Juicio por el asesinato del pequeño Gabriel: La clave está en demostrar si hubo ensañamiento
Ana Julia Quezada, a las puertas de la Audiencia Provincial de Almería, donde está teniendo lugar el juicio. Foto: EP.

Juicio por el asesinato del pequeño Gabriel: La clave está en demostrar si hubo ensañamiento

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16/9/2019 16:19
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Actualizado: 16/9/2019 16:19
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Ana Julia Quezada empleó una «violencia intensa y extensa» contra Gabriel Cruz, el pequeño de 8 años al que quitó la vida la tarde del 27 de febrero de 2018 en la finca familiar de Rodalquilar, Níjar, Almería.

O dicho de otra forma, la acusada se ensañó con el niño.

Esa es la conclusión del perito médico internista del SAS, Nicasio Martín, que expuso ante el tribunal del jurado en la vista a puerta cerrada, celebrada hoy por decisión de la magistrada presidenta, Alejandra Dodero. 

El ensañamiento consiste en aumentar de manera consciente y deliberada el sufrimiento de la víctima durante la comisión del delito. Y es una de las cuatro circunstancias que convierten un homicidio en asesinato. 

La clave está en determinar si hubo ensañamiento, porque si lo hubo facilita la petición de la aplicación de prisión permanente revisable a Quezada.

GOLPEADO EN LA CABEZA, NO MURIÓ DE INMEDIATO

El informe aportado a la causa por los médicos forenses de la acusación particular -los abogados que representan a los padres del pequeño-, Nicasio Marín y Sergio Martínez, recoge que Gabriel Cruz «fue golpeado violenta y reiteradamente en la cabeza» y que, como consecuencia de esos golpes, le quedó «un estado confusional primero, estuporoso después, hasta llegar al coma».

«Falleció entre 45 y 90 minutos más tarde, culminando la muerte con una asfixia por sofocación tras colapso de cavidades respiratorias -boca y nariz- sobre un pulmón con una doble lesión inflamatoria».

El informe añade que el niño «podría haber sido reanimado» en aquel «estado semicomatoso» y que, «más tarde, la asfixia por sofocación puso definitivamente fin a su vida».

«La presencia del edema cerebral, así como el distres pulmonar descrito indica que, desde que se inician los gritos, las amenazas, recibe los golpes, el zarandeo, hasta que se obstruyen la boca y la nariz, y finalmente fallece», concluye no sin antes remarcar que «hubo un intervalo mínimo probable de entre 45 y 90 minutos».

ASFIXIA MECÁNICA POR SOFOCACIÓN MANUAL

Esta pericial médica se ha producido después de que testificaran los dos forenses que firman el informe del Instituto de Medicina Legal (IML) y de un histiopatólogo que analizó el contenido gástrico del menor, que estudiaron el cadáver del pequeño por orden del juez de instrucción.

En su informe afirman que la causa de la muerte fue una «asfixia mecánica por sofocación manual», concretamente según precisa, «una oclusión extrínseca de los orificios respiratorios» y señala que el mecanismo responsable del fallecimiento es «casi exclusivamente la anoxia anóxica».

«La oclusión directa de los orificios respiratorios, debido a la aplicación de una fuerza desproporcionada entre el agresor y la víctima, ha dejado lesiones típicas de este mecanismo de muerte (…) debido a la presión ejercida», traslada para fijar la hora de la muerte del menor entre las 15,30 y las 16,30 horas del día 27.

El informe que han desgranado los forenses ante las siete mujeres y los dos hombres que deben dirimir la culpabilidad o no de Quezada de un delito de asesinato recoge «varios traumatismos sobre la zona craneal» que indican «golpes repetidos sobre una superficie plana como pared o suelo», pudiendo deberse, según subraya, «al propio mecanismo de sofocación en el que cual se aplica una fuerza importante sobre la zona buco-nasal, estando la cabeza apoyada contra dicha superficie plana».

LOS FORENSES DE PARTE Y LOS DEL IML NO COINCIDEN

Marín, quien antes de comparecer ante los medios ha sido requerido por uno de los abogados de la acusación particular, ha asegurado que el mecanismo de muerte que describen en su informe los dos forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Almería «es, probablemente, una banalización» de cómo falleció el menor que no es «ni razonable ni lógica».

«La simplificación del mecanismo de tapar nariz y boca es probablemente una banalización», ha afirmado para añadir que, a su juicio, este extremo «sí produce una victimización adicional».

«Esto sí causa una victimización a la pobre madre», ha trasladado en alusión a Patricia Ramírez, de cuya parte ha presentado el informe.

Marín ha indicado que los datos aportados a las siete mujeres y los dos hombres que deben dirimir la culpabilidad o no culpabilidad de Quezada del delito de asesinato con alevosía y ensañamiento -como pide la acusación particular- son el «corazón del asunto».

Y ha indicado que lo que sucedió aquella tarde en la finca de Rodalquilar son «hechos terribles y de una crueldad jamás antes vista». EP.

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