Manos Limpias se querella contra el presidente de Correos ‘por las condiciones en las que obliga a trabajar a sus empleados’ durante el estado de alarma
Considera que Correos "ha actuado con grave negligencia y desatención" con sus empleados y funcionarios, y que puede haber cometido "numerosos delitos de lesiones imprudentes con todos los empleados afectados por coronavirus"; un delito contra los trabajadores; y dos delitos de homicidio imprudente. Foto: EP

Manos Limpias se querella contra el presidente de Correos ‘por las condiciones en las que obliga a trabajar a sus empleados’ durante el estado de alarma

Afirma que han tenido que trabajar al menos tres días sin ningún material de protección y que no se cumplen los protocolos sanitarios cuando se detecta un afectado
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13/4/2020 10:35
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Actualizado: 13/4/2020 10:39
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Manos Limpias se ha querellado contra el presidente de Correos, Juan Manuel Serrano, por las condiciones en que la empresa «está obligando a su personal (funcionarios y empleados por cuenta ajena) a trabajar» durante la crisis del coronavirus.

También dirige la querella contra la empresa como responsable civil, porque hay «cientos de empleados enfermos por coronavirus y dos empleados muertos», así como contra todos aquellos que se consideren implicados en los hechos que expone.

Según afirma, «Correos ha obligado a su personal a trabajar tres días (del 16 al 18 de marzo) sin ninguna medida de protección. Dice que el 19 de marzo «se les dio guantes, pero no mascarillas ni otros elementos de protección que tardaron todavía mucho tiempo en llegar».

Indica que «el obligarles a trabajar así fue para nada, porque no se ha estado exigiendo el acuse de recibo en los certificados, con lo que es un trabajo que tocará volver a hacer».

Asimismo, asegura que «no se cumplen los protocolos sanitarios cuando detecta a un empleado enfermo por coronavirus, el mismo personal que ha estado en contacto con él se ve obligado a ir a trabajar al día siguiente tras limpiar la oficina», y que «no les pone en cuarentena».

La querella fue presentada el pasado 6 de abril ante el Juzgado de Instrucción de Madrid que por turno corresponda por una procuradora en nombre y representación del sindicato, bajo la dirección del letrado José María Bueno Manzanares.

Manos Limpias considera que Correos «ha actuado con grave negligencia y desatención» con sus empleados y funcionarios, y que puede haber cometido «numerosos delitos de lesiones imprudentes con todos los empleados afectados por coronavirus»; un delito contra los trabajadores; y dos delitos de homicidio imprudente.

El sindicato muestra su voluntad de personarse como acusación popular.

Durante la pandemia este sindicato liderado por Miguel Bernad Remón también presentó el pasado 23 de marzo una denuncia contra el delegado del Gobierno de la Comunidad de MadridJosé Manuel Franco, por un presunto delito de imprudencia grave a la salud, por permitir que se celebrara la manifestación del 8-M, y el 29 de marzo una querelló contra él por los presuntos delitos de prevaricación administrativa, homicidio imprudente y lesiones imprudentes.

Manos Limpias expone que en la querella contra el presidente de Correos que el pasado 2 de marzo era conocida ya la existencia de una pandemia que estaba afectando a toda Europa y que ese día el Departamento de Seguridad Nacional de Moncloa emitió un documento titulado ‘Coronavirus (COVID-19)’ que decía que se estaba “valorando y estudiando la posibilidad de subir el nivel de las medidas para pasar de una fase de contención a una de mitigación, en algunas áreas, aunque esta decisión aún no se ha materializado”.

También señala que la OMS «alertó antes del 8-M del riego de concentraciones por el temor a la propagación del virus»; que un informe del Centro Europeo para el Control y Prevención de enfermedades de la Unión Europea desaconsejó permitir multitudes y que dicho informe era conocido por los responsables de la manifestación; y que según declaró el ministro Pedro Duque, el Gobierno ya conocía desde el 2 de febrero el primer caso de coronavirus en España.

Añade que el 14 de marzo se dictó el Real Decreto 463/2020 por el que se declaró el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria.

Este sindicato afirma que «pese a todo ello, y pese a que los carteros (funcionarios y empleados) ejercen su labor en la calle, visitando continuamente casas, locales y domicilios, y los que están en las oficinas deben estar recibiendo paquetería y atendiendo a corta distancia a los usuarios, la dirección de Correos ha tenido un impresentable retraso en establecer medidas de protección para su propio personal (de alto riesgo de contagio por consistir su actividad en el trato permanente con el público, y estancias largas en la calle y visitando locales y domicilios».

