La ministra Yolanda Díaz impulsa la reforma del Estatuto de los Trabajadores. ¿Lo conseguirá?
¿Ha puesto la ministra Díaz el listón muy alto? ¿Le dará tiempo a afrontar esa reforma a un año y medio del final de la legislatura?

La ministra Yolanda Díaz impulsa la reforma del Estatuto de los Trabajadores. ¿Lo conseguirá?

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06/5/2022 06:47
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Actualizado: 06/5/2022 02:59
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La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunciaba en la celebración del Día del Trabajo que pondrá en marcha una reforma en profundidad del Estatuto de los Trabajadores, una norma auspiciado en los primeros años de los ochenta por Juan Antonio Sagardoy.

«Toca abrir las puertas del derecho laboral al siglo XXI», añadía la ministra Díaz, quien para algunos expertos consultados por este medio con este cambio normativo podría estar dispuesta a afrontar otro cambio normativo en nuestra legislación laboral de calado.

Habrá que ver, por tanto,  cuáles son los tiempos que se marcan desde el Ministerio de Trabajo y que profesionales van a constituir dicha Comisión de Expertos que se plantea crear, y que parece ser será el paso previo a que luego dicha reforma llegue a la mesa del diálogo social para enriquecerla

Adaptarse al futuro

Para Daniel Cifuentes socio de laboral de Perez-Llorca es partidario de modificaciones del actual Estatuto de los Trabajadores ,“más que hablar de materias en concreto que deben modificarse, creo que el principal cambio que necesita el Estatuto es adaptarse a la realidad tan diferente que existe en este momento frente a la situación que existía en 1980 cuando fue aprobado”.

“Es necesario que el nuevo Estatuto se adapte y dé respuesta a la nueva realidad derivada de la digitalización y la utilización de la inteligencia artificial en las relaciones laborales, que cambie el paradigma de la conciliación hacia la corresponsabilidad y que introduzca, o al menos tome en consideración, aspectos que están presentes en la sociedad como es el cambio climático y la sostenibilidad”, destaca.

A juicio de este experto “en materias concretas, creo que el mayor reto es la reforma del tiempo de trabajo pues es el aspecto de las relaciones laborales que más ha evolucionado, en general, desde 1980 y, en particular, en los últimos años a partir del desarrollo tecnológico».

En cuanto al balance que hace de este Estatuto de los Trabajadores actual, este jurista reconoce que “en términos generales creo que ha sido muy positivo. No obstante, es posible que hubiese sido conveniente iniciar este proceso de renovación antes. Sin embargo, la avalancha de acontecimientos que hemos padecido en estos últimos años no lo ha hecho posible”.

Cifuentes comenta que “será necesario buscar, de un lado, un equilibrio entre la pretendida jornada a la carta de las personas trabajadoras y el poder de organización y dirección de las empresas y, de otro lado, equilibrar la necesaria flexibilidad que necesitan las empresas con respeto a los derechos laborales. “

Otra cuestión que señala este jurista es que “desde un punto de vista más técnico, creo que también sería necesario revisar la negociación colectiva y, en particular, las reglas de legitimación en el sentido de abrir más las opciones de negociación y acabar, de este modo, con un cierto status quo inmovilista que existe en la actualidad».

En cuanto a como gestionar estos cambios, si a través de una Comisión de expertos o acudir al diálogo social donde confluyen empresarios y trabajadores, Cifuentes señala que “Técnicamente estoy a favor de un Estatuto elaborado por una comisión de expertos. Pero la realidad es para que el nuevo Estatuto tenga predicamento y legitimidad, es necesario que sea fruto del diálogo social”.

Daniel Cifuentes, socio de laboral de Pérez-Llora, es partidario de la reforma.

No hace falta cambiar nada

Para Fernando Vizcaino, socio director de laboral de ECIJA “No existe ninguna necesidad de cambiar el Estatuto de los Trabajadores y, además, cualquier cambio sería perjudicial para las relaciones laborales en España”.

A su juicio, “las manifestaciones de la ministra Diaz no son más que una proclama en un mitin que, confiemos, no vayan más allá de un discurso el Día del Trabajo”.

Este experto indica que “la reforma del Real Decreto Ley 32/2021 ya abordó, con escaso éxito como se va viendo, cuestiones que se creían importantes para reducir la temporalidad (lo que ha provocado, de momento, un aumento del desempleo), negociación colectiva (que se encuentra, probablemente por la crisis energética y bélica, en un parón importante) y cambio en los ERTES (habiendo tenido que prorrogar los existentes).

