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El honor de ser candidato a decano del Colegio de la Abogacía de Madrid

El honor de ser candidato a decano del Colegio de la Abogacía de Madrid
El autor de esta columna es socio director de Luis Romero Abogados y doctor en Derecho.
08/12/2022 06:47
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Actualizado: 07/12/2022 23:53
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Todos los candidatos a decano para las elecciones del día 20 de diciembre recordarán estos comicios muchos años después. Hay un antes y un después de haber tomado la decisión de postularse ante decenas de miles de compañeros como candidato para presidir a todos los abogados de Madrid.

Un día quisieron presentarse a estos sufragios, hablaron con otros colegas, fueron precisando un programa electoral, formaron la candidatura y anunciaron la misma. También calcularon el presupuesto de campaña, diseñaron ésta y pensaron en sus posibilidades.

Todos los candidatos conocían las probabilidades que tenían de salir elegidos, incluso algunos sabían que era muy difícil ser decano, aunque nada está decidido antes del día “D”.

Otros estaban seguros de estar entre los dos o tres primeros puestos, incluso uno o dos entre el primero y el segundo.

Casi todos se habrán sorprendido de la entrada en escena de algunos de sus compañeros. Siempre ocurre esto en Madrid: cuando parece que ya está cerrada la lista de aspirantes, surgen uno o dos pretendientes los últimos días.

Desde la lejanía, recuerdo mi campaña electoral en las elecciones del Colegio de Abogados de Sevilla en 2006. Desde que anuncié que me presentaría a decano en junio hasta que se celebraron las elecciones a principios de octubre, viví una experiencia única y me convertí en un hombre público.

Comenzaron a llamarme los periodistas, me paraban mis compañeros en los juzgados, en la calle, en unos grandes almacenes o en la playa. 

Se iniciaron las reuniones, tomé notas en las primeras páginas de la libreta donde tracé la estrategia y el planning de la precampaña y la campaña electoral, llamé a compañeros para invitarlos a venir conmigo, solicité un préstamo para los gastos de campaña, contraté a unos publicistas y un fotógrafo para la web, los carteles, las octavillas, anuncié ruedas de prensa, actos, redacté notas de prensa, cerramos el programa y la candidatura y presentamos formalmente ésta en la secretaría del colegio.

Muchos abogados y abogadas te paraban en la calle y te aseguraban su voto, otros te llamaban por teléfono, otros te escribían para alentarte e incluso ofrecerse para colaborar y recolectar votos a tu favor.

Algunos rehuían cuando ibas a acercarte a ellos y te extrañaba pues siempre te habías llevado bien con ellos o, al menos, eso creías.

Incluso algunos te ponían mala cara, ¿qué he hecho yo? ¿Por qué les molesta tanto? 

Otros te criticaban ¿Qué querrá? ¿Qué pretende? ¡Quiere ser decano para llevar más casos! ¡Es una campaña más de marketing de Luis Romero! ¡Se cree que puede ganar a nuestro decano! ¡Sólo quiere ser protagonista!

Y con sorpresa recibía informaciones de amigos y colegas que me trasladaban opiniones adversas de los que yo creía amigos y buenos compañeros que aseguraban que no iban a votarme.

ENCUESTAS

Un día te llamaba un prestigioso periodista y te decía que las encuestas que circulaban por ahí aseguraban que yo iba empatado con el decano en funciones en aquel momento. Incluso me llamó el tercer candidato para proponerme unir nuestras candidaturas y así ganar con seguridad al candidato con más posibilidades.

Llegó el día de las elecciones y aunque yo tenía la esperanza y nada estaba dicho hasta el recuento del último voto, yo sabía que no superaría el 20 % de los votos. La noche antes tomé una buena cena y fui al cine con mi esposa.

Me levanté temprano y salí a correr en el frescor de la mañana.

Me votaron casi un 17 % de los compañeros que metieron la papeleta en la urna casi empatado con nuestro colega más veterano, arrasando el decano y amigo José Joaquín Gallardo. 

Algunos me llamaron al día siguiente como si fueran a darme el pésame y yo les dije que me había presentado con espíritu deportivo y estaba muy satisfecho de la campaña, el resultado y de tantos amigos como había hecho.

Algunos ciudadanos me paraban en la calle para decirme que lo sentían e incluso aprovechaban para hacerme alguna consulta jurídica en la acera.

Me acuerdo de aquellos días y también de una vez que pensé en presentarme a las elecciones en Madrid, pues soy doblemente colegiado y en las dos ciudades tengo bufete.

Siempre paso el día electoral en las sedes dispuestas para acoger a los votantes y espero al escrutinio, porque me gusta vivir esos momentos y saber quién será mi nuevo decano los próximos años, además de poder felicitar a los vencedores.

ESTARÉ EL 20 DE DICIEMBRE EN EL HOTEL NOVOTEL

Estaré el día 20 de diciembre desde primera hora en el Hotel Novotel para saludar a los candidatos y a tantos y tantos compañeros de Madrid a los que aprecio, unos con los que me he encontrado recientemente y otros a los que hará años que no veo.

La antesala estará repleta de letrados que se paran a conversar con otros, los candidatos de las distintas listas estarán ojo avizor para que no se les escape nadie, muchos aspirantes a decano estarán en la puerta o cercanos a la entrada.

Todos merecen ser elegidos, todos son muy valientes al presentarse, todos tendrán el inmenso honor de haber sido candidatos a presidir el primer colegio de abogados de España, pero solamente uno saldrá designado como nuevo Decano de Madrid.

Conozco a varios de los candidatos a decano. Además, soy amigo de algunos de ellos. Con otros he conversado alguna vez, con otros me he escrito, a alguno no lo conozco.

He seguido y sigo muy de cerca sus campañas, las encuestas, sus programas, he comprobado quiénes son los miembros de cada candidatura, he leído opiniones, entrevistas. Pero desde el principio he sabido a quién he de dar mi voto y sé que él será mi próximo decano.

Muchos compañeros me han preguntado quién creo que va a ganar las elecciones, mi opinión sobre algunos candidatos e incluso otros me han pedido consejo para recomendarles a uno de los aspirantes.

Y yo les he dicho que no debo pronunciarme abiertamente pero sí pido el voto para un candidato joven, líder, entusiasta, con experiencia en el colegio o asociaciones de abogados, capaz, buen orador, trabajador, amante de la profesión y que desea fervientemente ser decano del Colegio de la Abogacía de Madrid.

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