Condenado a 9 años de prisión el guía turístico español que agredió sexualmente a 3 estudiantes estadounidenses
El juicio tuvo lugar en una de las salas subterráneas que la Audiencia Nacional tiene bajo la Plaza de la Villa de París. Foto: Confilegal.

Condenado a 9 años de prisión el guía turístico español que agredió sexualmente a 3 estudiantes estadounidenses

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13/2/2025 05:35
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Actualizado: 13/2/2025 08:26
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Manuel Gerardo Blanco Vela, de 44 años en la actualidad, finalmente ha sido condenado por la Audiencia Nacional a 9 años de prisión por tres delitos de agresión sexual probados cometidos sobre tres estudiantes estadounidenses en las excursiones que organizó profesionalmente.

El juicio se celebró en sesiones de mañana y tarde, los pasados 27, 28 y 29 de enero para poder interrogar telemáticamente a las tres víctimas –una desde Miami, otra desde Montana y la tercera desde Nueva York–, a la psicóloga Jennifer A. Bickell y a dos testigos, debido a la diferencia horaria (son seis horas antes).

Los magistrados de la Sala de lo Penal de la AN, María Riera, presidenta, José Ricardo de Prada, y Mercedes del Molino, ponente, lo han visto claro. Consideran que el acusado es autor de un delito de agresión sexual del artículo 179 del Código Penal, sobre la joven GV, que en 2013 tenía 20 años, y de dos delitos de agresión sexual del artículo 178 del mismo Código, sobre HMA y CVO, que en 2017 tenían 19 y 22 años, respectivamente.

Por la primera víctima le han impuesto a Blanco Vela 6 años de prisión y 40.000 euros de indemnización. Y por las dos restantes, 1 año y medio por cada una, y 1.500 euros, asimismo, de indemnización, más los intereses y las costas del juicio.  

Abel Isaac de Bedoya Piquer, abogado de las tres víctimas, está contento, si bien considera que la pena tenía que haber sido más alta: 15 años, que era lo que solicitaba. Lo mismo que las indemnizaciones. Pidió para GV, 600.000 euros, y 150.000 para HMA y la misma cantidad para CVO.

“Hay muchas más jóvenes que han pasado por esto. Mujeres que sufrieron violaciones y tocamientos. Hasta un número cercano a las 40. En principio la querella la iban a suscribir 10 pero por problemas de apoderamiento, finalmente nos quedamos en tres. Pero ha sido suficiente”, explica De Bedoya.

El caso emergió en 2018, con el movimiento #metoo en Estados Unidos.

GV, que había estado sometida a tratamiento psiquiátrico desde su estancia en España, tuvo el valor de dar un paso adelante y contarles a sus padres lo sucedido y públicamente, después, durante unas jornadas en la Universidad de Florida. El caso tuvo trascendencia mediática.

Dos jóvenes que escucharon su relato revelaron que habían sufrido situaciones similares durante un viaje organizado por la misma agencia en 2017. Este testimonio colectivo fue el detonante para que GV decidiera denunciar los hechos ante el cónsul general de España en Miami el 1 de marzo de 2018.

Para entonces, GV ya había sido diagnosticada con trastorno de estrés postraumático, un testimonio del impacto duradero de la agresión.

El abogado español, con fuertes conexiones en Estados Unidos, fue el puente que hizo realidad este juicio en la Audiencia Nacional, en Madrid, órgano competente por ser el acusado un nacional español.

EL MISMO MODUS OPERANDI SIEMPRE

“El modus operandi de este sujeto era siempre el mismo. Operaba como guía turístico desde Discover Excursión, su agencia de viajes, que tenía su sede en Sevilla. Las excursiones las hacía con 15 o 20 chicas pero él escogía a dos o tres. En el hotel en que se encontraran les decía que la calle era muy peligrosa y que se quedaran con él en el hotel. Era muy simpático”, relata De Bedoya.

“Después de un rato en el bar les invitaba a subir a su habitación o a la de cualquiera de ellas y bebían. En el caso de GV, como bien indica la sentencia, se dio la vuelta y le puso algo al champán, lo que le hizo perder el sentido. Poco después se produjo la agresión”, añade.  

Detrás de esa fachada de profesionalismo se escondía un patrón de comportamiento abusivo y depredador que afectó a estas, y a otras muchas más, jóvenes, sacando a la luz un caso de evidente abuso de poder y violencia sexual.

El primer incidente documentado ocurrió en noviembre de 2013, durante un viaje organizado por «Discover Excursión» al norte de Marruecos.

