Nadie echó de menos a Isabel Díaz Ayuso en los premios anuales de los procuradores
De izquierda a derecha, Gabriel María de Diego Quevedo, decano de la procura madrileña, Juan José González Rivas, presidente del Tribunal Constitucional, Juan Carlos Estévez, presidente del CGPE, y los premiados Carmen Calvo y Manuel Pizarro.

Nadie echó de menos a Isabel Díaz Ayuso en los premios anuales de los procuradores

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17/9/2021 06:50
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Actualizado: 17/9/2021 06:50
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Durante las 48 horas precedentes la comidilla había sido que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, a la que el Consejo General de los Procuradores de España (CGPE), había galardonado con el Premio ‘Convivencia y Tolerancia’ 2021 no iba a ir a recogerlo después de haberse comprometido a estar presente, en un principio.

De hecho, el CGPE anunció que en esa ceremonia iban a coincidir Díaz Ayuso y la exvicepresidenta del Gobierno y exministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Carmen Calvo, a la que se le concedió el mismo premio 2020 y que no pudo recoger por la pandemia y el estado de alarma.

El morbo, hay que reconocerlo, se había disparado.

Díaz Ayuso y Calvo sobre el mismo escenario, juntas.

Pero la nueva «conjunción astral», que diría Leire Pajín, no se produjo. Según me contaron, la presidenta de la Comunidad de Madrid no acudió a recoger su premio porque tenía que atender al presidente de Colombia, de visita en España.

El premio conferido era a su eficaz y ejemplar gestión durante la pandemia ocasionada por el Covid-19 y, especialmente, por las medidas adoptadas en aras al empuje necesario y fundamental para la recuperación económica,

Es cierto que en el PP hay mar de fondo. Que el pulso que Díaz Ayuso le está echando a Pablo Casado en su intento por asumir la Presidencia del PP madrileño, junto a la presidencia de la Comunidad Autónoma de Madrid, está creando fuertes tiranteces.

En especial porque Casado y su alto mando de Génova prefieren continuar con el modelo bicéfalo de los últimos años en el que la Presidencia del gobierno regional y la Presidencia del partido en Madrid son ocupadas por personas diferentes.

Estilo PNV, en dos palabras.

De lo que se deduce que la premiada prefirió mantener el perfil bajo y quitarse de en medio. Las aguas bajaban muy revueltas.

Plano general del Teatro Fernando de Rojas, del Círculo Bellas Artes, donde tuvo lugar la ceremonia.

La exvicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, recibiendo su galardón de manos de Juan Carlos Estévez. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

NO ENVIÓ A NADIE EN SU LUGAR

El caso es que la presidenta de Madrid no asistió. Y tampoco envió a nadie en su lugar. Lo que, sin duda, teniendo en cuenta la categoría y la importancia de estos premios, creó cierto malestar entre los organizadores.

Porque los dejó «colgados», dicho en román paladino. Lógico.

Estos premios de la procura son unos clásicos. En los últimos años ninguna personalidad ha fallado de la forma que Díaz Ayuso. Es un feo más que evidente, sea cual sea la justificación esgrimida. Está claro que la presidenta de la Comunidad de Madrid no calibró la relevancia del galardón.

Esa fue la mala noticia.

¿Y la buena?

Pues que nadie echó de menos a Isabel Díaz Ayuso.

La gente –más de 250 asistentes– estaba tan encantada de disfrutar de una apariencia de normalidad, de poder reunirse, de poder hablar los unos con los otros, que a nadie le importó que Díaz Ayuso no estuviera.

También por la calidad de los otros dos premiados.

Carmen Calvo, en reconocimento a la labor realizada en favor de la Igualdad, en materia de conciliación y, especialmente, en la lucha contra la violencia de género, desde los distintos cargos que ha venido ostentado a lo largo de su trayectoria política.

Y Manuel Pizarro, miembro del Consejo de Estado como vocal nato, y actual presidente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España “por su extraordinaria contribución al fortalecimiento del Estado de Derecho como servidor público, en su condición de abogado del estado, y por el prestigio nacional e internacional que como jurista ostenta».

Manuel Pizarro recibió su «Balanza de Oro» de manos del presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas. A la izquierda, Marta Robles, la conductora del acto. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

Este segundo premio, la 27 edición de «la Balanza de Oro», se lo entregó el decano del Colegio de Procuradores de Madrid, Gabriel María de Diego Quevedo, quien hizo una «sintética» y cariñosa semblanza de la figura de Manuel Pizarro.

Una misión casi imposible en un hombre que lo ha sido casi todo, pero que cumplió a completa satisfacción.

«Manuel Pizarro es una de las cabezas más brillantes en los campos financiero y jurídico de España», afinó De Diego Quevedo.

«Eres un hombre del Renacimiento transplantado a nuestro tiempo», añadió después Juan Carlos Estévez, presidente del Consejo General de Procuradores de España.

