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Opinión | El extraño caso Errejón-Mouliaá

Opinión | El extraño caso Errejón-Mouliaá
Luis Romero Santos, socio director de la firma que lleva su nombre, Luis Romero Abogados, y doctor en Derecho, en esta nueva columna sigue analizando el caso Errejón-Mouliaá a la luz de los últimos acontecimientos. Foto: LRS.
20/11/2024 05:35
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Actualizado: 20/11/2024 09:15
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La abogada defensora de Íñigo Errejón se ha quejado de la pena de banquillo que ha de soportar ahora su cliente pues lo que pretende su defendido es declarar ante el juez instructor para demostrar que lo denunciado no es cierto, llegando a calificar la denuncia como falsa y asegurando la mala fe por haber contratado doña Elisa Mouliaá a una abogada en situación de baja laboral.

Anteriormente, la abogada de la señora Mouliaá solicitó al juez que suspendiese la declaración de la denunciante y todas las demás diligencias del procedimiento, incluida la declaración del señor Errejón, a causa de su baja médica por embarazo.

LA LIBRE ELECCIÓN DE ABOGADO

La señora Mouliaá dijo días antes que tenía que buscar a una abogada que le defendiese, por lo tanto parece ser que ha contratado a mi compañera recientemente.

Desde luego, doña Elisa tiene todo el derecho de elegir a la abogada que le parezca mejor pero yo muestro mi perplejidad por asignar su caso a una letrada que le informa que no va a poder trabajar en cinco o seis meses y que por dicha causa deberá solicitar la suspensión del procedimiento incluida su ratificación en la denuncia.

Aclaro que respeto tanto el derecho de doña Elisa a contratar al abogado que crea más oportuno en base al derecho de defensa y a la libre elección de abogado, como que su abogada tiene derecho a solicitar su baja laboral porque va a dar a luz próximamente y la ley ampara ese derecho.

DUDAS DE LA OPINIÓN PÚBLICA

Yo expongo mi sorpresa, no obstante, pues doña Elisa sabe que su denuncia y sus posteriores declaraciones han sido criticadas por buena parte de la opinión pública por distintas razones, sobre todo por ciertas incoherencias y contradicciones que podrían poner en duda su credibilidad.

Por todo ello, creo que la actriz debería ansiar confirmar los hechos denunciados en la policía nacional ante el juez investigador y responder a todas las preguntas que le formulara éste, el fiscal, su abogada y el abogado de Errejón.

Así, despejaría todas las dudas que se han puesto de manifiesto por distintos juristas, periodistas, comentaristas, etc. (Por ejemplo: “48 dudas razonables sobre la denuncia de Elisa Mouliaá contra Errejón” en Confilegal.

Por lo tanto, entiendo que esta nueva dilación en la denuncia de los hechos que presuntamente podrían constituir un delito de agresión sexual por el que el político podría ser condenado a una pena de hasta 4 años de prisión, podría haberse evitado eligiendo a un abogado en activo, sin que sea mi intención despojar a un abogado de un caso que le ha confiado una nueva cliente.

ES UN CASO PÚBLICO

Pero es que el caso Errejón-Mouliaá no es un caso cualquiera, es un caso muy público sobre el que se han escrito ríos de tinta y son miles las horas dedicadas en todos los medios para comentar este affaire.

Además del artículo que he referido, también he publicado varios videos en las redes que han alcanzado ya alrededor de 2,5 millones de visualizaciones y unos 6.000 comentarios,  más del 70% de los cuales ponen en duda la credibilidad de la señora Mouliaá.

Además, la paralización del proceso ha hecho que aún se desconfíe más.

Como decía antes, no se trata sólo de las incongruencias existentes en el texto de la denuncia respecto a la conducta de la supuesta víctima sino que algunas de las declaraciones posteriores y espontáneas de la presentadora han causado desconcierto y confusión en muchos ciudadanos.

La presunta víctima ha dicho que a ella no le afectó lo ocurrido con Errejón, que él no la forzó, que le dijo que parase y paró, porque él es político, que esperaba un comportamiento más romántico de él, que fue “a saco”, etcétera (dicho con esas palabras o similares).

