Firmas
Desahuciados: No se puede esperar más, hay que materializar la figura del Defensor del Mayor
28/8/2020 06:42
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Actualizado: 30/8/2020 13:41
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Estamos en un mundo donde la precariedad está a la orden del día, un mundo sobre el que no se conoce con certeza si los altos y errados líderes mundiales decidirán cerrarlo, padecemos una sociedad donde vivir de alquiler resulta caro, aumentan los desahucios sin contemplar legalmente de forma adecuada los distintos estados de necesidad, los trabajos se rifan con alarmante paro, aumentan los seres humanos maltratados, las familias rotas, la guerra de sexos hiere al corazón del amor y proliferan los vientres de alquiler.
Salvo las excelsas multinacionales y determinados excepcionales ricos, muy ricos que habitan sobre la capa terrestre, la propiedad privada no se protege adecuadamente, ni se crea como signo de avance y progreso, ni se promociona con eficacia, resultando que gran número de mayores, se ven obligados ante sus míseras pensiones económicas, a vender a bajo precio su vivienda-hogar y tener el acogimiento del usufructo vitalicio para no entrar en el tétrico y desahuciado grupo de los sin techo, sin hogar, sin cobijo y sin la suficiente protección capaz de evitar tener que verse en la necesidad de vender a bajo precio, aquello que fue durante gran parte de su vida, hogar familiar y casa de sentimientos.
Aumentan los seres humanos condenados al desahucio, no sólo de su vivienda-hogar, sino también desahuciados de la seguridad, de la defensa y de la garantía de derechos humanos y libertades ante el criminal virus de la muerte, multiplicándose los brotes y contagios en un número elevado de residencias de los mayores.
Como defensor de las Residencias de la Concordia, sufro en mi corazón, al conocer que se están convirtiendo en múltiples supuestos en residencias de la indefensión, residencias de la inseguridad y tristes asilos de la muerte.
HACER REALIDAD LA FIGURA DEL DEFENSOR DEL MAYOR
Una vez más, se nota la necesidad urgente, que brota también en las residencias de mayores, para que obtenga viabilidad legal nacional e internacional, la nueva figura Jurídica del Defensor del Mayor, qué desde hace más de veinte años, llevo solicitando y suplicando por justicia y por necesidad de los mayores, en su tercera y cuarta edad.
Sufrimos una sociedad internacional de los desahuciados, de seres humanos, mujeres y hombres que son desalojados de su verdad, de su vivienda, de su familia, de su trabajo, de sus libertades y derechos, gestándose la era trágica de los seres humanos desahuciados sin piedad, sin esperanza y sin lograr soñar las luces de un nuevo amanecer.
Navegamos con no buen rumbo en el surco del desahucio, de la no salvación, desde el derecho humano a la salud y a la vida, hasta el derecho humano a tener una vida digna y una muerte digna, en un mediatizado mundo, desahuciado por la actual pandemia, desahuciado por la desigualdad económica abismal, desahuciado por la existencia de segundos y terceros mundos, desahuciado por las guerras de toda índole, desahuciado por aumentar la violencia y la insolidaridad.
Padecemos los grandes silencios internacionales, ante una Humanidad, necesitada de conocer la verdad de todo cuanto sucede y angustiadamente suplicante por ser escuchada, sintiendo el dolor de sus sangrientos y corrosivos problemas, necesitando recibir fundada esperanza, con un férreo compromiso internacional capaz de resolver con eficacia, con justicia y con verdad, las grandes cuestiones que gravan el ser y estar de millones de mujeres y hombres en el mundo.
¡Por aquellos corazones desahuciados de este mundo, hogar de mujeres y hombres, nacerá la inmortal tragedia del arrepentimiento, como condena universal!.
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