Napoleón Bonaparte restableció la esclavitud ocho años después de que la Asamblea francesa la aboliera
En 1802 Napoleón Bonaparte, entonces primer cónsul –y hombre más poderoso de Francia– ordenó aplastar la rebelión de los negros franceses de Haití, quienes se habían dotado de una Constitución y funcionaban como un estado cuasi independiente, y restaurar la esclavitud en la isla. No lo consiguió. Un año más tarde, Haití proclamó su independencia. Pero la esclavitud siguió vigente en Francia hasta 1848.

Napoleón Bonaparte restableció la esclavitud ocho años después de que la Asamblea francesa la aboliera

La Francia revolucionaria fue el primer país de Europa que abolió la esclavitud. La Asamblea Revolucionaria votó, en febrero de 1794, a favor de abolirla.

Además de la abolición de la esclavitud de los negros de todas las colonias francesas, los diputados decretaron que «todos los hombres, sin distinción de color, residentes en las colonias, son ciudadanos franceses y gozarán de todos los derechos garantizados en la Constitución».

Lynn Hunt, autora del libro «La invención de los derechos humanos», se pregunta si dicha decisión fue un acto de altruismo progresista puro.

Y se contesta que probablemente no. Porque desde el verano anterior, en 1793, con la declaración de la República, el caos en las colonias francesas era total.

Especialmente en Saint-Domingue, como se llamaba entonces a la parte francesa de la Isla la Española, que hoy comprende Haití y República Dominicana.

Los blancos franceses de aquella isla habían tenido que hacer frente, a partir del 16 de agosto de 1791, al estallido de una sublevación de esclavos que fue rápidamente sofocada por efectivos militares de marina y del ejército de tierra.

Fue capitaneada por el esclavo Bukman quien, al morir, le sucedió en el mando otro esclavo, de raza negra, autodidacta y muy inteligente, François Dominique Toussaint, de 48 años, quien consiguió crear un ejército con el combatió a los blancos franceses desde el lado español de la isla.

En 1794, cuando se enteró de que la Asamblea había abolido la esclavitud, regresó a la zona de soberanía francesa que, un año más tarde, el 22 de julio de 1795, se extendió a toda la isla tras el final de la llamada guerra del Rosellón. Un conflicto bélico que enfrentó a la Francia revolucionaria contra la Primera Coalición de países, formada por Prusia, Gran Bretaña, España y otros estados, en la que la joven República se impuso militarmente.

Una consecuencia fue el tratado de Basilea, por el que España renunció a lo que hoy es República Dominicana, que pasó a control francés.

Toussaint, aunque nacido esclavo –había ejercido el oficio de cochero– tenía grandes dotes de mando y de negociación. Por ello se ganó el apodo de L’ouverture (la apertura).

Su gran ascendiente sobre la población negra contribuyó a que lo nombraran primero general y luego comandante militar de las tropas de color.

Organizó la isla como un estado semiautónomo, con una Constitución de la que se dotó en julio de 1801, redujo los focos rebeldes de mulatos y colonos franceses y rechazó el intento de invasión británica de 1798.

Fue proclamado gobernador vitalicio de la isla. Aplicó un sistema de producción que produjo una reactivación económica pero que, sin embargo, provocó el descontento generalizado que, a su vez, dio lugar a varias insurrecciones que fueron brutalmente reprimidas.

Firmó, asimismo, tratados con Inglaterra y Estados Unidos que, Francia, en principio aceptó.

Sobre estas líneas una representación juvenil del que fue, de facto, primer presidente de una república no declarada en Haití, François Dominique Toussaint.

NAPOLEÓN ENTRA EN ESCENA

Sin embargo, Napoleón Bonaparte, en 1802 primer cónsul de Francia –luego sería nombrado cónsul vitalicio y emperador–, se negó a reconocerla y ordenó el envío de un cuerpo expedicionario de 20.000 hombres, compuesto por soldados franceses, suizos, alemanes y polacos. Al mando puso al general Charles Leclerc, cuñado suyo, con la consigna de restaurar la legalidad francesa.

Leclerc desembarcó en el actual Haití el 29 de enero de 1802. Muchos de los aliados de Toussaint-L’ouverture, como los mulatos Rigo y Petion, se unieron al general francés, lo mismo que el también general negro Jean Jacques Dessalines.

Cuatro meses después, el gobernador vitalicio fue vencido en el Barranco de las Culebras.

El general francés le dio su palabra, como condición, de que no restauraría la esclavitud. Toussaint-L’ouverture quedó bajo arresto domiciliario en su finca, pero por muy poco tiempo.

Poco después del 20 de mayo de 1802, le llegó a Leclerc el decreto de Bonaparte, por el que restablecía la esclavitud en Haití.

Como consecuencia, el 6 de junio, Toussaint-L’ouverture fue deportado a Francia, para impedir que se pudiera rebelar.

En Francia fue ingresado en una prisión, donde murió un año más tarde.

Napoleón, sin embargo, no logro que los esclavos aceptaran su suerte. La reinstauración de la esclavitud no fue aceptada por los líderes de color y mulatos.

Dessalines plantó cara militarmente a las tropas francesas con efectivos nativos, que se batieron en feroces combates.

La combinación de la guerra y de la fiebre amarilla diezmó a los soldados continentales.

A lo que también contribuyó el bloqueo británico, que impidió que llegaran refuerzos de Francia.

El 18 de noviembre los franceses fueron totalmente derrotados y 11 días más tarde abandonaron la parte occidental de la isla para siempre.

El 1 de enero de 1804 Dessalines proclamó la independencia de Haití, recuperando su antiguo nombre indígena.

A lo que siguió la masacre de los blancos que quedaban. Haití quedó reducida a cenizas. Jamás se recuperaría de la pérdida de las plantaciones, de la poderosa industria del azúcar cimentada sobre el trabajo esclavo.

De esa forma Haití se convirtió en un caso único de república negra emancipada de las colonias americanas que permanecerá aislada de los movimientos y tendencias del siglo XIX.

El lado español de la isla siguió bajo dominio francés hasta 1809, cuando los galos se vieron obligados a capitular ante las acometidas de las fuerzas criollas españolas, con ayuda de tropas británicas.

La esclavitud no volvió a ser abolida en Francia hasta el 27 de abril de 1848, con la proclamación de la Segunda República.

Y esa fue la definitiva. 54 años después.

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