20 CONSIDERACIONES

Analizando el texto de la denuncia de doña Elisa relatando los hechos acontecidos aquella noche de septiembre de 2021, efectúo las siguientes 20 consideraciones:

1.- Elisa presenta la denuncia 3 años y un mes después, y cuando tiene la oportunidad de ratificarla en presencia judicial, no lo hace. A pesar de la prisa que se ha dado el juez en fijar una fecha cercana para las diligencias.

2.- No responde a las tres condiciones que le puso Errejón en el taxi de ida a la fiesta, siendo la tercera y última que ella le tenía que besar.

3.- No le indica a Errejón en el ascensor que no desea que la bese ni se zafa de él.

4.- Salen del ascensor y entran juntos a la fiesta, en vez de decirle a él que se marche por lo que le ha hecho o bien ella se podría haber ido rauda y veloz.

5.- Ambos conversan, beben y bailan en la fiesta.

6.- No pide ayuda a sus amigos ni a los demás invitados en ningún momento, ni llama a la policía.

7.- Cuando Errejón le coge del brazo y la lleva hacia un dormitorio, no se lo impide, ni grita ni pide ayuda.

8.- Entra con él en el dormitorio. ¿Hace algo para no entrar o para salir una vez está dentro?

9.- No se zafa de él cuando le besa sus pechos, le quita el sujetador, le toca sus glúteos, etc. ¿Por qué no muestra su contrariedad?

10.- Cuando le tira sobre la cama, no se lo impide o intenta levantarse, al menos Elisa no lo dice en su denuncia.

11.- En la cama, sigue besándola y tocándola y se saca el pene.

12.- Ella le dice que quiere ir al salón y él le pone la condición de marcharse con él pronto a su casa y va a pedir un taxi.

13.- Van los dos al salón con sus amigos de nuevo. ¿Por qué no pide ayuda a éstos ante la presunta agresión sufrida? ¿No lo considera necesario? ¿Es normal seguir allí junto a su agresor como si nada?

14.- Creo que hasta ese momento, Íñigo Errejón entendería que Elisa había consentido todo lo que había hecho con ella, pues no le había dicho expresamente que parase ni había hecho nada por impedirlo.

15.- Se marcha con Íñigo hacia la casa de éste en el taxi que él ha pedido, en vez de quedarse en zona segura con sus amigos y dejar que su “agresor” se vaya solo para, a continuación, llamar a la policía, a la que, por cierto, podría haber llamado desde que entró en la fiesta.

16.- Cuando acompaña a Íñigo en el taxi, entiendo que, sentada junto a él en los asientos traseros, y no delante para alejarse de él, recibe una llamada de su padre diciéndole que su hija tiene 40º de fiebre. Pero ella sigue hacia casa de Errejón y no pide al taxi que cambie su trayectoria ni llama a otro en caso de que el político se opusiera al desvío.

17.- Se bajan del taxi y suben a casa de Errejón en vez de marcharse ella en ese taxi u otro que podría haber solicitado hacia el lugar donde está su hija enferma.

18.- Sigue con Errejón en su casa, “metiéndole mano” éste de nuevo y besándola, y la intenta llevar hacia su dormitorio, hasta que ella le dice que pare y paró.

19.- Mantuvieron una conversación mencionando ella el “Sí es sí” y respondiéndole Errejón que lo tendría en cuenta para posteriores encuentros.

20.- Cae en la cuenta más de 3 años después que debe presentar la denuncia contra Íñigo Errejón.

UN TESTIMONIO POCO SÓLIDO

Si después de todas las incongruencias e incoherencias señaladas anteriormente, las declaraciones posteriores como “no me afectó”, “yo le dije que parara y él paró” “no me forzó”, la señora Mouliaá piensa que no importa que el proceso se suspenda por cinco o seis meses, yo concluyo que el testimonio de Elisa no es muy sólido y que la defensa seguramente mantendrá que hubo un consentimiento tácito.

Al menos hay una duda razonable.

Y ahora, el político quizás rectifique sus anteriores manifestaciones afirmando que no hay denuncias falsas porque a la mujer que denuncia hay que creerla siempre.

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