Firmas
El abogado de Durán reafirma en sala la tesis de que Ribón tenía que haber dimitido antes de presentarse a decano del ICAM
En la foto, Juan Gonzalo Ospina siendo interrogado en la vista que ha tenido lugar esta mañana en los Juzgados de lo Contencioso de Madrid. Foto: Confilegal.
21/6/2023 16:59
|
Actualizado: 22/6/2023 09:22
|
La magistrada del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo 33 de Madrid, María Loreto Feltrer Rambaud, celebró hoy la vista sobre la demanda que Miguel Durán interpuso el pasado mes de febrero impugnando las elecciones a la Junta de Gobierno del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM).
Una vista que recordó, por el espacio, a la famosa escena del camarote de los hermanos Marx, que formaba parte del filme “Una noche en la ópera”.
Porque aparte de la magistrada, a la que flanqueaban dos jueces en prácticas y la funcionaria, la diminuta sala estaba abarrotada por 20 personas, entre los que se encontraba el demandante, Miguel Durán. Cuatro de los asistentes permanecieron de pie, en uno de los rincones de la sala. El resto, sentados, como sardinas en lata.
Esto sin contar al abogado de Durán, el exmagistrado del Supremo y del TEDH y ex abogado del Estado –miembro de su despacho-, Javier Borrego, y a su procurador, Antonio Álvarez-Buylla, por una parte.
Y al abogado del ICAM, Pedro Lescure, y al del Consejo de Colegios de Abogados de la Comunidad de Madrid, José Ramón Aizpún Boadilla, y su procuradora.
A mí, personalmente, no me hubiera extrañado que en ese momento hubieran entrado la manicura, el fontanero, los camareros… Como en la famosa escena. El edificio de la Plaza de los Cubos, en Madrid, era el más apropiado para ello.
A cambio entró el principal y único testigo: Juan Gonzalo Ospina, principal rival de Ribón en las elecciones.
Recordemos que la persona del actual decano fue refrendado por 3.600 votos; Ospina, el segundo, obtuvo 2805; y Miguel Durán, el demandante, 1.700.
El cuerpo electoral del ICAM, entre ejercientes y no ejercientes, es de 74.000 colegiados.
LAS RAZONES DE DURÁN
Miguel Durán impugnó la candidatura de Ribón por, supuestamente, haber incumplido el artículo 79.3 del Estatuto General de la Abogacía Española, aprobado por Real Decreto 135/2021, de 2 de marzo.
Este texto dice que quien quiera presentarse a un cargo en unas nuevas elecciones tiene que dimitir previamente del cargo que esté ocupando en ese momento.
En la candidatura de Ribón, se presentaron también José Ignacio Monedero, secretario general, María Dolores Fernández Campillo, tesorera, y Emilio Ramírez Matos, bibliotecario.
Todos ellos formaban parte de la Junta de Gobierno saliente que capitaneó el anterior decano, José María Alonso.
Con ese norte en mente, el abogado de Durán, Borrego, inició el interrogatorio a Ospina, quien compareció perfectamente trajeado, “hecho un pincel”, como suele ser su costumbre.
Y de una guisa a la que no está acostumbrado, como testigo. De pie, ante su señoría. Lejos de los toriles protectores que representan las mesas ante las que se suele sentar para ocupar su sitio, como abogado penalista.
Borrego condujo el interrogatorio de menos a más. Comenzó por el hecho de su renuncia a formar parte de la Junta de Gobierno, que Ospina realizo el 3 de octubre. Dos días antes de la convocatoria de elecciones al ICAM, el 5 de octubre.
Ese día se fijaron los comicios para el siguiente 20 de diciembre. Como entendía que así lo establecía el citado artículo 79.3 del Estatuto de la Abogacía.
Lo llevó después a la gestación de dicho Estatuto, que entró en vigor en 2021, y sobre la que Ospina aseguró que Ribón tenía pleno conocimiento y que no cumplió, como sí había hecho él.
