Suspendido el juicio al acusado de matar a un guardia civil en Huétor Vega (Granada)

Suspendido el juicio al acusado de matar a un guardia civil en Huétor Vega (Granada)

Por falta de medidas de seguridad frente al coronavirus
|
01/6/2020 09:51
|
Actualizado: 01/6/2020 17:56
|

El juicio en la Audiencia de Granada a Juan Antonio M. G., alias ‘el kiki’, acusado de matar al guardia civil José Manuel Arcos Sánchez de un tiro en acto de servicio en 2018, en Huétor Vega (Granada), que estaba previsto que comenzara hoy ha sido suspendido al alegar las partes ausencia de suficientes medidas de seguridad frente al coronavirus.

Lo han solicitado las acusaciones populares, ejercidas por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) y la Asociación Profesional Justicia Guardia Civil (JUCIL), argumentando que la sala de vistas no cumplía las condiciones sanitarias y de distancia física que permitan la celebración en las condiciones necesarias.

Se trataba del primer juicio con jurado popular que se iba a celebrar en España desde que se decretó el estado de alarma y para su realización se habían previsto diversas medidas de higiene, seguridad y distanciamiento social, que las partes han considerado insuficientes.

A la salida de la Audiencia de Granada, la viuda del agente, Raquel Pérez, ha lamentado que se suspendiera tras «muchos meses de espera».

«Esperaba que acabara ya esta semana, es muy duro empezar otra vez y esperar de nuevo», ha señalado-

El letrado de la familia, Javier López y García de la Serrana, del bufete HispaColex, ha dicho que aunque querían que el juicio se celebrara «por la familia, para acabar con el calvario» entienden que no se dan las condiciones mínimas de seguridad.

La víctima, José Manuel Arcos, nacido en Granada en 1971, llevaba desde 2009 destinado en el puesto de La Zubia. Foto: Facebook

La Fiscalía pide para el acusado 23 años de prisión por delitos de homicidio, daños, robo de vehículo a motor y otro de depósito de armas de guerra.

También reclama el pago de multas por algo más de 2.000 euros y más de 334.000 euros en indemnizaciones para la mujer y los dos hijos del agente.

La acusación particular, que ejerce la familia de la víctima representada por el bufete HispaColex, pide 42 años y medio de prisión; y la Abogacía del Estado, que representa los intereses de la agente en prácticas que acompañaba al fallecido, 37 años.

La acusación popular, ejercidas por la AUGC y JUCIL, se han adherido a la petición de la Fiscalía.

José Manuel Arcos Sánchez fue despedido en un multitudinario funeral en la catedral de Granada, al que asistió el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tras recibir a título póstumo la Cruz de la Orden al Mérito con distintivo rojo de la Guardia Civil. Foto: Álex Cámara/EP

Los hechos ocurrieron el 15 de octubre de 2018.

Supuestamente, el acusado, que cuenta con un amplio historial delictivo, acababa de cometer un robo en Las Gabias (Granada) cuando el agente Arcos le dio el alto en la localidad de Huétor Vega, donde se encontraba patrullando junto a una compañera en prácticas, a la que también habría disparado, aunque no logró alcanzarla.

El fiscal mantiene que aquella noche, sobre las cuatro de la madrugada, en el marco de una persecución, «el acusado empuñó el arma a corta distancia del agente y, con intención de acabar con su vida, efectuó un disparo hacia la zona situada entre el abdomen y la ingle», que le provocó la pérdida masiva de sangre y el fallecimiento.

De acuerdo al representante del Ministerio Público, la persecución se inició cuando supuestamente el acusado «aceleró» tras darle el guardia civil el alto, junto con la agente en prácticas que lo acompañaba, después de que realizara «una maniobra que resultó sospechosa (…) probablemente porque manejaba un vehículo robado y porque portaba una mochila con un arma» considerada de guerra, que arrojó durante la huida.

Los agentes decidieron seguirlo activando los indicativos luminosos por la A-4027 en dirección Huétor Vega, con la intención de que detuviera el automóvil y poder identificarlo.

Según el fiscal, ‘el kiki’, lejos de detenerse, aceleró la marcha y entró a gran velocidad en la población haciendo caso omiso a los requerimientos de los agentes, hasta que perdió el control del vehículo y colisionó con un coche que estaba estacionado en una calle sin salida, lo que motivó que continuara su huida a pie.

Relata que en un momento dado, el agente ahora fallecido y el acusado se adentraron en una zona ajardinada donde el primero dio alcance al segundo, si bien el procesado logró apoderarse del arma reglamentaria del guardia civil y le disparó.

Indica que en ese momento llegó la otra agente, que acaba de oír el disparo, y viendo cómo el cuerpo de su compañero se desplomaba, montó su arma reglamentaria y efectuó un par de disparos al aire, pero el procesado logró huir definitivamente al quedar ésta cuidando a su compañero.

Según relata la Fiscalía, el acusado, que se había quedado con la pistola del agente, se dirigió entonces a un cortijo situado en El Camino de las Huertas, en Monachil, donde se cambió parcialmente de ropa y permaneció oculto hasta la 9.30 horas, cuando robó una furgoneta con la que circuló hasta las 10.00 horas, momento en el que fue detenido en la GR-3202 por agentes de la Guardia Civil en un control montado al efecto.

En su interior se encontró oculta la pistola que había sido sustraída al guardia civil fallecido y con la que había efectuado el disparo.

Noticias Relacionadas:
Lo último en Tribunales