Juan Fernández (AUGC): ‘Es una aberración democrática que a los guardias civiles se nos siga aplicando justicia militar’
Juan Fernández Hernández, nuevo secretario general de la AUGC, detalla en esta entrevista sus retos.

Juan Fernández (AUGC): ‘Es una aberración democrática que a los guardias civiles se nos siga aplicando justicia militar’

Explica que los agentes cumplen penas de cárcel "por simples discusiones con su jefe"
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12/7/2020 00:55
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Actualizado: 12/7/2020 00:57
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Juan Fernández, secretario general de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), la mayoritaria en el Consejo de la Benemérita, analiza en Confilegal los asuntos que más preocupan al colectivo, como son el tercer tramo de la equiparación salarial en todas las escalas, del que no hay acuerdo entre las partes para la asignación, o que se les siga aplicando justicia militar.

«Es una aberración democrática que a los guardias civiles se nos  siga aplicando justicia militar en tiempos de paz», denuncia. 

Según explica, los guardias civiles cumplen penas de cárcel, por ejemplo, «por simples discusiones con su jefe», y advierte que últimamente ha habido un repunte de estos casos.

Juan Fernández también informa en este diario de sus retos como nuevo secretario general de la AUGC.

La asociación celebró el pasado 27 de mayo telemáticamente su Asamblea General Electoral, de la que salió una junta directiva nacional renovada con Juan Fernández al frente -hasta entonces secretario de comunicación y portavoz de la organización-, en sustitución de Alberto Moya, quien ha desempeñado el cargo los últimos 12 años.

Fernández también aborda varias cuestiones de actualidad, como el caso de presunta corrupción en la contratación de suministros de prendas y artículos de uniformidad del Instituto Armado, que se saldó el miércoles con siete detenidos, entre ellos un coronel de la Guardia Civil y un teniente coronel para quienes la magistrada de instrucción ordenó el viernes prisión.

La AUGC relaciona la mala calidad de la uniformidad que visten los guardias civiles con esta supuesta trama de amaño de contratos públicos.

Juan Fernández Hernández (Barcelona, 1975), hijo de policía nacional, se alistó a la Brigada Paracaidista del Ejército de Tierra en 1996 antes de ingresar en la Guardia Civil, donde en mayo ha cumplido 20 años. 

En la actualidad presta servicio en el destacamento de Tráfico de Mérida, ciudad extremeña en la que transcurrió su infancia y adolescencia. 

Nació en Barcelona porque era donde estaba destinado su padre, Juan Fernández del Viejo, en aquel momento.

La AUGC, que nació como sindicato clandestino, cumplió el pasado junio 26 años.

En la actualidad cuenta con 25.000 afiliados.

Este vídeo conmemorativo por los 25 años recoge su historia:

El pasado lunes, AUGC, AEGC y UniónGC se levantaron de la mesa de negociación con la Dirección General de la Guardia Civil  por no estudiar la propuesta de las asociaciones sobre el tercer tramo de la equiparación salarial en todas las escalas de la Benemérita. ¿Cómo están las cosas? ¿Hay novedades? 

Hubo una nueva reunión el pasado viernes, pero lamentablemente con el mismo resultado. Ante la negativa de los generales del Cuerpo a valorar nuestra propuesta, nuevamente abandonamos la reunión.

Nos han vuelto a convocar para el próximo miércoles. Seguiremos intentándolo.

Quieren el aumento para primeros y segundos mandos de las unidades de la Guardia Civil, olvidándose del espíritu del acuerdo, que es la equiparación salarial con los ‘Mossos d’Esquadra’.

Nuestra propuesta pasa por un reparto de la productividad que de una vez por todas remunere adecuadamente al personal que realiza servicios nocturnos, festivos y en días de especial significación, así como una asignación del CES en la cual los 10 niveles de la Guardia Civil se puedan homologar a los cuatro niveles del Cuerpo de ‘Mossos d’Esquadra’. Es lo que firmamos en su día y es lo que vamos a seguir defendiendo.

Ahora mismo, la directora general, María Gámez, todavía no ha tomado cartas en el asunto. 