En ese contexto, Ospina se vino arriba afirmando que el actual decano se aprovechó de su posición como diputado en funciones del ICAM para obtener presencia mediática y, por lo tanto, aumento sus posibilidades de votos.
Citó tres ocasiones concretas.
El 16 de octubre, en el marco de un congreso bancario en el ICAM en el que el decano saliente, José María Alonso, y con su homónimo de Barcelona, Jesús García, aparecieron con Ribón y dijeron que era candidato a decano.
Y en los días 26, 27 y 28 de octubre, en unas entregas de premios a un gran número de compañeros.
Actos que, afirmó, favorecieron a la candidatura del actual decano.
En aquellas elecciones se presentaron un total de 101 candidatos. Siete listas, con 14 componentes cada una. Fuera de ellas, dos candidatos a decano, por su cuenta, y un candidato a diputado 10.
Borrego dejó flotando en el ambiente la impresión final de que Ospina y Durán habían sido los grandes damnificados por el incumplimiento del Estatuto General de la Abogacía. Especialmente Ospina porque había sido el único que había hecho los deberes, cumpliendo lo que dice el Estatuto General.
APRETAR LAS TUERCAS
Cuando le tocó el turno a Pedro Lescure, igualmente exabogado del Estado, trató de apretarle las tuercas a Ospina, subrayando el interés personal que tenía en el caso. Ospina contestó que el último interés que le mueve es que se cumpla la ley y la Constitución.
Lescure sugirió a la magistrada que Ospina no era un testigo neutral porque tenía mucho que ganar con una sentencia a favor del demandante Durán.
Y le recordó que Ribón y los otros tres candidatos que integraban su “ticket electoral”, habían sido diputados del ICAM en funciones.
Ospina recordó, en una intervención posterior, que “en funciones significa que no pueden hacer proselitismo” en favor de su candidatura, “que es lo que hicieron”.
La posición del ICAM es que no existe restricción alguna para que los miembros de una Junta de Gobierno saliente puedan presentarse en una candidatura mientras están en funciones, como así ocurrió, por lo tanto, ni Ribón ni sus tres compañeros de candidatura tenían que dimitir previamente. Asimismo, argumenta que los estatutos del ICAM prevalecen sobre el Estatuto General de la Abogacía, por lo que no existe irregularidad alguna.
El abogado del ICAM le preguntó también que por qué no interpuso él un recurso o una queja durante el proceso electoral. A lo que contestó que estaba inmerso en una campaña limpia.
Lo que después hizo Durán, que llevaba a un exmagistrado y a un exfiscal de la Audiencia Nacional –Santiago Milans del Bosch y José Javier Polo-, personas que, por su conocimiento de la materia contenciosa tenían más experiencia, al interponer estaba demanda había sido decisión suya.
Durán considera que la nulidad de la candidatura de Ribón supone la nulidad de las elecciones.
La magistrada María Loreto Feltrer Rambaud terminó con una pregunta final y directa a Ospina: “¿Sabe si hubo debate en el ICAM con carácter previo sobre si había que actualizar los estatutos del Colegio después de que entrara en vigor el Estatuto General de la Abogacía?».
“Sí, hubo debate interno”, contestó Ospina.
Después de esta vista, fijada para las 12 de la mañana pero que comenzó pasada las 13 horas, le corresponde a ambas partes, a Borrego y a Lescure, elaborar las conclusiones. Sobre ellas la magistrada dictará sentencia.
En primera instancia.
Lo que será recurrible, en apelación, después, ante la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Las consecuencias, de llegar el asunto al Tribunal Supremo –dentro de tres años, como mínimo-, caso de que la justicia diera la razón a Durán, supondrían la repetición de las elecciones al ICAM. Poco menos que cuando Ribón termine su mandato, dentro de tres años y medio.
Otra cosa es el frente reputacional. Pero eso es otro cantar.
Otras Columnas por Carlos Berbell:
