Ana I. Rodríguez, abogada de familia: “Prohibir los móviles en las aulas puede generar brecha digital, es mejor educar e imponer normas”
La letrada ha explicado que a los seres humanos nos tienta lo prohibido, de modo que cree vetar el uso de los móviles puede traer consecuencias negativas.

Ana I. Rodríguez, abogada de familia: “Prohibir los móviles en las aulas puede generar brecha digital, es mejor educar e imponer normas”

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17/1/2024 06:30
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Actualizado: 16/1/2024 13:37
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El debate sobre si deben, o no, prohibirse los teléfonos móviles en los colegios está sobre la mesa. Algunos piensan que es una herramienta de aprendizaje, y otros, que pueden traer consecuencias negativas como el ciberacoso, la adicción, el aislamiento social o la exposición a contenidos inapropiados para adultos.

Un problema del que lleva advirtiendo Mar España, la directora de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) desde hace mucho tiempo tras detectar que los niños comienzan a consumir porno duro a los 13 años y pasan una media de 7 horas al día enganchados el dispositivo. 

Tras este mensaje de SOS de la AEPD, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, prometió en unas declaraciones emitidas a El País que habrá una ley integral para proteger a los menores contra el porno en Internet. 

Respecto a la prohibición de los teléfonos en colegios, algunas comunidades autónomas ya lo han hecho. Castilla-La Mancha fue la primera en dar el primer paso al frente, seguido de Madrid, Galicia y Andalucía. 

A pesar de la tendencia de prohibición, lo cierto es que no hay decisión ni consenso entre las comunidades autónomas sobre este asunto, dejando algunas de ellas la decisión a los propios centros educativos. 

Sin embargo, la abogada experta en familia, Ana I.Rodríguez, no está de acuerdo en que se vete el uso de los móviles en los centros escolares porque, a su modo de ver, son una herramienta que puede aportar muchos beneficios al proceso educativo, aunque eso sí, siempre que se utilicen de forma adecuada y con fines pedagógicos. 

Prohibirlo “puede generar una brecha digital entre los estudiantes». Por lo que cree que la mejor opción es «educar e imponer normas de uso al ser parte de la realidad social y tecnológica que vivimos”, detalla la abogada.

Normas que deben “ser claras, consensuadas y flexibles, y deben regular cuándo, cómo y para qué se puede utilizar el móvil teniendo en cuenta el nivel educativo, el tipo de actividad y el objetivo pedagógico, permitiendo su uso cuando sea beneficioso para el aprendizaje, la comunicación o la inclusión, y restringiéndolo cuando sea perjudicial para la atención, la convivencia o la salud”. 

Prohibir los móviles puede fomentar «actitudes de rebeldía»

A su parecer, lo que habría que hacer es “educar en un uso responsable del móvil” organizando charlas, talleres o campañas en las que se involucre a toda la comunidad educativa, incluyendo a alumnos y padres.

Porque, tal y como explica, prohibir «puede fomentar actitudes de rebeldía, desobediencia o clandestinidad, produciéndose un efecto contrario al deseado».

Y es que la letrada hace una comparación muy concreta. “La única condición que Dios impuso a Adán y Eva es que no debían comer del fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, pero ambos, tentados por la serpiente, mordieron el fruto del árbol prohibido”.

Nos tienta lo prohibido aunque ello suponga ser expulsados del paraíso. «Los humanos somos así, basta que nos impidan algo para que lo deseemos con más fuerza”. Y eso puede llevar a los alumnos a esconder el móvil, usarlo a escondidas, mentir o desafiar a la autoridad. 

Así como que “podría generar situaciones de conflictos, tensiones y malestar en los centros educativos entre alumnos y profesores y afectar al rendimiento académico y al aprendizaje”, señala.

Por lo que, para Rodríguez, es mejor imponer normas que prohibir, ya que puede ser una medida excesiva y contraproducente.

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