Estas son unas reuniones previas entre mandos de la Guardia Civil y las asociaciones, que desembocan en una reunión con la directora ya sentada en la mesa. 

Próximamente será Gámez la que tendrá que tomar una decisión. 

Nosotros estamos esperanzados porque esperamos poderle explicar nuestra propuesta y que la directora haga justicia, que se dé cuenta de que lo que pretenden no es equiparación salarial, sino perpetuar los privilegios de los altos mandos a costa del trabajo y del sacrificio de los agentes de base, y desde luego que nosotros no estamos dispuesto a eso. 

Tenemos muy claro que si esa es su postura, no se hará con el consentimiento de la asociación mayoritaria.

El acuerdo quedaría muy tocado en la última parte si finalmente sale adelante con consenso por parte de la Policía Nacional, como parece que así va a ser, y sin embargo en la Guardia Civil no hayan sido capaces de obtenerlo.

Aunque saliéramos de la Dirección General sin un acuerdo, posteriormente nos tenemos que volver a reunir con el Ministerio del Interior ya todos juntos -sindicatos, asociaciones y el Ministerio- y allí volveríamos a intentar hacer valer nuestros posicionamientos. 

Esperemos que se imponga la lógica y que no pasen el rodillo, que no cometan el abuso de dar la espalda a los guardias civiles.

De ocurrir, denotaría muy poco espíritu democrático para ser capaces de alcanzar un consenso social, y a nosotros nos abriría la puerta para un recurso judicial porque el acuerdo no se estaría cumpliendo con el consentimiento de todas las partes. 

¿Cómo están siendo las negociaciones de la Policía?

Parece ser que van a llegar a un acuerdo, porque ninguna de las partes intenta imponer su postura y respeta el espíritu del mismo,

En la Guardia Civil no, aquí se rompe el acuerdo porque lo que pretenden es beneficiar a las escalas de mando, como siempre ha ocurrido en la Guardia Civil, a costa -insistimos- de los que están trabajando en la calle. 

¿Qué otros retos tiene al frente de la AUGC?

La idea principal en la que se basa el programa de la nueva junta directiva de AUGC es que los guardias civiles no deben seguir siendo ciudadanos limitados o incluso excluidos de derechos fundamentales.

Un objetivo cuya consecución pasa por alcanzar la dignidad profesional y económica, por lo que esperamos, no solo consolidar el tercer tramo de equiparación salarial, sino el cumplimiento de todas las cláusulas que componen el acuerdo publicado en el BOE. 

Otro de los objetivos es perfeccionar el modelo de representación en la Guardia Civil. Se debe potenciar el movimiento asociativo, cómo están reguladas las asociaciones profesionales de la Guardia Civil, porque a día de hoy nos encontramos en desventaja con el resto de cuerpos policiales, que gozan de un derecho de sindicación responsable. En la Guardia Civil se sigue limitando sin ninguna justificación. Por tanto, avanzar hacia el derecho de sindicación.

La no aplicación del Código Penal Militar y la reforma de la jurisdicción militar es también nuestro objetivo.

¿Qué más?

Entre nuestros principales retos está, además, trabajar para reformar y modernizar el modelo policial en España, un modelo claramente obsoleto y que en el caso de la Guardia Civil se agrava debido a una distribución territorial en el medio rural inoperativa, con falta de recursos y que sacrifica la eficacia en aras del ‘presentismo’ por medio de numerosos cuarteles semiabandonados en toda España.

Consolidar la equiparación con el resto de cuerpos de seguridad pública en España, no sólo desde el punto de vista retribuitivo, sino extendida al conjunto de derechos sociolaborales es otra de las grandes metas.

Para ello, buscaremos la aprobación de una nueva Ley de Personal y avances en la Ley de derechos y deberes de los miembros de la Guardia Civil, así como protección disciplinaria para los representantes de las asociaciones profesionales que cuenten con vocales en el Consejo.

Otro de los objetivos que perseguirá la AUGC será la reclasificación de los guardias civiles en el Grupo B de funcionarios. Ahora mismo estamos en el Grupo C.

