El Supremo abordará el miércoles el recurso de Olea y De Benito contra la designación de Rafael Mozo como presidente del CGPJ
Los dos recurrentes, Wenceslao Olea, vocal del CGPJ –autor del recurso– y José Luis de Benito, secretario general del Consejo –secretario judicial de carrera–, son dos hombres de la máxima confianza del presidente dimitido, Carlos Lesmes.

El Supremo abordará el miércoles el recurso de Olea y De Benito contra la designación de Rafael Mozo como presidente del CGPJ

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21/11/2022 06:47
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Actualizado: 21/11/2022 00:09
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La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Supremo abordará el recurso interpuesto por uno de sus miembros, Wenceslao Olea, miembro a su vez del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), y de José Luis de Benito, el secretario judicial que desde 2019 ocupa el puesto de secretario general del CGPJ; contra el acuerdo del Pleno del órgano de gobierno de los jueces que designó a Rafael Mozo como su presidente interino.

Los dos recurrentes, hombres de la máxima confianza del expresidente del CGPJ y del Supremo, Carlos Lesmes, solicitan, como medida cautelar, la suspensión de dicho acuerdo.

Se da la circunstancia «curiosa» que tanto Olea como Lesmes forman parte de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Supremo. Son, por lo tanto, compañeros de los magistrados que tienen que tomar esa decisión. Una circunstancia «atípica» en cualquier tribunal que se precie.

El tribunal de esa Sala rechazó, el pasado mes de octubre, rechazar la medida cautelarísima que el magistrado del Supremo y el secretario judicial solicitarion entonces.

Olea y De Benito impugnaron el acuerdo alcanzado del Pleno, que designó a Mozo, como vocal de mayor edad, como «presidente suplente», lo que supuso dividir la Jefatura del Poder Judicial, por cuanto el magistrado Francisco Marín Castán ejerce en funciones la Presidencia del Tribunal Supremo (TS) desde que la renuncia de Lesmes de ambos cargos surtió efecto.

Una medida que tuvo su precedente directo en la dimisión de Carlos Dívar, en 2012. Entonces Juan Antonio Xiol, presidente de Sala más antiguo del Supremo, asumió esa Presidencia, y el entonces vicepresidente del CGPJ, Fernando de Rosa, hizo lo propio con la del Consejo.

El conflicto sucesorio se desató el domingo 9 de octubre, cuando Lesmes anunció su dimisión como presidente del CGPJ y del TS –cargos que ejerce la misma persona–ante la falta de avances tangibles en las negociaciones entre PSOE y PP para renovar el órgano de gobierno de los jueces, tal y como había advertido durante la apertura del año judicial, el 7 de septiembre.

Lesmes intentó dejar atada su sucesión encargando al Gabinete Técnico del Supremo un informe en el que se afirmaba que Marín Castán le reemplazaría automáticamente una vez consumada su renuncia, al ser él quien ejerce la Vicepresidencia del TS.

El CGPJ, sin embargo, designó a su propio presidente al considerar que Marín Castán carecía de legitimidad para asumir ambas presidencias porque ocupa la Vicepresidencia del Supremo de forma interina desde 2019. Por las mismas razones, los vocales concedieron que Mozo tampoco podrá actuar como máxima autoridad del TS.

EL ACUERDO DEL CGPJ IMPUGNADO

El acuerdo del Pleno que ha sido impugnado ante el Supremo salió adelante con 16 de los 18 votos en juego. Solamente contó con el rechazo expreso de Olea, que emitió un voto particular, mientras que la vocal Mar Cabrejas –también una de los «fieles» de Lesmes– se ausentó específicamente de esta votación por no estar de acuerdo con la decisión.

En su voto particular, Olea ya explicaba que, a su juicio, desdoblar las presidencias del CGPJ y del TS era ilegal porque la Constitución y la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) imponen que quien ejerza la del Supremo debe desempeñar también la del Consejo.

Olea puso de manifiesto que Mozo «no reúne ninguna» de las condiciones legales para erigirse como presidente, esto es, ser miembro de la carrera judicial con la categoría de magistrado del TS y reunir los requisitos exigidos para ser presidente de Sala del mismo, o ser un jurista de reconocida competencia con más de 25 años de antigüedad en el ejercicio de su profesión.

Además, Olea advirtió de que con la designación de Mozo se ponía en juego la «legalidad» de los acuerdos que adopte el Consejo con esta presidencia. Fuentes jurídicas consultadas por Europa Press han asegurado que este es uno de los factores que está pesando en las negociaciones para elegir a los dos magistrados del Tribunal Constitucional que le corresponde designar al órgano de gobierno de los jueces.

CON LA VISTA EN EL CONSTITUCIONAL

Según han explicado, si el Supremo optara por suspender cautelarmente la entronización de Mozo supondría cuestionar la legitimidad del Pleno encabezado por él y, por ende la validez de los nombramientos al Constitucional.

Los portavoces progresistas y conservadores del CGPJ postergaron hasta el mismo miércoles en el que se pronuncia el Supremo su encuentro para continuar las negociaciones relativas a los dos magistrados del Tribunal Constitucional que le corresponde designar al Consejo, aunque las fuentes consultadas descartan que haya acuerdo.

Justo un día después, el jueves, el CGPJ tiene previsto celebrar su Pleno ordinario de noviembre. Fuentes jurídicas han avanzado que es posible que en su orden del día vaya el asunto de los nombramientos, pero han asegurado que es «difícil» que ese día se llegue a un acuerdo porque los conservadores han puesto sobre la mesa la necesidad de cambiar el método de negociación para evitar lo que perciben como un «reparto de cromos».

Las mismas fuentes han indicado que la expectativa es que el CGPJ pueda nombrar a sus candidatos al Constitucional a lo largo de diciembre y, en todo caso, antes de Navidad.

Hasta ahora, el bloque progresista había lanzado una primera lista con nueve candidatos que redujo a uno: José Manuel Bandrés. Los vocales conservadores manejan otro seis nombres: Pablo Llarena, Julián Sánchez Melgar y Vicente Magro, de la Sala de lo Penal del TS; y César Tolosa, Inés Huerta y Diego Córdoba, de lo Contencioso-Administrativo.

Las fuentes consultadas han apuntado que los mejor posicionados hasta ahora son Pablo Lucas, el juez encargado de controlar al CNI, y Tolosa, el presidente de la Sala de lo Contencioso Administrativo del TS.

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