Una fiscal rechaza la petición de un preso preventivo de tener videoconferencias con su psiquiatra privado
"Seguramente su sitio no sea estar en una cárcel, sino en un centro", cuentan fuentes cercanas al caso.

Una fiscal rechaza la petición de un preso preventivo de tener videoconferencias con su psiquiatra privado

Tiene trastorno de la personalidad múltiple, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, asperger y autismo
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30/7/2024 05:36
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Actualizado: 29/7/2024 21:14
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La salud mental sigue siendo un tema tabú en pleno 2024. Aunque cada vez se habla más de ello, lo cierto es que se siguen poniendo etiquetas y cuestionando a todo aquel que decide ir al psicólogo o al psiquiatra. Incluso muchas se les sigue tachando de “locos”. Y es que parece que, si la enfermedad no se ve por fuera, no existe.

Es más, un estudio internacional del Grupo AXA sobre Salud y Bienestar Mental realizado junto con el Colegio de Psicólogos de España a 16 países este año ha revelado que el 34% de los españoles sufre algún trastorno mental.

Y esto es algo que está viviendo muy de cerca la familia de Juan (nombre ficticio), un joven de 26 años con trastorno de la personalidad múltiple, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, asperger y autismo. Llevan 10 años viviendo un infierno.

Cometió un error cuando era menor al propinar un golpe a una persona conocida en este país. Pagó por ello y estuvo internado en un centro de menores. El caso fue muy mediático. 

Pero los titulares de prensa no paraban de crecer. Y a pesar de que solicitaron a la Fiscalía parar las noticias por ser menor y estar enfermo, pero nada de eso ocurrió. Esto le hizo cometer, presuntamente, otros dos delitos por los cuales se encuentra en prisión preventiva desde 2023 a la espera de juicio. En ese momento no estaba tomando su medicación, que es de por vida.

«Seguramente su sitio no sea estar en una cárcel, sino en un centro», cuentan fuentes cercanas al caso. La familia confía en que su enfermedad se tenga en cuenta a la hora de juzgar los hechos y que se aclare la verdad de lo sucedido.

Una medicación que no era la correcta

Pero su estancia en el centro penitenciario no está siendo nada fácil. Incluso estas mismas fuentes explican que durante un año no se le ha facilitado en prisión la medicación que tenía pautada, sino otra. «Es como si necesitas paracetamol y te dan ibuprofeno”.

Se encuentra en el módulo de enfermos mentales pero sin los medios suficientes para atender su patología. Por lo que en marzo pidieron a Instituciones Penitenciarias el poder ser atendido por un psiquiatra privado de forma presencial o por videollamada los martes y jueves por la tarde. Pues el profesional pasaba consulta de mañana.

Sin embargo, Instituciones Penitenciarias no contestó y en prisión no lo autorizaban. De modo que formalizaron una petición y queja ante el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria Nº2 de Galicia-Pontevedra en mayo.

El asunto está todavía sin resolver -se espera que sea en septiembre-, pero el juez entre tanto solicitó informes a Instituciones Penitenciarias y a la Fiscalía, ambos consultados por Confilegal.

Informes de la Fiscalía e Instituciones Penitenciarias

Respecto al de Instituciones Penitenciarias decía, por un lado, que no se podía conceder la videoconferencia porque el uso del sistema estaba cada vez más demandado desde el Ministerio de Justicia.

Pero, por otro, decía que, como solución, le habían dado una orden para que el teléfono del psiquiatra estuviese disponible y hacer así “tantas llamadas como videollamadas se requieriesen”. Por tanto, era contradictorio porque rechazaban y concedían al mismo tiempo.

No obstante, el informe de la fiscalía, firmado por Rebeca Rodríguez, es el que les ha molestado “soberanamente” al ventilárselo en cuatro líneas.

Deniega la petición al considerar que no hay «un fundamento o un sustento mínimo como para estimar vulnerados los derechos o los beneficios penitenciarios del interno». Pero hay que recordar que el Reglamento de la Ley General Penitenciaria establece el derecho que tiene el reo a llevar medios privados a prisión.

Fuentes cercanas a la familia han comentado que «hay un estigma enorme hacia la salud mental» y que, aunque a raíz de la pandemia todo el mundo habla de ello, incluido los políticos, «en la vida real sigue siendo peor que hace unos años”.

Lo que Juan les dice es que le están haciendo pagar por lo que hizo en su día de niño.

Su familia en todo este tiempo ha llorado lágrimas de sangre con su problema de salud mental porque nadie quería ayudarles. De casualidad se encontraron con la Asociación Fedepadual y todos coincidían en lo mismo, no se sabe tratar este tipo de problemas. 

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