Pizarro, en su marcado acento aragonés, respondió dando unas sentidas gracias después de recibir el galardón de manos del presidente del Tribunal Constitucional, Juan José González Rivas.

«Cuando uno no manda ni reparte caramelos que se acuerden de uno… Muchas gracias por la distinción. Inmerecida», comenzó diciendo. «Pero los premios inmerecidos son los que más se agradecen».

Juan José González Rivas, Juan Carlos Estévez, Carmen Calvo y Manuel Pizarro. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

CATALUÑA, PRESENTE EN EL DISCURSO DEL GALARDONADO

Sin mencionarlo, Pizarro hizo alusión al conflicto catalán.

«Muchas veces, desde la política se tiene la ilusión de que las leyes lo arreglan todo. Las cosas se arreglan antes, no criminalizando todas las acciones. No atragantando a los tribunales. Convirtiendo, a veces, al Tribunal Constitucional o al Tribunal Supremo o a los tribunales ordinarios en jueces de primera instancia. Hay asuntos que tienen que venir resueltos desde atrás», afirmó.

Luego se dirigió de forma especial a los jueces presentes, de los que dijo que ejercen una función «benemérita», que es dar a cada uno lo suyo, resolver confllictos.

Pero «no pueden estar haciendo labores que podría hacer otro cualquier por otro lado. Hay mucho ejercicio privado de funciones públicas que podrían hacerse fuera. Descargando a los tribunales de una serie de funciones. Jurisdicción voluntaria, que no tienen porqué hacer», subrayó.

«Porque si la justicia no es rápida no es justicia. Resolver asuntos a los 15 años de los hechos que han pasado, ni es ejemplar ni sirve para nada», remachó.

El Teatro Fernando de Rojas presentaba un lleno, con medidas preventivas. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

UN PREMIO PARA TODAS LAS MUJERES QUE HAN ROTO EL TECHO DE CRISTAL

De esa forma definió Estévez el premio «Convivencia y Tolerancia» 2020 concedido a Carmen Calvo en su intervención, cuando explicó las razones que lo sustentan.

La presencia de Carmen Calvo –y también de la ausente Isabel Ayuso–, dijo Estévez, «es la mejor muestra del carácter fundamental y compartido del valor de la igualdad entre mujeres y hombres y de la necesidad de apoyo y defensa a los mismos desde las instituciones, empezando por esta casa».

Estévez defendió la necesidad de un gran acuerdo político para acometer las reformas necesarias de cara a aumentar la eficacia y a agilidad de los órganos judiciales.

Una de esas reformas debería ser la de convertir a los procuradores en agentes de ejecución, siguiendo el ejemplo europeo.

Fue el presidente del CGPE el encargado de entregar su premio a la exvicepresidenta Calvo, que se sintió muy honrada de recibirlo.

La exvicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, dio unas sentidas gracias, consciente de que este es uno de los grandes galardones del mundo del derecho. Foto: Carlos Berbell/Confilegal.

En especial porque es un premio que procede del mundo del derecho.

«El derecho es el gran artilugio con el que la humanidad ha conseguido dar con algunas teclas imprescindibles para convivir. El derecho es la fórmula equidistante, compleja, casi de encaje de bolillo, para caber todos en el mismo sitio y poder compartir. Todos por debajo del imperio de la ley. De una ley que nace, afortunadamente, de la soberanía popular», aseguró.

«No hay otra fórmula para poder vivir. Por eso agradezco que este premio sea a la tolerancia y a la convivencia», señaló.

Al acto, que estuvo conducido por la periodista y escritora Marta Robles, asistieron el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el exministro de Justicia, Juan Carlos Campo, los magistrados del Tribunal Constitucional, Andrés Ollero y Pedro González-Trevijano, los magistrados del Tribunal Supremo Julián Sánchez Melgar y Antonio del Moral, el presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Celso Rodríguez Padrón, el presidente de la Audiencia Provincial de Madrid, Juan Pablo González, la juez decana de los Juzgados de Madrid, María Jesús del Barco, y la fiscal superior de la Comunidad de Madrid, Almudena Lastra.

También los vocales del Consejo General del Poder Judicial, Mario Macías y Rafael Mozo, la viceconsejera de Justicia de la Comunidad de Madrid, Yolanda Ibarrola, la presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega, el decano del Colegio de Abogados de Alcalá de Henares, Ángel Llamas, la presidenta de la Confederación Española de Abogados Jóvenes, Maia Román, el diputado del Colegio de Abogados de Madrid, Juan Gonzalo Ospina, la presidenta de Women in a Legal World, Marlen Estevez, la presidenta de la Asociación Raimundo de Peñafort, Rosalina Díaz Valcárcel, y la mayor parte de los 67 decanos de los Colegios de Procuradores de España.

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