Un juez elabora un «Código Penal para adolescentes» en su lenguaje y a su nivel, para que lo entiendan
Fermín Javier Villarubia con su Código Penal para adolescentes, que se puede descargar desde este artículo.

Un juez elabora un «Código Penal para adolescentes» en su lenguaje y a su nivel, para que lo entiendan

LA ASOCIACIÓN JUDICIAL FRANCISCO DE VITORIA, AL QUE PERTENECE FERMÍN JAVIER VILLARRUBIA, LO HA DIFUNDIDO
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15/9/2019 01:00
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Actualizado: 15/9/2019 18:23
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Fermín Javier Villarrubia, de 54 años, es juez de Adscripción Territorial en Málaga –está destinado en el Juzgado de Primera Instancia 20– y es padre de tres hijos de 20, 18 y 14 años.

A Villarrubia le preocupa mucho el enorme desconocimiento que los adolescentes tienen de aquellas acciones y actos que pueden tener una importante trascendencia penal para sus vidas y a las que no les dan ninguna importancia, porque no consideran que sean delito.

Acciones y actos que les pueden cambiar su futuro para siempre, si se llegan a judicializar. 

Un amigo, profesor de filosofía de un Instituto, cuenta, ratificó su impresión: El enorme páramo de desconocimiento que las nuevas generaciones tienen de la ley y, específicamente, de las partes que más comúnmente les afecta de forma directa.

Y se puso a escribir una obra corta pero muy eficaz, pensando en los más jóvenes: Un «Código Penal para adolescentes».  

Como autor de dos libros de referencia, «Manual práctico del proceso civil» y «Temario de oposiciones al Cuerpo Superior Jurídico de Secretarios Judiciales» (hoy renombrados Letrados de la Administración de Justicia), y como juez, el conocido miedo al papel en blanco no iba con él.

Lo que iba con él era un desafío mucho mayor: que el lenguaje a utilizar fuera comprensible para los adolescentes y que fuera claro y sintético.

El «Código Penal para adolescentes», al que la Asociación Judicial Francisco de Vitoria (AJFV) le ha dado la máxima publicidad, cumple esa condición.

Explica muy bien 42 artículos esenciales para los jóvenes a lo largo de 5 páginas.

Y los entienden cualquiera.

No solo adolescentes sino también cualquier lego en la metiera.

Por ejemplo, «matar a alguien sin querer, cometiendo una imprudencia grave, o conduciendo el coche o la moto (conduciendo bebido o a gran velocidad)», es un delito de homicidio imprudente y tiene pena de prisión de 1 a 4 años o hasta 6 años si mueren más de dos personas». Es el 142 y el 142 bis.

O «Pegar a tu novia, o a quien haya sido tu novia, aunque no necesite tratamiento médico o quirúrgico (un empujón ocasional o una bofetada)». Es un delito de maltrato en el ámbito de violencia sobre la mujer y está castigado con cárcel de 6 meses a un año o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 80 días». Es el 153.1.

El Código Penal del juez Fermín Javier Villarrubia está escrito en el lenguaje de los adolescentes, para que conozcan las consecuencias penales de sus actos.

«Vender droga, si es droga blanda, aunque sea poca cantidad (marihuana, cannabis, hachís, chocolate…)». Es un delito contra la salud pública y tiene como castigo prisión de 1 a 3 años». Es el 368. 

O «Denunciar algo falsamente (me han robado el móvil con fuerza o violencia para cobrar el seguro)». Es una simulación de delito. Es una multa de 6 a 12 meses. Es el 457. Y «si, además de denunciar falsamente que me han robado el móvil, cobro el seguro del móvil», es una estafa, del 248, y prisión de 6 meses a 3 años.

«Mis hijos lo han leído y me han hecho preguntas. No creían que fueran delito muchas de las cosas que han leído y que podría pasarles. Para ellos han cumplido su función», explica Villarrubia.

«Desde mi punto de vista, falta mucha divulgación y mucha pedagogía sobre lo que es la justicia no sólo entre los más jóvenes sino también entre  la ciudadanía. Es un esfuerzo que le correspondería hacer al Consejo General del Poder Judicial, al Ministerio de Justicia y a las Comunidades Autónomas», señala.

«Mi asociación hace tiempo que ha asumido esta función, estamos haciendo mucho en este sentido. Pero son los poderes públicos lo que tienen que empujar, los que tienen que hacer el esfuerzo. Se ama lo que se conoce y se desconfía de aquello que se desconoce. Por eso hay mucho trabajo por hacer en este sentido».

Villarrubia no considera hacer una versión del Código Penal en «román paladino», en el lenguaje que todo el mundo entendemos.

«Son 616 artículos y no hay consenso en su interpretación en muchos de ellos. Estos, que son los que afectan a nuestra juventud, son los más importantes que conozcan», concluye.

CÓDIGO PENAL PARA ADOLESCENTES, descargable

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