A juicio un individuo acusado de intentar matar a un policía 
La vista oral comienza hoy en la Audiencia Provincial de La Coruña y prosigue mañana; será juzgado por un tribunal de la Sección Segunda. Foto: EP

A juicio un individuo acusado de intentar matar a un policía 

La Fiscalía pide 9 años y 5 meses de cárcel, mientras que la acusación particular (SUP) reclama 17 años y medio
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27/1/2021 09:34
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Actualizado: 27/1/2021 09:51
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La Audiencia Provincial de La Coruña juzgará entre hoy y mañana a un individuo acusado de intentar matar a un policía mientras se encontraba detenido en los calabozos de la Comisaría de Lonzas, al tratar de huir de la misma.

El acusado responde a las iniciales de E. H., y tiene múltiples antecedentes penales no computables a efectos de reincidencia.

Los hechos ocurrieron el 11 de febrero de 2019. 

Aquel día, el agente prestaba labores de seguridad en la Comisaría, en la que éste sujeto ingresó al mediodía por su presunta participación en varios robos con violencia e intimidación.

La Fiscalía lo acusa de un delito de homicidio en grado de tentativa en concurso medial con un delito de quebrantamiento de custodia en grado de tentativa, y pide 9 años y cinco meses de prisión, y cuatro años de libertad vigilada.

Asimismo, en concepto de responsabilidad civil, solicita que abone al agente 2.615 euros por el tiempo invertido en alcanzar la sanidad de sus lesiones y por las secuelas que le restan. 

El policía necesitó de asistencia médica y requirió de 30 días para su curación, en los que estuvo imposibilitado para el desempeño de las actividades de la vida diaria.

Le ha quedado como secuela una neuralgia intercostal esporádica.

La acusación particular, que ejercita el Sindicato Unificado de Policía (SUP), califica los hechos de un delito de homicidio en grado de tentativa, un delito de atentado y otro de lesiones, y reclama 17 años y 6 meses.

Por homicidio en grado de tentativa pide 9 años y seis meses, por el de atentado, 4 años, y por el de lesiones otros 4.

Asimismo, solicita que se le imponga la prohibición de comunicarse y aproximarse al agente a menos de 500 metros durante 10 años.

También pide que indemnice al policía con 10.000 euros por las lesiones y perjuicios causados.

El caso procede del Juzgado de Instrucción número 3 de La Coruña.

El acusado se encuentra en prisión provisional comunicada y sin fianza por esta causa.

Según relata la Fiscalía en su escrito de acusación, sobre las 13,40 horas del 11 de febrero de 2019, este sujeto fue detenido en las inmediaciones de su domicilio «al encontrarse implicado en una pluralidad de delitos de robos con intimidación cometidos, en los últimos meses, en distintas entidades bancarias de la ciudad». 

Indica que una vez arrestado fue trasladado a la Comisaría de Lonzas, en La Coruña, e ingresado en uno de sus calabozos.

Según expone el representante del Ministerio Público, sobre las 16.00 horas de aquel día solicitó al agente permiso para ir al cuarto de baño alegando que se encontraba mal, y pidió otra manta ya que había manchado la que tenía en su celda.

El policía le abrió la puerta para que fuera al baño y, al regresar, le indicó que cogiera una manta limpia en la celda contigua.

Cuando salía de esta otra, según señala la Fiscalía, «con un movimiento repentino, se la tiró por encima al agente y se abalanzó sobre él, cayendo ambos al suelo».

«En esa posición, el encausado le realizó una maniobra de estrangulamiento, pasándole el brazo derecho por el cuello y tapándole la boca y la nariz con la otra mano, al tiempo que incrementaba progresivamente la presión con la finalidad de acabar con la vida del agente«, detalla el Ministerio Fiscal.

Explica que al ver que se quedaba sin respiración y que no podía zafarse de la maniobra de inmovilización después de intentarlo durante 52 segundos, el agente, temiendo por su vida, echó mano de la defensa reglamentaria que portaba y consiguió alcanzar con ella al acusado, lo que le permitió soltarse y retroceder para intentar cerrar la puerta de acceso a los calabozos e impedir, con ello, la fuga de este sujeto.

No obstante, el acusado «lo persiguió en actitud muy agresiva y forcejeó con él para intentar abrir la puerta», prosigue el relato del representante del Ministerio Público.

Indica que debido a eso, el agente cayó nuevamente al suelo, donde el acusado le propinó diversos golpes en la cabeza y en las costillas, «con lo que consiguió finalmente abrir la puerta y pudo salir corriendo por el garaje de las dependencias policiales».

El agente consiguió incorporarse y dio aviso de lo ocurrido a sus compañeros. 

Al no encontrar la salida al exterior desde el garaje, el acusado accedió de nuevo a las dependencias policiales y se encerró en un cuarto destinado a vestuario de los funcionarios, siempre según la Fiscalía.

Añade que tras ser advertidos de lo que estaba ocurriendo, los agentes que se encontraban en las dependencias de Lonzas consiguieron la llave de la puerta, pero el acusado se colocó detrás de ella e hizo fuerza para impedirles entrar.

Los agentes le gritaron que depusiera su actitud y saliera, a lo que hizo caso omiso, agrega la Fiscalía.

Explica que dado que en el interior de las taquillas del vestuario había armas depositadas, los agentes adoptaron las máximas medidas de seguridad por si el acusado se hubiera apoderado de alguna de ellas.

Señala que por tal motivo, un agente accedió parcialmente al cuarto protegiéndose con su arma reglamentaria, y el acusado, que estaba resguardado detrás de la puerta, «intentó coger la mano del agente que portaba el arma».

«No obstante, los demás agentes presentes consiguieron agarrarlo del brazo y sacarlo de detrás de la puerta», apostilla.

Acto seguido, el acusado, «desplegando una actitud muy agresiva y mostrando total desprecio a la autoridad de los intervinientes, comenzó a lanzar patadas hacia ellos, por lo que, a los agentes no les quedó más opción que derribarlo al suelo y emplear la fuerza mínima imprescindible para lograr que depusiera su actitud».

Fue necesaria la intervención de varios agentes para conseguir inmovilizarlo.

Por estos hechos, el Juzgado de Instrucción número 4 de La Coruña acordó el 14 de febrero de 2019 prisión provisional comunicada y sin fianza de este sujeto; medida ratificada por el Juzgado de Instrucción número 3 de La Coruña el 22 de febrero de aquel año.

El fiscal ha interesado que se mantenga la situación de prisión provisional hasta que haya sentencia firme, al entender que no han variado las circunstancias que en su día motivaron la adopción de esta medida cautelar.

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