Incapacidad por Covid persistente: un «nuevo paradigma jurídico de enfermedad en el trabajo»
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29/11/2024 00:45
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Actualizado: 29/11/2024 00:24
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Los casos de incapacidad debido al covid persistente, o síndrome postcovid, cada vez son más numerosos en España. Una visibilidad de esta enfermedad que ha supuesto un reto dentro de la abogacía. Y que ahora, se convierte en un nuevo paradigma jurídico en el ámbito de las enfermedades de trabajo. Especialmente, en el campo de las causas de incapacidad permanente.
A pesar de que el Covid-19 parece haber pasado ya a convertirse en un mal recuerdo, lo cierto es que el virus sigue presente. No sólo en los casos de nuevos contagios, sino también para aquellos que sufren síndrome postcovid o covid persistente.
Es decir, aquellos que, tras sufrir el virus de Wuhan, aún sufren algunas de sus peores consecuencias en su salud. Síntomas que pueden incluir fatiga, disnea, alteración de la atención, de la memoria, del sueño, ansiedad, dolores cardíacos, dolores de cabeza, etc.
Afectaciones que hacen que algunos de los afectados hayan recurrido a la Justicia para conseguir que se les reconozca la incapacidad. Un proceso en el que Parrado Asesores ha conseguido, en los últimos 12 meses, hasta 12 sentencias favorables. Un 100% de los casos.
«Está claro que el síndrome postcovid está causando un nuevo paradigma jurídico en el ámbito de las enfermedades de trabajo y las causas de incapacidad», explican desde el bufete. «Una nueva dolencia que, al fin, se ha podido diagnosticar con más claridad. Y que también está teniendo su respaldo jurídico en los tribunales, por los aspectos incapacitantes para el desarrollo de cualquier actividad que conllevan».
Casos de Covid permanente incapacitante
Ariana (nombre ficticio) es una de estas afectadas por el Covid persistente. Clienta de Parrado Asesores cuya situación de salud no le permitía seguir trabajando como podóloga. «Ella sufre síndrome de taquicardia ortostática postural. Por ejemplo, ante movimientos o cambios posturales, como puede ser la vuelta en la cama, le produce síncopes. Incluso desvanecimientos, pérdida de conciencia. Y en el trabajo utiliza bisturís de intervención quirúrgica por lo que, si en el trabajo se le produce algún tipo de síncope, podría incluso producir daños a su paciente», explica Cristina Alonso, abogada del despacho, a Confilegal.
Una situación semejante es la que otorgaba a Carlos (nombre ficticio) la incapacidad. En su caso, siendo arquitecto informático de software. Un empleo para el que necesitaba «una exigencia mental muy importante», Algo que le era imposible de cumplir tras sufrir el Covid-19.
«Sufre sintomatología múltiple. Disnea, fatiga crónica… pero sobre todo, deterioro cognitivo. Ralentización del procesamiento de la información, déficit atencional, lo que se denomina niebla mental», explica la abogada. Síntomas que impiden, no sólo el normal desempeño de su trabajo como informático de software, sino prácticamente cualquier trabajo.
También Óscar, ferrallista, conseguía la incapacidad permanente absoluta por su síntoma postcovid. En su caso, las secuelas implicaban una importante pérdida de fuerza en los músculos. Síntoma que se une al dolor continuo en huesos y músculos, que le llevan a ir con muletas en la calle, y tener serias dificultades, incluso, para subir escaleras. Algo completamente incompatible con su trabajo en la industria de la construcción.
Una incapacidad laboral reconocida
«Lo primero, es valorar en qué momento se encuentra esa persona. Es decir, si está trabajando, está en situación de incapacidad temporal, o tiene alguna patología que le haya producido la baja», explica Alonso a este medio.
Un proceso tras el que, según la situación personal de cada cliente, se plantea la estrategia a seguir para conseguir la incapacidad. Un proceso que no debe «esperar a los plazos de incapacidad temporal, porque lo máximo que te ofrecen es un plazo de 545 días, y les dan el alta».
«Hay pacientes que tienen acceso a especialistas. Además, ahora hay sanitarios que son especialistas en Covid persistente. Otros, son atendidos por médicos de hospitales públicos. Hay informes más exhaustivos y menos. Valoramos el contenido de esos informes, por si es necesario complementarlos. Y, a partir de ahí, presentamos la instancia ante el INSS».
Paso en el que, si se desestima la incapacidad, da pie a una «reclamación previa. Y ya, por último, la demanda». Algo en lo que el bufete ha conseguido convertirse en referente dentro del mundo jurídico. Ello, gracias a una continua «investigación» que ha conseguido hasta 12 sentencias favorables en un año.
Eso, a pesar de que el trámite de incapacidad no es sencillo. Menos aún, en el caso de Covid persistente. «Falta mucha información. Lógicamente, esto es muy reciente. Y es necesaria mucha formación para abordar estos casos para no desproteger a los clientes».
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