Condenado a un año y 7 meses de cárcel por no atender ni alimentar a sus caballos, provocando la muerte de uno y la enfermedad grave de otros dos
Ha reconocido los hechos y ha aceptado esta condena por un delito continuado de maltrato de animales domésticos que menoscaba gravemente la salud y otro de maltrato de animales domésticos con resultado de muerte.

Condenado a un año y 7 meses de cárcel por no atender ni alimentar a sus caballos, provocando la muerte de uno y la enfermedad grave de otros dos

Tiene que entregar los equinos a la asociación 'El refugio del burrito', de Cáceres
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10/11/2021 10:49
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Actualizado: 10/11/2021 10:52
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El Juzgado de lo Penal número 2 de Cáceres ha condenado a un hombre a un año, siete meses y 15 días de prisión por un delito continuado de maltrato de animales domésticos que menoscaba gravemente la salud y otro de maltrato de animales domésticos con resultado de muerte, por no atender a sus caballos, lo que provocó la muerte de uno de sus potros y la enfermedad grave de otros dos equinos. 

Es una sentencia de conformidad.

La defensa del condenado alcanzó un acuerdo de conformidad con las partes, que fue ratificado el día del juicio, el pasado 13 de septiembre, ante la magistrada Vanesa Pérez Bañuelos, quien dictó la sentencia ‘in voce’.

La acusación particular la ha ejercitado la asociación El refugio del burrito, a la que el condenado deberá entregar los animales.

LOS HECHOS

Según se desprende de la resolución, el condenado tenía más de siete yeguas, tres caballos y tres potros repartidos en diferentes fincas ubicadas en la localidad cacereña de Santa Ana, «una de ellas de su propiedad, otra de ellas disfrutada en régimen del alquiler, y otra disfrutada por tolerancia del dueño».

Entre noviembre de 2018 y el 5 de febrero de 2019, el condenado «no ha prestado ninguna atención a sus caballos, ni ha asegurado que tuvieran comida a su disposición, ni ha facilitado el seguimiento veterinario de los mismos, de manera que los animales, ante la falta de comida abandonaban la parcela cada vez que podían, para asegurarse su supervivencia, unas veces comiendo en parcelas colindantes, otras directamente del parque de la localidad», sin que éste hiciera nada por remediar esta situación, que conocía.

Los animales deambulaban por los entornos del casco urbano de Santa Ana, y se metían en fincas propiedades de terceros en busca de alimento y agua.

Como consecuencia de la ausencia de atenciones para asegurar el bienestar de sus caballos, los animales han tenido que buscarse su supervivencia como si estuvieran asilvestrados o confiar en la buena voluntad de los vecinos. 

Esta situación de falta de cuidados imprescindibles para la supervivencia, por falta de agua y comida suficientes, y de atención veterinaria afectó de modo singular a los dos potros, por su mayor vulnerabilidad física y a un caballo adulto.

Así, el 6 de febrero de 2019, uno de los potros, macho de capa torda y sin chip identificador, no pudo ponerse en pie debido a su debilidad y se abandonó a su suerte sentándose en la vía pública de Santa Ana, lo que movilizó al Ayuntamiento de la localidad, que aseguró su traslado hasta el terreno del embarcadero con un vehículo jumper, avisando al condenado «de la imperiosa necesidad de asistir veterinariamente al animal, así como de suministrarle comida y agua ante su situación sanitaria».

Según los hechos probados, este no hizo ninguna de las dos cosas, por lo que el potro acabó muriendo en la madrugada del 23 de febrero por inanición. 

Para tratar de impedir este desenlace, tanto el veterinario como el servicio de urgencias de la Facultad Veterinaria de Cáceres prestaron asistencia médico-veterinaria al potro, consistente en fluido terapia de choque con cateterización veterinaria, antiinflamatorios y cura local de una herida en la zona ocular derecha, análisis hematológicos y bioquímicos, que no fueron suficientes para salvar su vida y que han provocado unos gastos que no ha podido concretar.

Además, otros dos animales responsabilidad del condenado se encontraban en «muy mal estado de carnes por la falta de comida y bebida que garantizaran su supervivencia». En concreto, un caballo adulto y un potro macho, con capa torda, que el día 23 de febrero sufrían muy mal estado de carnes por la falta de alimento, según la exploración del veterinario.

Para asegurar la sanidad de ambos, la Justicia acordó por auto del 1 de marzo de 2019 el depósito de los mismos, siendo trasladados en un primer momento a una hípica situada en Portaje. No se han concretado los gastos médico-veterinarios necesarios para la sanidad de ambos, que han sido prestados por El Refugio del Burrito.

El resto de equinos fueron trasladados a la Dehesa Boyal, propiedad del Ayuntamiento de Santa Ana, y el 4 de abril de 2019 se comunicó al condenado que procediera a trasladarlos a una finca de su propiedad y al cuidado de los mismos. 

A 15 de abril los equinos seguían en la finca del Ayuntamiento, sin contar con alimento complementario, ocurriendo finalmente que uno de ellos murió como consecuencia de la falta de cuidados y de asistencia veterinaria que venía sufriendo.

La sentencia, que ya es firme, es la número 141/2021, de 13 de septiembre.

Por el delito continuado de maltrato de animales domésticos que menoscaba gravemente la salud se le han impuesto siete meses y quince días de cárcel, con inhabilitación especial para el ejercicio del derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena y tres años de inhabilitación especial para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales y para la tenencia de ellos.

Por el delito continuado de maltrato de animales domésticos con resultado de muerte ha sido condenado a un año de prisión, con las mismas inhabilitaciones.

La magistrada ha acordado suspender por tres años la pena de prisión impuesta, condicionado a que no vuelva a delinquir en ese plazo, así como al pago de una responsabilidad civil establecida en cuotas mensuales, iguales y consecutivas de 100 euros y una última con la cantidad restante.

En concepto de responsabilidad civil, el condenado deberá indemnizar con 660,33 euros a la asociación El refugio del burrito por los gastos médico-veterinarios.

Además, la magistrada acuerda la entrega definitiva de los animales a dicha asociación.

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