Rafael Mozo, expresidente interino del CGPJ hace balance profesional: Su toma de posesión fue «agradable y triste»
En una entrevista con Confilegal, Mozo ha hecho un balance de toda su vida profesional desde su vida estudiantil hasta ser presidente, ha contado cómo ve la situación actual de la Justicia, el bloqueo del CGPJ y su futuro.

Rafael Mozo, expresidente interino del CGPJ hace balance profesional: Su toma de posesión fue «agradable y triste»

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25/7/2023 06:30
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Actualizado: 25/7/2023 10:43
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El pasado 19 de julio el presidente en funciones del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) Rafael Mozo se jubiló a los 72 años. Estuvo 9 meses en el cargo tras la dimisión de Carlos Lesmes.

En esta entrevista, la primera que realiza tras dejar la máxima responsabilidad del frente del órgano de gobierno de los jueces, Mozo hace balance de toda su vida profesional, desde su vida estudiantil hasta ser presidente. También cuenta cómo ve la situación actual de la Justicia, el bloqueo del CGPJ y su futuro.

¿Cómo ha sido su carrera? ¿Cuáles han sido los mejores y peores momentos?

Soy de un pueblo de la Serranía de Cuenca y me fui a estudiar a Salamanca en los años 70 a la Facultad de Derecho. Para mi fue una etapa fundamental desde el punto de vista formativo. Por aquellos años la Universidad de Salamanca no estaba masificada y fue una enorme suerte poder vivir ese ambiente universitario con amigos.

Concocí a gente muy interesante, tanto en el colegio mayor como después en un piso con los compañeros. Luego aprobé y comencé la oposición, que fue muy dura.

Me vine a Madrid porque en Salamanca era difícil compatibilizar la vida de estudiante y el ambiente con la oposición. Y dado que mi familia no estaba allí y que el clima no era idóneo me trasladé.

Mi preparador fue Carlos Granados, que por aquel entonces era magistrado de Instrucción Nº10 de Madrid, luego Fiscal General del Estado y magistrado en el Supremo. La etapa de la oposición la viví con sus sinsabores, con momentos buenos y malos. Aprobé en 1984 y mi primer destino fue Sant Feliu de Guíxols, en Gerona.

Rafael Mozo renunció al sueldo de presidente suplente del CGPJ.

Allí estuve muy bien, había muchísimo trabajo, pero la verdad es que pronto me aclimaté. Era un juzgado que llevaba sin juez más de un año y medio y, ello, tanto abogados como procuradores me recibieron con cariño. Estuve tres años y pico allí.

Luego me fui a Sepúlveda, en Segovia. Aunque había menos trabajo porque era mucho más pequeño, de personal estaba bastante mal, tenía un oficial, un agente y la secretaria judicial, ahora llamada letrada de la administración de Justicia. Había mucho retraso pero fue un destino agradable desde el punto de vista profesional y humano. 

En 1988 ascendí a magistrado y mi destino fue Leganés 4, que eran juzgados de nueva creación. Las instalaciones eran muy deficientes, estábamos en un sótano que anteriormente había sido el garaje de los bomberos. Realmente la situación no era tampoco del punto de vista de higiene y salubridad la más adecuada.

Las instalaciones eran muy deficientes, estábamos en un sótano

Le faltaban muchos requisitos para que el trabajo saliese. Allí estuve 2 años y ya en el 1990 me trasladé al Juzgado de instrucción Nº2 de Plaza Castilla. Hubo muy buenas relaciones y eso es fundamental porque el trabajo se hace mejor. Y bueno, creo que siempre he llevado el trabajo de juez con dignidad y dedicación. 

En 1998 entré en la Audiencia Provincial de Madrid, en la sección penal 23. Era una una sección de nueva creación con las ventajas e inconvenientes que esto conlleva. Por un lado no tenía retraso, pero, por otro, quedaba todo para hacer. Entonces estábamos 3 magistrados y pusimos la selección en marcha. Me fui en 2013.

En el mes de noviembre de ese año me nombraron vocal del consejo y tomé posesión el 4 de diciembre. Ha sido una experiencia que me ha enriquecido mucho pero durante dos años estuve compatibilizándolo con mis funciones jurisdiccionales. Fue una época difícil porque no es nada práctico ni deseable. En 2016 ya formé parte de la Comisión Permanente.

En todos estos años ha habido de todo, lo que sí quiero destacar es que al principio, en 2014, formé parte de los tribunales de oposición durante bastantes años y la verdad es que la formación y la selección de jueces era una materia que me atraía y que la conocía. Creía que se podía hacer bastante por la carrera judicial convocando oposiciones y contribuyendo a la formación continua de los que ya eran jueces. 

He hecho lo que he podido por esta vía y siempre con una relación fluida con los diversos ministros de Justicia.

En octubre de 2022 tomó el relevo de Carlos Lesmes como presidente en funciones del CGPJ, ¿cómo lo vivió?, ¿qué ha sido lo más duro de esta etapa? 

Lamentablemente renunció Carlos Lesmes y se acordó que me correspondía presidir el Consejo en aplicación de la normativa que establece que, en ausencia del presidente, le sustituirá el vocal de mayor edad.

Ese momento fue muy agradable y también triste. Estamos hablando de octubre de 2022 cuando llevábamos desde 2018 que nos tenían que renovar. Fue una experiencia, por un lado, porque tenía que asumir las competencias al ser mi obligación y, por otro lado, fue una responsabilidad hacerte cargo de la situación que tiene el Consejo, motivada principalmente por el bloqueo.