Acompaña la querella con un documento justificante de las posibilidades de contagio por parte de los carteros son «siete veces más altas» que del resto de gente.

Manos Limpias manifiesta que «un empresario diligente hubiera tomado medidas antes incluso de que se dictase el decreto de alarma, tal y como han hecho en España multitud de empresarios responsables (desde gimnasios, hasta restaurantes, supermercados, etc…), no habiendo sido este el caso de esta sociedad estatal».

Expone cómo ha funcionado el servicio de Correos (al menos en la ciudad de Madrid) en cuanto a su personal desde que se ha producido el impacto del COVID-19 en nuestro país.

SERVICIO DE REPARTO

Respecto al servicio de reparto indica que a partir del 16 de marzo el trabajo en cuanto reparto de cartas por parte de los carteros comenzó a desarrollarse en vez de a diario en días alternos, según turnos y que los días que no hacían reparto no iban a trabajar.

«Sin embargo, los días que iban a trabajar, los carteros estaban en la calle el mismo tiempo que antes del decreto de alarma», expone Manos Limpias.

Asimismo, indica que la semana del 30 de marzo, y sin explicaciones, se les volvió a «exigir que presten servicios de reparto a diario, y no en días alternos».

«Si bien es cierto que a los carteros que tienen patologías de alto riesgo (como los asmáticos, los operados de corazón, etc.) se les ha eximido de reparto, y que a los mayores de sesenta años se les dio también esta posibilidad a la semana de la entrada en vigor del decreto de alarma, no es menos cierto que todo ello se ha hecho sin diseñar un plan de servicios mínimos, sino que simplemente se ha encargado al resto de personal la
realización de todo el trabajo», expone este sindicato.

En todo caso, dice que «no en todas las oficinas se dio información a quienes podían ser “personal
sensible” y que podían acogerse a esa medida, y que hubo oficinas donde el mismo 16 de marzo la dirección de la oficina informó de ello, y que en otros centro los carteros se debían informar por el boca a boca.

Apunta que la dirección de Correos dijo al personal el 16 de marzo que se iban a limitar los servicios en cuanto a la correspondencia a entregar y admitir, y que únicamente se iban a prestar los siguientes servicios: servicio postal universal, cartas, certificados y burofaxes.

Manos Limpias afirma que esto «es falso» puesto que se ha dado el servicio, por ejemplo, de la Western Union (que no es parte del servicio postal universal), consistente en que los clientes envían dinero, y supone pagar con billetes, en metálico, pues no se admite tarjeta de crédito o débito para esos servicios.

También dice que «se ha permitido el servicio de Correos Exprés» o servicio de mensajería urgente de
Correos, que se sigue contratando online desde la última semana de marzo y presencialmente antes.

Este sindicato también señala que en la web de Correos se informa que si hay una persona diagnosticada con COVID-19 «las oficinas se limpian y al día siguiente a la limpieza comienza a trabajar en la misma personal distinto al que había allí cuando surgió el contagio, para dejar al resto en cuarentena».

Manos Limpias asegura que esto también es falso. Afirma que «sigue trabajando la misma plantilla» y que «hay oficinas con gente que ha dado positivo», que se desinfecta la oficina y al día siguiente vuelve «todo el personal que había tenido contacto» con el enferma «como si nada hubiera pasado».

Manos Limpias explica que los guantes de protección para el reparto se dieron a los carteros el jueves siguiente a decretarse el estado de alarma, eso es el 19 de marzo, y las mascarillas el viernes 27 de marzo.

Respecto a las mascarillas destaca que la dirección dijo a los carteros que «no eran necesarias e imprescindibles, y que estaban reservadas en España a médicos y demás miembros de los equipos sanitarios del país».

Además, dice que no sirven de protección, que son mascarillas de mopa.

«Por tanto, el servicio se ha estado dando sin la adecuada protección incluso desde la entrada en vigor del decreto de alarma, durante varios días», denuncia Manos Limpias.

Apunta que «los geles de protección los ha tenido que pagar cada cartero, habiendo oficinas donde el director se ha visto obligado a comprarlo» hasta que en la última semana de marzo se ha prestado dicho material al personal.

Manos Limpian señala que «se podría pensar que todo eso se ha hecho porque el servicio a prestar era inevitable», pero afirma que no es así y que «se ha arriesgado o enfermado» al personal «para nada», puesto que el servicio en cuanto a certificados, documentación judicial, por ejemplo, «ha sido ineficiente».