Para poder incorporarse a la Guardia Civil se está exigiendo una de las titulaciones más bajas que hay, que es la ESO. Nosotros pedimos que se eleva el nivel de formación solicitado al de bachiller, y tras el periodo de formación en la Academia de Baeza, en Jaén -un curso académico de formación y otro en prácticas- esos estudios equivaldrían al grupo funcionarial B. 

Los policías lo están pidiendo también para su Cuerpo.

Juan Fernández está destinado en el destacamento de Tráfico de Mérida, y desde 2015 ostentaba la portavocía la AUGC hasta ser elegido secretario general.

-Volviendo al tema de la aplicación del Código Penal Militar a los guardias civiles, la AUGC ha denunciado recientemente que tres guardias civiles de la Comandancia de Sevilla pueden ir a la cárcel por sus comentarios en un chat privado. Explique en qué casos se aplica el Código Militar.

Para nosotros, es una aberración democrática que después de 40 años de la aprobación de nuestra Constitución y pasada ya la transición política en España a los guardias civiles, como policías, se nos siga aplicando justicia militar en tiempos de paz.

Una simple discusión de un guardia civil con el superior inmediato desemboca en una condena y que el guardia civil va a cumplir. ¿Por qué? Porque aunque no tenga antecedentes y se le condene a menos de dos años, en la justicia militar se cumplen las condenas. Es decir, acabaría ingresando en una prisión militar.

Los guardias civiles están ingresando en prisiones militares por meras discusiones y estamos notando últimamente un repunte de estos casos. Tenemos en Valencia, en Murcia, en Sevilla y el jueves nos enteramos de dos nuevos casos en Galicia.

Es una justicia paralela a la justicia civil. Mandos militares son los que conforman el tribunal. Solo lo hay en la Guardia Civil y en el Ejército. 

Lo que nosotros pedimos es que se limite y que se nos aplique la justicia militar en unos casos muy particulares: en caso de guerra, en caso de estado de sitio o cuando los guardias civiles están integrados en cuerpos de las Fuerzas Armadas en misiones internacionales.

¿Qué pena puede caer por discutir con un superior por discrepar de una orden?

Desde tres meses de prisión en adelante, hasta dos años, cuatro…

Estamos desolados con este asunto, porque, además, en la mayoría de ocasiones supone que ese guardia civil una vez que pasa por una prisión muy difícilmente vuelva al servicio, porque es muy traumático.

¿Y qué hacen? ¿Cogerse una baja psicológica? 

Normalmente sí, porque tienen mucho miedo a las relaciones con el mando. Cumplen una condena y vuelven a tener que ver al mismo jefe que les metió en la cárcel. 

Con la ilusión con la que uno entra al Cuerpo y que te ocurra eso, ya pierdes la fe en el sistema. 

-Por cierto, tantos años denunciando la «mala calidad» de los uniformes y la «poca disponibilidad» de las prendas y ahora asistimos a un caso de presunta corrupción en la contratación de suministros de uniformidad del Instituto Armado. ¿Cómo se les ha quedado el cuerpo con esto?

Que nosotros que estamos tan mal de uniformidad, teniendo incluso que comprarla uno mismo y que salten estas cosas… Es indignante.

En primer lugar, felicitar a los compañeros de Asuntos Internos que han desarrollado la investigación que ha llevado a la detención y puesta a disposición judicial de esta presunta trama de corrupción dentro del Cuerpo. De confirmarse estos indicios, es indudable que las personas implicadas no son dignas de vestir el uniforme de la Guardia Civil.

Un coronel y un teniente coronel presuntamente llevaban lucrándose durante muchos años a costa de mordidas en partidas presupuestarias de dinero que iba destinado al vestuario de los guardias civiles. Al parecer, esta organización habría manipulado un gran número de expedientes durante años relacionados con suministro de prendas y con los uniformes.

Esta situación lleva a pensar de forma inmediata en la pésima calidad de los uniformes. Unas prendas muy deficientes en sus materiales y confección, de muy rápido deterioro y absolutamente inadecuadas para soportar los rigores invernales y las altas temperaturas del verano, en las respectivas uniformidades de ambas estaciones.