Aunque la relación ha sido buena con los compañeros, nos hemos llevado bien, con diferencias, divergencias, algunos enfrentamientos y contraste de pareceres lógicos y naturales en los tiempos que nos ha tocado vivir.

El vocal Rafael Mozo durante un Pleno extraordinario del Consejo General del Poder Judicial.

¿Qué consejos le daría al nuevo presidente en funciones, Vicente Guilarte?

Vicente Guilarte tiene muchísima experiencia. No soy yo quién para darle consejos. Simplemente, y dada la situación que tenemos actualmente, llevar el cargo con la mayor dignidad posible y al servicio de la institución y de los jueces, pero eso ya lo sabe él.

Tiene la formación suficiente, una experiencia en el ámbito universitario y en el ámbito de la profesión. Le sobran conocimientos para hacer lo que tenga que hacer.

¿Cree que ahora, tras las elecciones, las cosas apuntan a que el CGPJ seguirá bloqueado un tiempo más? ¿Qué le diría a los partidos políticos?

Ante todo, en principio, hay que estar contentos desde el punto de vista institucional y democrático. Las elecciones se han celebrado con toda normalidad y los ciudadanos han votado lo que han estimado oportuno. En cuanto al tiempo, es incierto, pero yo siempre he dicho en estos últimos meses que en el momento en que se constituya el nuevo Gobierno, de inmediato tienen que proceder a renovar el Consejo sin excusa ni pretexto.

El nuevo Gobierno tiene que proceder a renovar el Consejo sin excusa ni pretexto

Llevamos ya más de cuatro años y medio. Es lo primero que se debe hacer desde mi punto de vista y que luego se resuelvan las reformas que el Parlamento con toda la soberanía que tiene estime oportunas.

El efecto es perverso, es una anomalía constitucional. Nosotros ya en diciembre nombramos a los dos magistrados del Tribunal Constitucional, que era una obligación legal nuestra. Salvamos la situación que había desde julio, que era el momento en el que tenían que haber nombrado. Lo desbloqueamos e inició su andadura con toda normalidad.

Eso tendría que haber ocurrido hace tiempo en el Consejo, no sólo las plazas de magistrados del Tribunal Supremo que están vacantes, sino audiencias provinciales o tribunales superiores de Justicia. Han pasado ya dos legislaturas, la que nos nombró en el 2013 y ahora, esta segunda que ya ha expirado, estamos entrando en la tercera legislatura. Los grupos políticos tienen que hacer un esfuerzo a la renovación.

¿Está viviendo la Justicia un momento crítico al sumarle también las huelgas? 

La verdad es que la situación de estos últimos años está siendo complicada. La comenzamos con la pandemia y en ese tiempo la situación era desconocida. No quiero echar flores pero ahí el Consejo intentó adaptar las medidas para que se pudiera prestar el servicio público de la Justicia dentro de la normalidad. En colaboración con el ministerio pudimos adaptarnos.

Hicimos lo que se pudo pero a pesar de las medidas se organizaron retrasos en aquella fecha. Eso junto con las posteriores huelga de los LAJ y de los funcionarios, está siendo difícil.

Entiendo que el ministerio está trabajando en cumplir esos acuerdos a los que llegaron, no tengo la menor duda. Acuerdos que de algún modo cortaron esa sangría a pesar de que la huelga es un derecho constitucional.

¿Cree que con la situación actual la gente sigue confiando en la Justicia? ¿Ha quedado desacreditado el CPGJ?

La ciudadanía es más inteligente de lo que pensamos, claro que confían en la Justicia. También se debe informar que en la carrera judicial los jueces que hacen sentencias como yo he estado más de 30 años son absolutamente independientes.

Y en el CGPJ nosotros no dictamos sentencias, intervenimos y somos los garantes de la independencia judicial en cuanto a nombramientos de magistrados del Tribunal Supremo y órganos colegiados. No tenemos funciones jurisdiccionales.

Aunque sí es posible que la no renovación del Consejo haya influido en la duda o en el deterioro de la confianza, pero creo que la ciudadanía distingue perfectamente las funciones de unos órganos y de otros.

La no renovación del CGPJ ha influido en el deterioro de la confianza

El vocal Álvaro Cuesta pidió hace unos meses la dimisión del bloque progresista del CGPJ para forzar la renovación del órgano, ¿por qué no lo hicieron?

No hubo una propuesta, tuvimos una reunión y allí vimos los beneficios y los inconvenientes de una renuncia. En ese momento consideramos que no procedía porque no hay que olvidar que el Consejo tiene unas competencias determinadas y si nos vamos, ¿quién las hace?

En ese momento no planteamos seriamente ni formalmente la necesidad de irnos, no era aconsejable desde ningún punto de vista.

Para terminar, lleva ya unos días fuera, ¿cómo está viviendo estos primeros días? ¿cuáles son sus planes de futuro?

El futuro lo veo con tranquilidad. La jubilación es algo que no depende de uno y es algo que ha llegado.

Ahora simplemente estoy intentado solucionar, arreglar y poner en orden mi despacho. Y ahora lo que haré es dedicarme a la Justicia de cualquier forma, no tengo un plan concreto, lo que sí se es que me seguiré preocupado y haciendo lo que pueda por el funcionamiento de la Justicia y de los ciudadanos.

Porque siempre he pensado que detrás de una resolución judicial hay una persona.

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