Indica que desde que se decretó el estado de alarma «el reparto se lleva a cabo sin subir a las casas, se llama al telefonillo y se deja el certificado en el buzón (pidiéndole a la persona que diga su DNI o NIE y el nombre), y si el paquete o el certificado no cabe en el buzón hay que subir al piso y guardando la distancia de seguridad con esa persona (que han recomendado a los carteros que sea de dos metros) se le deja en el suelo o el escalón más cercano», y que ya no se firman acuses de recibo.

Apunta que «no firmándose el acuse de recibo y no viendo el cartero (en la mayoría de ocasiones), ni identificando (en ninguna), a quien se entrega la documentación, es imposible poder demostrar a quienes se ha entregado la referida correspondencia certificada, que se tendrá que volver a repartir necesariamente para que despliegue sus efectos, no habiendo servido el esfuerzo y enfermedad de los empleados de Correos para nada, salvo para cubrir, si cabe, las apariencias de que se estaba sacando el trabajo adelante y que la sociedad estatal seguía funcionando con normalidad».

SERVICIO EN OFICINAS

En cuanto al personal que se encuentra en las oficinas de Correos de cara al público, Manos Limpias expone que «hace escasos días» se les puso unos paneles transparentes protectores en los mostradores, «junto con algún mueble con el que se intentaba que los usuarios no se acercaran en exceso», pero afirma que «esta medida no sirve de protección pues la paquetería no se puede pasar muchas veces bajo los citados paneles, debiendo ir a un lado del mostrador y entregarlo en mano al empleado ya sin mampara protectora».

Dice que esto también ocurre para pesar los paquetes entregados. «La bascula está al final del mostrador, zona que no está protegida por la mampara», y donde «el cliente debe acercarse y ponerlo en el peso, que no está a ras de suelo, y si pesa mucho el paquete, el empleado de Correos debe ayudar al cliente para poner el paquete en el peso, acercándose a él», explica.

El sindicato indica que los servicios que no se han podido prestar (entregar, porque hay oficinas que han debido cerrarse) son llevados a oficinas abiertas, y que los destinatarios deben ir a recogerlos, «con el riesgo del trasiego grande de personas en las oficinas en cuestión, oficinas que no tienen ventilación exterior».

También apunta que las cubetas, bandejas de plástico donde se ponen las cartas y paquetes por tamaños, «no se limpian nunca y ello que son de plástico».

Manos Limpias relata que según ha conocido en prensa, ha muerto una cartera de 51 años, y un cartero de 59 a causa del coronavirus, y que «numerosos carteros han sido infectados con el virus».

Entiende que «pudiera haber sido el comportamiento temerariamente imprudente de la dirección» de Correos con su propio personal «el que ha llevado al mismo a enfermar (más de 500 contagios en la actualidad) e incluso a fallecer«.

Afirma que «son numerosas las críticas» de sindicatos por «la falta de medidas de protección y desatención» por parte de la empresa con sus propios empleados, y hace hincapié en que la problemática del coronavirus se conocía semanas antes de que se dictase el decreto de alarma.

Este sindicato pide al Juzgado que abra las oportunas diligencias previas por la presunta comisión de los delitos descritos, y que acuerde y adopte la práctica de cuantas diligencia sean necesarias para el esclarecimiento de los hechos querellados, y en todo caso, y sin perjuicio de las que se decreten de oficio o a instancia del Ministerio Fiscal, al que Manos Limpias dará traslado de esta querella.

LAS DILIGENCIAS QUE SOLICITA

Manos Limpias pide que se tome declaración en calidad de investigado al querellado.

Además, solicita como prueba documental que se requiera a Correos que remita la relación de medidas de protección adoptadas a favor de su personal frente al coronavirus y las fechas de adopción o implantación; la relación de los responsables de la prevención de riesgos profesionales en la empresa, a los fines de que puedan ser citados en calidad de investigados o testigos, según considere el Juzgado; la relación de empleados y funcionarios de Correos que han caído de baja por el Covid-19 con indicación de la fecha de la baja; y la relación de empleados y funcionarios  que hayan fallecido a consecuencia del coronavirus, con indicación de la fecha de la baja y de la del fallecimiento, a los fines de la investigación y de ofrecer acciones a sus herederos.

Expone que a los efectos del decreto de alarma vigente esta querella tiene carácter urgente, debido a que en la actualidad «la seguridad de los trabajadores de Correos sigue comprometida».

Por ello, solicita al Juzgado que «se adopten urgentemente» todas las medidas cautelares que permita la ley a los fines de la adecuada protección de la salud y seguridad laboral a los empleados y funcionarios de Correos frente al riesgo» del Covid-19, «incluido el dar traslado de esta querella a la Inspección de Trabajo y Seguridad Social de Madrid».

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