Un Juzgado Mercantil anula una deuda millonaria «provocada por avales solidarios» a un vecino de Laredo
Palacio de Justicia donde se encuentra la sede de la Audiencia Provincial de Cantabria.

Un Juzgado Mercantil anula una deuda millonaria «provocada por avales solidarios» a un vecino de Laredo

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20/1/2025 12:56
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Actualizado: 20/1/2025 12:56
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El Juzgado Mercantil número 1 de Santander ha perdonado una deuda de 1.502.618,12 euros a un vecino de Laredo inmerso en una situación de insolvencia desde el año 2020 y a raíz de de los avales solidarios firmados cuando se constituyó la empresa del sector textil de la que era socio con un 5% de participaciones.

De este modo, el juez exonera del pasivo insatisfecho al cliente de Bergadà Abogados, al aplicar la Ley de la Segunda Oportunidad. Asimismo, cabe decir que el bufete ya logró a mediados del pasado año que a su hijo se le perdonara 1.489.566,89 euros de deuda, ya que también era socio con otro 5% de la mercantil.

En cuanto a los hechos, cabe remontarse a noviembre de 2018, cuando después de años trabajando como comercial para una importante firma de moda, junto a cinco compañeros de trabajo, entre ellos su hijo, decidieron constituir una empresa dedicada al mismo sector. «Uno de los motivos fue que cada vez nos exigían mayores ventas con clientes que no podían comprar más, pero el detonante fue que en nos querían hacer firmar un documento donde se decía que si no aumentábamos las ventas nos podían despedir por falta grave, así que tomamos la decisión en bloque de irnos», recuerda.

A las pocas semanas, el hombre, junto a su hijo y cuatro personas, se reunieron y tomaron la crear la citada empresa. «Yo tenía un dinero ahorrado y decidí invertirlo, ya que tenía una confianza ciega en una de las personas con la que la íbamos a constituir y que fue quien nos lo propuso al resto, ya que controlábamos muy bien el sector textil. Así pues, tenía un 5% de las participaciones y firmamos avales con entidades bancarias. Cuando se constituyó todo fuimos a un notario de Ponferrada, amigo de dicha persona, y debido a esa confianza no nos leímos que lo que estábamos firmando eran avales solidarios, por lo que en caso de quiebra habría que tendría que asumir toda la deuda pese a las pocas participaciones que tenía. Ese fue mi gran error», expresa.

Cuidado con los avales, pueden ser un auténtico calvario

En este sentido, la abogada que ha llevado el caso y socia fundadora de Bergadà Abogados, Marta Bergadà, señala que «hay que tener mucho cuidado con los avales y se tiene que leer siempre la letra pequeña de los contratos. Si no, en el futuro pueden suceder cosas como la que le pasó nuestros clientes y que se acabaron arrastrando durante años».

Durante los primeros meses «todo iba muy bien, y muestra de ello es que un año facturamos más de 3 millones de euros, porque tal como en mi caso tenía clientes en Bélgica y Francia, entre otros países, además de tener seis tiendas repartidas por toda España y unos 70 trabajadores», explica. No obstante, «todo cambió con la pandemia, cuando el socio que tenía más participaciones nos dijo al resto que firmáramos otro préstamo. Le exigimos ver las cuentas y se negó», añade.

Así, en julio de 2020 el hombre, junto a su hijo y otros tres socios tomaron la decisión de salirse de la empresa, «pero ya era tarde, porque había una deuda de un millón y medio de euros y se nos empezó a exigir a todos por igual, independientemente de las participaciones que tuviéramos, ya que habíamos firmado unos avales solidarios».

El hombre señala que, su vez, también «empezaron cuatro años de auténtica pesadilla», expresa. Y es que, «las entidades bancarias me llamaban los sietes días de la semana y a cualquier hora, incluso por la noche y los fines de semana. Aunque bloqueara los números de teléfono desconocidos no podía hacer nada, ya que llamaban desde otros. Tampoco podía tener nada a mi nombre», y añade que, «incluso, el mismo día que hacía los 25 años que llevaba pagando mi casa ésta fue embargada y lo perdí todo. Fue muy duro».

Sin embargo, ahora, tras la decisión del Juzgado Mercantil número 1 de Santander, reconoce «que el futuro se presenta totalmente diferente. Sigo trabajando de comercial y ahora me voy a poder plantear hacer nuevos proyectos, aunque sin complicaciones ni socios, y siempre leyendo la letra pequeña de lo que firme».

Por su parte, Marta Bergadà insiste en que «los avales solidarios se pueden convertir en un auténtico calvario cuando aparecen las deudas. Hay que tener claro todo lo que se firma y las consecuencias que puede tener en caso de todo vaya mal. Por este motivo, un buen asesoramiento es fundamental siempre. Además, la Ley de la Segunda Oportunidad es la mejor herramienta para que todos aquellos deudores de buena fe que lo están pasando mal pasen página y olviden todas las pesadillas provocadas por las deudas que arrastran desde hace años».

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