Movimiento contra la Intolerancia denuncia ante la Fiscalía al científico Oriol Mitjà ‘por discurso de odio al estigmatizar a los policías’
El presidente de Movimiento contra la Intolerancia afirma que "la estigmatización genética es discurso de odio".

Movimiento contra la Intolerancia denuncia ante la Fiscalía al científico Oriol Mitjà ‘por discurso de odio al estigmatizar a los policías’

Lo acusa de predeterminar genéticamente como violentos a los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado
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19/4/2021 10:49
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Actualizado: 19/4/2021 10:53
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Movimiento contra la Intolerancia ha denunciado hoy al científico «independentista» Oriol Mitjà ante la Fiscalía General del Estado por señalar que las personas pertenecientes a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado tienen “alteraciones genéticas que predisponen a la violencia”.

Esta asociación, que preside Esteban Ibara, destaca que con ello, Mitjà «está aseverando que los agentes tienen una suerte de tara genética que les predispone a la violencia y que algunos agentes sufrirían el síndrome XYY o enfermedad del superhombre, que les equipararía a los criminales e invitaría a que fueran ‘más violentos'».

Además, destaca que el científico acompañó su mensaje con la imagen de una detención de un independentista en 2019, acusado de atentado a la autoridad y desórdenes públicos durante una marcha en Cataluña contra la sentencia del ‘procés’.

Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia.

Esteban Ibarra entiende que alegar razones genéticas para señalar a las personas que prestan su servicio en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, cuya misión es “proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad  ciudadana”, así como identificarlas como personas con trastorno genético que presentan «la misma frecuencia de algunas alteraciones genéticas que predisponen a la violencia», «además de acientífico, realiza una estigmatización discriminatoria que, sin duda, favorece el rechazo de estas personas al imbricarles con la violencia».

Y manifiesta que es acientífico porque «la ciencia ha demostrado sobradamente que nadie nace violento, como afirma la UNESCO en su Manifiesto de Sevilla adoptado en 1989, suscrito por organizaciones científicas y profesionales de todo el mundo.

Además, esta asociación señala que la estigmatización discrimatoria «es una práctica conocida como genoísmo, una forma de intolerancia similar al racismo, que conlleva consecuencias por las que estas personas puedan ser tratadas de manera diferente, trasladando mensajes peligrosos, incluso para familiares, al presentarles como personas con “trastornos hereditarios” de violencia, predeterminados por los genes».

«Este mensaje no solo daña la integridad moral de los agentes y es un acto contra la dignidad humana, también supone una presunta incitación a la discriminación al denotarse distinción, exclusión o restricción basada en motivos ideológicos, por su condición de representante constitucional reflejada en el artículo 104 de la Constitución, y que pudieran tener por objeto o resultado contribuir a anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos humanos y libertades fundamentales en condiciones de igualdad al resto de los españoles, en todas las esferas de la vida pública», denuncia Esteban Ibarra.

Recuerda que el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional señalan que la libertad de expresión no es infinita y afirman que «puede considerarse necesario en las sociedades democráticas sancionar e incluso prevenir formas de expresión que propaguen, promuevan, o justifiquen el odio basado en la intolerancia».

Esta asociación indica, como afirman ambos tribunales, la función jurisdiccional consiste en estos casos en valorar, atendiendo a las circunstancias las ideas vertidas y las circunstancias concurrentes, esto es si la conducta que se enjuicia constituye el ejercicio legítimo ilícito del derecho fundamental a la libertad de expresión y, en consecuencia, se justifica por el valor predominante de la libertad o, por el contrario, la expresión es atentatoria a los derechos y a la dignidad de las personas a las que se refiere, situación que habrá de examinarse en cada caso concreto.

Movimiento contra la Intoleracia pide que se depuren responsabilidades ante estos hechos.

«La libertad de expresión no supone libertad de difamación o de estimagtización, como presuntamente ocurre en este caso», subraya en Confilegal Esteban Ibarra.

El Sindicato Unificado de la Policía (SUP) también ha denunciado hoy al científico Oriol Mitjà «por calumniar a los policías».

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