La AUGC ha denunciado en diversas ocasiones la mala calidad de los uniformes de los guardias civiles, tanto de Tráfico como de Seguridad Ciudadana y otras especialidades. A ello se añade, además, la poca disponibilidad de las prendas, ya que en ocasiones pueden transcurrir meses desde que un trabajador solicita durante el invierno un elemento de abrigo que se le entrega pasada ya esa estación.

Con las letras pegadas, despegadas o con la pintura corrida, en estas condiciones han de llevar algunos agentes el uniforme.

Más ejemplos de cómo se les borran las letras y se deteriora el anagrama.

A esta deficiencia en cuanto a materiales y confección se añade, en otros casos, su mala distribución entre las unidades. Es el caso de los chalecos antibala, cuya asignación individualizada continúa siendo una de las grandes reclamaciones de la AUGC. Estos chalecos siguen escaseando, bien por su inexistencia o porque no han sido repartidos entre los agentes.

¿Está diciendo que se dispone de ellos y no se entregan?

Sí. 

¿Dónde se está dando este caso?

El último que se ha dado ha sido en la Comandancia de Murcia. El pasado miércoles hubo un tiroteo en la localidad de La Unión, al que acudieron varios guardias civiles sin tener asignados los chalecos balísticos individuales, con el consiguiente peligro en la intervención. 

Los chalecos se encontraban en la Comandancia, pero todavía no habían sido distribuidos entre los agentes sin explicación alguna.

Gracias a la denuncia de AUGC, afortunadamente han sido entregados a los guardias civiles.

Al mismo tiempo, asistimos a derroches por decisiones respecto a la uniformidad absolutamente innecesarias. 

¿Qué derroches? Explíquese.

Me refiero al cambio en las gorras con distintivos para distinguir a oficiales, suboficiales y cabos. Para la AUGC, se trata de un despilfarro motivado simplemente por el afán de presunción de algunos altos mandos y su permanente clasismo a la hora de diferenciarse de los trabajadores de base.

-Cambiando de tercio, la AUGC también ha reclamado recientemente reforzar la independencia de la Policía Judicial y derogar una instrucción de 2012 que obliga a informar a Interior…

A raíz de los casos de corrupción que salieron en 2011 y 2012 se emitió una instrucción por la cual que se obliga a que la Guardia Civil informe al poder político, al Ministerio del Interior, cuando una investigación entra en fase de explotación, eso es cuando la investigación se conoce porque se procede a las detenciones. 

Nosotros entendemos que se debe potenciar el trabajo en el ámbito de la Policía Judicial para que no tenga que informar a Interior, que al fin y al cabo está conformado en un Gobierno que depende de un partido político, sino que una vez que se haya finalizado la investigación, la misma se informe al juez, que es a quien nos debemos.

En Policía Judicial nos debemos lógicamente a nuestros propios mandos, pero investigamos por orden judicial y son solamente los jueces quienes deben conocer del proceso de la investigación. 

Es importante esa neutralidad, y fomentar ese poder de investigación pasa por la arbitrariedad y la independencia en las investigaciones. 

-Después de los trabajadores sanitarios, los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado integran la siguiente línea de respuesta contra la pandemia y están sufriendo las consecuencias de su exposición. ¿Cuántos agentes se han contagiado de coronavirus?

Los contagios en Guardia Civil han llegado a duplicar a los de Policía Nacional. En abril contabilizamos 1.500 contagios en la Guardia Civil frente a 750 en la Policía. El número de pruebas realizadas fue dispar, así como las medidas organizativas adoptadas en uno y otro Cuerpo. 

¿Y qué balance hace de la gestión de la directora general? 

Es cierto que de recién llegada le ha tocado afrontar de lleno la gestión del Covid-19, pero ahora ya empieza a darse la normalidad y pronto va a tener que decidir sobre las cuestiones que se le están poniendo encima de la mesa. 

No puede seguir en su despacho eternamente, ahora le toca gestionar y ser la directora que los guardias civiles están demandando.

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