La moda y reiterado fracaso de las “querellas catalanas” en el sector de la franquicia
McDonald's ha sido objeto de querellas catalanas por parte de algunos franquiciados. Foto: EP.

La moda y reiterado fracaso de las “querellas catalanas” en el sector de la franquicia

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04/3/2024 12:40
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Actualizado: 04/3/2024 13:49
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El sector de la franquicia se viene desarrollando en España desde los años 50. Con marcas más y menos consolidadas, son muchas las historias con diferente recorrido de cada una de ellas.

Pero las reglas establecidas son claras y están, además, sujetas a contratos que recogen detalladamente los derechos y obligaciones de un negocio desarrollado por, no lo olvidemos, empresarios independientes de mayor o menor tamaño y experiencia, y responsables de la marcha de sus negocios.

Cuando se dan disputas contractuales en el mundo de las franquicias son, por su naturaleza, diversas y multifacéticas.

Pero se trata de conflictos que giran básicamente en torno a interpretaciones divergentes de los términos acordados, y desacuerdos sobre las obligaciones y derechos de cada parte.

Los tribunales, tras haber agotado la recomendada negociación en vía extrajudicial, pueden ser una vía para solucionar estos conflictos.

USO ABUSIVO DE LA VÍA PENAL

Pero, lamentablemente asistimos con frecuencia en los últimos tiempos a un uso abusivo de la vía penal, siendo frecuente encontrarnos con lo que en el argot legal se conocen como “querellas catalanas”.

El origen de dicha denominación parece remontarse a la Edad Media, cuando en una controversia entre comerciantes catalanes y genoveses, estos últimos reclamaron contra los primeros en la jurisdicción civil y los comerciantes catalanes interpusieron como respuesta una querella, por la jurisdicción penal. Como se sabe, la vía penal tiene preferencia y manda sobre cualquier otra acción legal que se presente en otras vías jurisdiccionales.

Desde entonces se conoce así a este tipo de recursos legales, que hacen uso abusivo de la vía penal, del que, en ocasiones, se derivan sanciones para quienes recurren a dichos cauces como estrategia de presión.

Durante los últimos años llevamos viendo cómo en el sector de la franquicia se recurre a la vía penal como estrategia de presión para reclamar, sin éxito, las pretensiones económicas que los franquiciados tienen de sus conflictos contractuales con el franquiciador, cuestionando así el propio sistema de franquicia.

Son reiteradas las resoluciones judiciales que han confirmado a los denunciantes, en su mayoría ex franquiciados, que la sede penal no es la competente para resolver sus controversias con el franquiciador. 

Así nos encontramos con múltiples pronunciamientos de autos de sobreseimiento y archivo de querellas presentadas frente a cadenas de franquiciadoras como DIA, Carrefour, Granier, Telepizza o McDonald’s, entre otras.

Todos ellos con resultados negativos para los franquiciado o ex franquiciados que pleitean contra la marca franquiciadora por la vía errónea.

Pese a ello, y probablemente aprovechando la falta de conocimiento legal de quienes buscan resolver vía judicial un negocio de franquicia que no ha prosperado, por las razones que sean, y que pueden ser muy diversas, siguen presentándose nuevos procedimientos por vía penal.

MCDONALD’S, OBJETIVO DE «QUERELLAS CATALANAS»

No se explica de otra manera que, pese a la múltiple jurisprudencia que en este tipo de litigios avala el fracaso de dicha vía penal y la pérdida de tiempo y dinero que supone para los reclamantes, sigan presentándose nuevos procedimientos penales en el sector de la franquicia.

La última cadena de restauración organizada de franquicias en ser foco de los medios de comunicación por un litigio con franquiciados ha sido McDonald’s, franquicia americana que ha tenido varios procesos abiertos a instancia de algunos de sus franquiciados en nuestro país por desacuerdos contractuales, de los que ninguno de ellos ha prosperado.

Recientemente los medios se hacían eco de dicho fracaso de la reclamación de franquiciados y del anuncio de los abogados de los franquiciados de McDonald’s del posible inicio de acciones en vía penal frente a la compañía, haciendo llamamientos a franquiciados de la cadena, y poniendo de relieve su estrategia procesal.

Es decir, cuando la justicia ya ha quitado a la razón a los franquiciados en sus controversias con el franquiciador en la jurisdicción civil, estos tratan de presionar acudiendo a cauces que no son los adecuados y a estrategias procesales más que cuestionables, como ya hicieron los comerciantes catalanes en la Edad Media frente a los genoveses.

Y lo hacen aun sabiendo las posibles y nefastas consecuencias. Los franquiciados tienen derecho a defenderse, pero también el franquiciador, que ve dañada su reputación y su negocio y puede reclamar, y reclama, indemnizaciones millonarias a quienes han atentado contra su negocio.

Recurrir a la vía penal, puede, además de ser contraproducente y salir muy caro a quien no ha sido capaz de desarrollar con éxito su franquicia.

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