 “Con ello se declara en su Exposición de Motivos que se cumplía con los objetivos del gobierno de actualizar la legislación laboral al siglo XXI. No tendría sentido más reformas cuando las que se han hecho no se han consolidado y van camino de suponer un fracaso en sus objetivos”, destaca

Vizcaíno de Sas señala que “además, la Reforma de 2012 es un cambio profundo que se realizó, según se manifiesta en el texto, porque: “La crisis económica ha puesto en evidencia la insostenibilidad del modelo laboral español…”, por lo que se cambió el modelo del viejo Estatuto de los Trabajadores de 1981 y se adaptó al siglo XXI”.

Ese experto destaca que “no existe razón alguna, salvo la demagógica, de cambiar más un sistema normativo que ha dado muestras de funcionar y ser un buen instrumento de regulación de las relaciones entre trabajadores y empresas”.

Fernando Vizcaíno de Sas, socio de ECIJA.

«Soy partidario del diálogo social y una comisión de expertos no lo es. Los expertos realizan un trabajo de laboratorio para cambiar doctrinalmente una norma o elaborar una nueva ley, según los dictados del gobierno, no para negociar medidas que sirvan a trabajadores y empresarios”.

Para este experto “creo que la Reforma de 2012 funcionó, no había necesidad de cambiarla, ni de adaptarla al siglo XXI, pero, de haberla, se hizo (y con poco éxito) en el Real Decreto-ley 32/2021. Más cambios, sin reconocer que no han funcionado los recientes, no parecen objetivamente necesarios”

“Las nuevas realidades son una crisis que se abordó con el Estatuto de los Trabajadores vigente con bastante eficacia. No se vislumbra una necesidad imperiosa de cambio y, menos aún, que una norma aprobada en 2012 y usada durante la Pandemia por una gobierno socialista-comunista con eficacia, tenga “tintes autoritarios”, advierte.

En puertas de una gran reforma

Por su parte, Paz de la Iglesia, que acaba de ser promocionada al puesto de socio responsable de la práctica laboral en DLA Piper España, comenta que “las únicas pistas de por dónde irá esa nueva reforma del derecho laboral adelantada por la Ministra son las referencias a los «tintes autoritarios» del actual Estatuto, que llevan a pensar en que asistiremos a la vuelta a un mayor peso de la negociación colectiva, a la redefinición de las causas de despido e incluso al regreso al sistema de autorización de los ERE por la autoridad laboral”.

“Es decir, es posible que esta vez estemos ante una verdadera ‘gran reforma del derecho laboral’ que derogue (esta vez sí) la reforma laboral puesta en marcha por el PP en 2012, que ha sido el tradicional caballo de batalla de la ministra Díaz”.

“No obstante, no es descartable que se incorporen al Estatuto nuevos aspectos relativos a cuestiones que están afectando ya a las relaciones laborales, como la digitalización, la integración de los objetivos de sostenibilidad y la Agenda 2030”, advierte.

Paz de la Iglesia, responsale del área laboral de DLA Piper, confía en que esta sea la reforma laboral que deroge la de 2012.

En cuanto a la “implantación de esos cambios, creemos que todo apunta a un sistema mixto en el que participará una comisión de expertos, pero en el que el diálogo social volverá a tener un importante papel». No en vano se ha anunciado ya la negociación de una «ley de participación institucional» que pretende avanzar en este sentido”.

Sobre el Estatuto de los Trabajadores y su vigencia “es, sin duda, el gran instrumento regulador de las relaciones laborales en España y es por tanto una pieza esencial en nuestro ordenamiento jurídico.

“En este sentido, las últimas reformas han contribuido a avanzar (con mayor o menor acierto) en la reducción de la temporalidad, la igualdad retributiva y muchas otras cuestiones muy necesarias”, comenta.

No obstante, «no se puede desconocer que el Estatuto de los Trabajadores todavía tiene pendiente reflejar la evolución más reciente del derecho de la Unión Europea y de los convenios internacionales en los que España es parte, así como los desarrollos jurisprudenciales, en particular los provenientes del TJUE”.

También destaca que “del mismo modo, tampoco podemos ignorar que el Estatuto de los Trabajadores adolece de falta de sistematización jurídica como consecuencia de las sucesivas reformas de que ha sido objeto desde su publicación. Esta puede ser una gran oportunidad para corregirlo”.

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