
El desenlace de este controvertido caso dependerá en gran medida de cómo el magistrado Carretero valore la coherencia y la consistencia de los testimonios presentados por Elisa Mouliaá e Íñigo Errejón.
Incongruencias de la declaración de Elisa Mouliaá sobre Íñigo Errejón ante el juez Carretero
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17/1/2025 05:35
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Actualizado: 17/1/2025 08:52
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La declaración que realizó ayer Elisa Mouliaá ante el titular del Juzgado de Instrucción 47, Adolfo Carretero, en el caso que la enfrenta al político Íñigo Errejón estuvo marcada por notables contradicciones y cambios de versión que ponen en entredicho la coherencia de sus acusaciones.
En su denuncia, Mouliaá señaló que Errejón se aseguró de que la puerta de la habitación donde ocurrió el presunto incidente estuviera cerrada con pestillo. Sin embargo, ante el magistrado, afirmó no estar segura de si la puerta tenía pestillo y atribuyó esa información a la policía, asegurando que “cree que no lo dijo”.
Ahora sostiene que Errejón simplemente verificó que la puerta estuviera cerrada.
Además, indicó que el encuentro tuvo lugar en una fiesta posterior a la presentación del libro de Errejón en Matadero a finales de septiembre de 2021, pero dicha presentación ocurrió el 8 de octubre de ese año.
Este desfase temporal genera dudas sobre la precisión de su testimonio.
En noviembre de 2024, Mouliaá afirmó ante las cámaras que el incidente no la había afectado. No obstante, en su declaración judicial cambió su versión y aseguró que se sintió “muy humillada”, lo que la llevó a acudir a un psiquiatra y recibir tratamiento con antidepresivos. Este giro en su relato contrasta con su postura inicial de que no consideraba el incidente como un delito.
En un nuevo elemento no mencionado en la denuncia original, Mouliaá declaró que no recuerda nada desde que salió de la habitación en la fiesta porque iba «muy borracha» y sugirió que Errejón pudo haberle puesto algo en la bebida.
Esta afirmación, realizada sin pruebas, añade una nueva dimensión al caso, pero carece de respaldo documental o testigos que la corroboren.
Mouliaá afirmó que Errejón borró toda la conversación que mantuvieron por Instagram, y que solo conserva algunos pantallazos.
Sin embargo, la defensa de Errejón presentó un acta notarial que recoge de forma protocolar las conversaciones mantenidas entre agosto de 2019 y abril de 2023, en las que consta que fue ella quien eliminó los mensajes posteriores a los hechos denunciados, incluso antes de interponer la denuncia.
Durante su declaración, Mouliaá reconoció haber denunciado a su exmarido por un delito sexual, pero dicha causa fue archivada por falta de coherencia en su relato, y finalmente ella misma retiró la denuncia.
Este antecedente podría influir en la valoración de su testimonio actual.
En abril de 2023, Mouliaá solicitó a Errejón el nombre de una abogada penalista debido a un «pequeño incidente» con su exmarido, que posteriormente admitió que estaba relacionado con el delito sexual que denunció contra él.
Este detalle revela una relación más compleja y ambigua entre Mouliaá y Errejón, lo que también podría afectar la percepción del caso.
Llama la atención también que el abogado de Mouliaá optara por no interrogar a Errejón durante el proceso, lo que podría interpretarse como una estrategia para evitar que el político desmonte directamente las acusaciones en su contra.
Las numerosas contradicciones en el relato de Elisa Mouliaá, junto con la ausencia de pruebas claras que respalden sus afirmaciones, complican su credibilidad en el caso.
La defensa de Íñigo Errejón parece bien posicionada para cuestionar las acusaciones, especialmente con el respaldo del acta notarial que contradice las afirmaciones sobre las conversaciones eliminadas.
El desenlace de este controvertido caso dependerá en gran medida de cómo el magistrado Carretero valore la coherencia y la consistencia de los testimonios presentados por Mouliaá y Errejón.
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