio, el 21 de la madrileña calle Córdoba.

El primero, la víctima, en paro, estaba haciendo un curso del antiguo INEM.

El segundo, tenía por costumbre mantenerse en forma en el gimnasio Liceo, dos plantas por encima de donde Lucas Serrano, un ejecutivo en paro, licenciado en empresariales y cuatrilingüe –hablaba, aparte del español, inglés, francés y portugués–.

De acuerdo con las pruebas que se van a aportar al juicio, Lucas Serrano fue objeto de una larga vigilancia previa, de tres semanas, por parte de Breitner Portilla y de Johnson Medina.

En ningún momento se dieron cuenta del error.

La víctima, José Luis Lucas Serrano.

A SANGRE FRÍA

Esa concatenación de circunstancias condujo al asesinato del joven, a sangre fría, el viernes 12 de septiembre de 2014.

Fue pasadas las 18.00 horas. Lucas Serrano se acababa de montar en su coche tras dejar el edifico.

Un motorista, que resultó ser Breiner Portilla, alias «JJ» –uno de los alias que utilizó Jhon Jairo Velásquez Vásquez , el sicario de confianza de Pablo Escobarse le acercó por el lado derecho del copiloto, llamando su atención.

Éste salió del vehículo. Momento que aprovechó el colombiano para bajarse de la moto, rodear el vehículo del joven por detrás y descerrajarle ocho disparos a una distancia de dos o tres metros.

El español fue alcanzado tres veces en la cara, y cinco en el cuello, el pecho, y el brazo derecho muriendo segundos después. 

El hilo que permitió la resolución de este caso fue la moto que utilizó Breiner Portilla, y que dejó abandonada, con indicios biológicos y materiales suyos.

 

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