Acepta 9 meses de cárcel por acosar a la pareja de su exnovio

Acepta 9 meses de cárcel por acosar a la pareja de su exnovio

Perseguía a la víctima, acudía a los mismos lugares e incluso vigilaba su domicilio con unos prismáticos
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29/6/2020 15:37
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Actualizado: 30/6/2020 11:19
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Una mujer ha aceptado hoy una pena de 9 meses de prisión por perseguir y acosar a la pareja de su exnovio.

Acudía a los mismos lugares que ella e incluso vigilaba su domicilio con unos prismáticos.

La acusada, que responde a las iniciales de M.J.P.A., ha ratificado hoy ante la juez de Juzgado de lo Penal 1 de Vigo el acuerdo de conformidad que ha alcanzado con la Fiscalía.

Además de la pena de cárcel, tendrá que indemnizar a la víctima con 7.180 euros por los días de baja y por las secuelas que le causó ese acoso.

Se le ha impuesto también la prohibición de acercarse a menos de 100 metros de la mujer y de su domicilio, y de comunicarse con ella por un período de 2 años.

El acuerdo de conformidad contempla también la suspensión de la ejecución de la pena de prisión, a condición de que no delinca durante dos años, cumpla la orden de alejamiento, deposite 1.000 euros para constatar su voluntad de abonar la responsabilidad civil y se someta a un programa formativo durante 6 meses.

El Ministerio Público solicitaba inicialmente un año y tres meses de cárcel para ella, por un delito de acoso.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, M.J.P.A. mantenía, al menos desde noviembre de 2017, una «actitud de persecución y confrontación» con la víctima, a raíz de que ésta iniciase una relación con su exnovio.

Así, se presentaba «diariamente» en la estación de autobuses de Gondomar (Pontevedra), a donde la perjudicada acudía para coger un bus para ir a Vigo a trabajar.

A la vuelta de la jornada laboral, M.J.P.A. también la estaba esperando.

Tras una intervención de la Policía Local, la mujer dejó de hablar a la pareja de su exnovio, pero se quedaba mirando hacia ella fijamente, continuó persiguiéndola, a veces hasta su domicilio, se presentaba en las cafeterías donde estaba, o se quedaba en el exterior de los cajeros automáticos cuando la mujer los estaba utilizando.

A lo largo del día, vigilaba su domicilio con unos prismáticos, e incluso llegó a perseguir a la hija de la víctima y a presentarse en el trabajo de su hermana.

Toda esta situación provocó que la pareja de su exnovio sufriera un trastorno adaptativo, que precisó tratamiento farmacológico y como secuela le quedó un trastorno derivado del eventual retorno del factor estresante.

 

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