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Vamos a ponernos al día sobre la legislación internacional aplicable a la colonia de Gibraltar

Guillermo Rocafort es profesor de Economía Pública y Economía de la Empresa en la Universidad Carlos III de Madrid; licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Autónoma de Madrid y licenciado en Derecho por la UNED, con diploma en Estudios Jurídicos Avanzados por la Universidad Autónoma de Madrid.

29/6/2023 06:30

Actualizado: 29/6/2023 11:39

Desde hace tres siglos España sufre la amputación de una parte de su territorio más estratégico, en concreto de Gibraltar, justo en las puertas del Mar Mediterráneo.

El Tratado de Utrecht, una imposición internacional contra España, supuso en 1713 que el territorio más decisivo de nuestra Nación pasara a una Nación tradicionalmente hostil como históricamente ha sido Inglaterra.

Desgraciadamente nuestra Constitución de 1978 se “olvidó” de constitucionalizar la cuestión de Gibraltar, a diferencia de, por ejemplo, en Argentina, con Las Malvinas, donde la argentinidad de esas Islas son cuestión de máxima importancia en la Nación Hermana y están normativizados en su Constitución (La Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional de 1994 expresa: «La Nación Argentina ratifica su legítima e imprescriptible soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte integrante del territorio nacional).

Y así es que desde 1978 en España se ha perdido fuelle con respecto a la reivindicación de la españolidad de Gibraltar, territorio que según la ONU debe ser descolonizada por el Reino Unido.

Otras naciones hermanas como Venezuela y Guatemala sufren procesos similares de expolio territorial, como pasa con el Esequibo o Belize, y deberíamos unirnos a todas ellas en nuestros legítimos reclamos territoriales.

La inequívoca posición de la ONU sobre Gibraltar:

Es importante recordar las resoluciones de la ONU que ahondan en la preceptiva descolonización de Gibraltar, de entre las que destacaría la Resolución 2429 (XXIII) de 18 de Diciembre de 1968 donde la Asamblea General declara que el mantenimiento de la situación colonial de Gibraltar es contrario a los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y a los contenidos en la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General y pedía a la Potencia administradora (Reino Unido) que pusiera término a la situación colonial de Gibraltar antes del 1º de octubre de 1969.

Evidentemente la apertura de la verja durante el primer mandato socialista de don Felipe González fue un error de España pues no se pidió ninguna contrapartida a la nación ocupante, y al final el proceso de colonización se ha multiplicado a toda la zona circundante del Campo de Gibraltar que ahora depende económicamente en parte de la Colonia.

Sin embargo, me gustaría llamar la atención sobre el apartado 9 de la Resolución 3163 (XXVIII) de la ONU del año 1973 donde claramente se dice que no puede haber bases militares en territorios pendientes de descolonización (como es Gibraltar según la ONU).

Esta es quizá de todas las resoluciones internacionales de la ONU la más relevante por cuanto que ahora mismo Gibraltar se ha convertido en una base permanente de reparación y escalas de submarinos nucleares británicos y estadounidenses, con el peligro que ello ocasiona a la zona española circundante donde habitan medio millón de españoles en el Campo de Gibraltar.

Ahora que la opinión pública española ha estado en “shock” informativo por la desaparición del submarino explorador “Titan” convendría recordarla que hay otros submarinos, en este caso nucleares, que circundan peligrosa y constantemente las aguas españolas y hacen uso ilegal de la base naval del Gibraltar para su reparación, como pasó con el averiado submarino nuclear “Tireless” en el 2001 durante el Gobierno de don José María Aznar.

Desde esa fatídica fecha, más de 120 submarinos nucleares han entrado ilegalmente en Gibraltar y esa entrada se ha intensificado en los últimos meses desde que se desató el conflicto de Ucrania, con lo que Gibraltar está de lleno en el mapa de cualquier ataque atómico.

Mientras tanto en el lado español no hay un Plan de Emergencia Nuclear, a diferencia del lado británico, y últimamente en Gibraltar se están intensificando los simulacros de emergencias por accidentes atómicos y la formación a las autoridades civiles en los riesgos nucleares.

He puesto en conocimiento del Defensor del Pueblo la desprotección que sufre la población española del Campo de Gibraltar ante el riesgo nuclear al que se ve sometido, pero hasta el momento no me consta que se haya adoptado ninguna medida.

España tiene ahora una ocasión única para imponer su derecho internacional a la descolonización de Gibraltar y ese momento es en esta fase de negociación por el Brexit donde España (con el apoyo de la UE) y el Reino Unido tienen que fijar la posición con respecto a Gibraltar y sus futuros vínculos con la UE (España).

Sólo desde una posición de fuerza España puede acabar con este problema colonial; después de largas décadas de inocencia y laxitud diplomáticas es el momento de la energía en las relaciones internacionales, pues tenemos el título legal internacional para imponernos en esta cuestión.

Como dice el sabio periodista don José María Carrascal, España no podrá tener un puesto de primer nivel en el contexto internacional mientras el Reino Unido siga teniendo una Colonia en nuestra Nación.

Hay un lugar para la Esperanza:

Recientemente, el 12 de Junio de 2023, el embajador español en la ONU, don Agustín Santos Maraver, y ahora número 2 del Partido “Sumar”, tuvo una posición muy gallarda a este respecto en el Comité Especial de Descolonización de dicho Organismo Internacional, que se puede leer pinchando sobre este enlace.

El embajador español recordó a la Comunidad Internacional unos elementos que son permanentes en la normativa legal de la ONU y que debemos retomar a la hora de que España mantenga una posición de Estado a este respecto:

Gibraltar es ante el Mundo un territorio pendiente de descolonización y sólo la ONU puede cambiar este estatus.
La Base naval de Gibraltar es ilegal por cuanto que no puede haber bases militares en territorios pendientes de descolonización.

Por lo tanto, España tiene razones de peso legales para imponer una posición de fuerza frente a los británicos, partiendo de la base de que tiene la legitimidad internacional y el título legal para ello.

Ahora es una ocasión única para ello. Tres siglos de oprobios nos contemplan.

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