El juicio contra Arantxa Sánchez Vicario tiene su origen en un reportaje de ¡Hola!
La deuda fue contraída para poder poder pleitear con Hacienda. Cuando Arantxa Sánchez Vicario perdió su caso ante el Supremo la AEAT ejecutó el aval, que no tenía respaldo contra una cuenta suya en el Banco de Luxemburgo. Foto: EP.

El juicio contra Arantxa Sánchez Vicario tiene su origen en un reportaje de ¡Hola!

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12/9/2023 06:32
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Actualizado: 12/9/2023 10:36
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De todos es conocido que la Agencia Tributaria (AEAT) es una ávida lectora de la popular revista «¡Hola!». Precisamente, uno de sus reportajes, en 1996, es el origen del juicio que esta semana se está celebrando contra Arantxa Sánchez Vicario y su exmarido, el empresario Josep Santacana, por el supuesto delito de alzamiento de bienes.

En dicho reportaje Sánchez Vicario contaba que tenía su residencia en Andorra. Y mostraba el pisito en el que habitaba cuando no estaba de competición tenística por el mundo. Aquello a la AEAT no le olió bien.

Para los inspectores de Hacienda era «crystal clear», como se suele decir ahora, que la razón de dicha decisión no era otra que pagar menos impuestos. Como residente en Andorra la presión fiscal era del 25 %, menos de la mitad del 56 % que le hubiera correspondido pagar en España.

Para ello debía cumplir una condición sine quanon: pasar fuera de España 183 días al año.

La Agencia Tributaria, después de investigarla, concluyó que Sánchez Vicario no vivía en Andorra sino en España y que, por lo tanto, le debía al fisco 3,5 millones de euros por el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) no abonado entre 1980 y 1993.

Lo que confirmó, en 2001 el Tribunal Económico Administrativo Central y la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional después, en 2003, rechazando su recurso.

El Tribunal Supremo también desestimó en 2009 el recurso de casación que sus abogados interpusieron.

En aquella sentencia el Alto Tribunal concluyó que «es claro el acierto de la sentencia de instancia privando de relevancia a los documentos que pretendían acreditar la residencia de la recurrente en Andorra, pues las propias afirmaciones de la recurrente permiten deducir no sólo que nunca residió efectivamente en Andorra, sino que tampoco tuvo intención de hacerlo en ningún momento«.

Para poder pleitear en su caso, Sánchez Vicario tuvo que presentar un aval por el dinero reclamado que se lo facilitó el Banco de Sabadell, con un contra aval del Banco de Luxemburgo, donde la tenista tenía entonces 15 millones de euros. Por lo tanto, no hubo ningún problema hasta la sentencia final.

Cuando llegó ese momento, la Agencia Tributaria ejecutó el aval del Sabadell, que respaldaba el Banco de Luxemburgo quien se encontró cuando fue a ejecutar el suyo contra la cuenta de Sánchez Vicario que no había un euro.

15 MILLONES DE EUROS «DESAPARECIDOS»

La tenista, que se había retirado siete años antes del circuito profesional tras ganar 29 títulos, entre ellos cuatro torneos del Grand Slam, se llevó la sorpresa de su vida. Era evidente que la persona con poder para retirar el dinero había sido su padre, Emilio Sánchez.

Aquello la condujo al enfrentamiento con sus padres. Llegó a interponer una querella contra su padre, su hermano Javier, el abogado Bonaventura Castellanos y el economista Francisco de Paula Oro, quienes gestionaban sus ingresos, a los que acusó de haberse apropiado de los 15 millones de euros.

Una decisión que contó con el visto bueno del Banco de Luxemburgo, que esperaba recuperar su deuda.

Acusó, además, a sus padres de haber tomado decisiones nefastas sobre sus ingresos deportivos a través de su libro autobiográfico titulado «Arantxa, ¡vamos! Memorias de una lucha, una vida y una mujer«, que publicó en 2012.

Sin embargo, en 2015 Sánchez Vicario llegó a un acuerdo con su familia y retiró la querella. Su padre moriría un año más tarde, en 2016, padeciendo Alzheimer.

Su marcha a Miami, Estados Unidos, donde tenía negocios su esposo, Josep Santacana, no impidió que el Banco de Luxemburgo siguiera dando pasos para recuperar su dinero, que se iba multiplicando merced a los intereses.

El matrimonio entró en negociaciones con la entidad financiera. Se vendieron los inmuebles que la tenista tenía en Cataluña, pero no se logró afrontar la deuda.

Finalmente, el Banco de Luxemburgo interpuso una querella contra ambos por alzamiento de bienes que ha devenido en el juicio que el Juzgado de lo Penal 25 de Barcelona celebrará entre hoy y el viernes próximo. Solicita 4 años de cárcel.

Esta es, por lo tanto, la historia de una deuda contraída con un banco para pagar otra deuda con Hacienda en la que los 3,5 millones de euros iniciales se han convertido ya en 6,6 millones de euros. Una deuda a la que no se ha podido hacer frente. Tan simple como esto.

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