GV contrató el viaje “on line”. La última noche del viaje, en un hotel de Tánger, Blanco Vela se acercó a ella y a sus dos compañeras de habitación, AVB y NJ, mientras estaban en la terraza del bar del hotel.

Les propuso tomar champán en su habitación, a lo que accedieron. Una vez allí, Blanco Vela sugirió jugar a «verdad o atrevimiento» y les desafió a quitarse las camisetas, algo que las jóvenes rechazaron. Sin embargo, él mismo se despojó de casi toda su ropa, quedándose solo en ropa interior.

GV, después de injerir el champán, se sintió extremadamente cansada y se quedó dormida. Al despertar, se encontró sola en la habitación y, al dirigirse al servicio, vio a sus amigas con Blanco Vela, quien seguía en ropa interior, en el baño. Salieron todos. Pero minutos después, Blanco Vela entró en el baño –la joven no había echado el pestillo– de forma abrupta mientras ella se encontraba sentada en el retrete. Sacó el pene y le obligó a hacerle sexo oral. Recuerda que la golpeó y que cayó al suelo.

Al volver en sí al día siguiente sobre la cama supletoria, GV se encontró con el pijama puesto, sintiendo un dolor abdominal muy fuerte en la zona vaginal y anal, donde sentía escozor. Además presentaba moratones en ambas rodillas. Signos evidentes de violencia física y sexual.  

“Las sábanas estaban con heces y había heces a todo su alrededor y al levantarse cayeron al suelo, piensa que Manuel la sodomizo; tenía un estado mental muy confuso”, dice la sentencia. “Es indudable que en el caso de autos existió un acceso carnal, pues la victima ha contado como el acusado le introduce el pene en la boca obligándola a practicar sexo oral , para lo que la golpea”.

A pesar de la gravedad de los hechos, GV no denunció inmediatamente el incidente, lo que permitió que Blanco Vela continuara operando sin consecuencias.

El guía turístico, Manuel Gerardo Blanco Vela, entrando en el edificio de la Audiencia Nacional, donde se ha celebrado el juicio. Foto: EP.

CON LAS OTRAS DOS VÍCTIMAS EL PATRÓN FUE EL MISMO

En mayo de 2017, otro grupo de estudiantes estadounidenses de la Florida State University, que realizaban un viaje de estudios en Valencia, se inscribió en un viaje a Lagos, Portugal, organizado por «Discover Excursión». Durante la madrugada del 28 de mayo, Blanco Vela obsequió a dos de las estudiantes, HMA y CVO, con bebidas y entradas a un bar.

Posteriormente, las invitó a una «fiesta» en su habitación del hotel «Marina Club Lagos Resort». Al llegar, las jóvenes se dieron cuenta de que no había más invitados.

Blanco Vela comenzó a hacer preguntas de índole sexual y les propuso jugar a «verdad o atrevimiento». Aunque las estudiantes se negaron a acceder a sus propuestas, el acusado las inmovilizó en un rincón de la habitación, intentando forzarlas a participar en actos sexuales. HMA logró liberarse y abrir la puerta, amenazando con revelar lo ocurrido, lo que finalmente obligó a Blanco Vela a soltar a CVO.

Ambas denunciaron los hechos al regresar a España el 29 de mayo de 2017, iniciándose así una investigación judicial. En los dos casos el tribunal aprecia el empleo de violencia.

Durante su informe final, De Bedoya empleó un ejemplo muy simple pero muy eficaz para explicar el efecto de las agresiones sexuales sufridas por las tres jóvenes. Para ello, empleó un folio.

«Señorías, mis tres patrocinadas eran, antes de lo sucedido, como este folio en blanco», dijo. A continuación estrujó el folio y lo volvió a estirar. «Como pueden ver, después de haberlo estrujado es imposible que el folio vuelva a estar como antes. Eso es precisamente lo que les ha pasado a GV, HMA y CVO, que, entonces, tenían 20, 19 y 22 años respectivamente. Por mucho que hagamos aquí, nada volverá a ser como antes para ellas».

LO QUE HA DICHO EL TRIBUNAL

“Valoramos este testimonio como veraz y creíble, no apreciamos que la víctima, con esta denuncia obtenga beneficio ni que lo preste movida por enemistad o resentimiento. GV no tenía una relación previa con el acusado al que solo conocía por ser el responsable de los guías de un viaje que hizo. También es persistente en lo fundamental”, dice el tribunal en su sentencia.

“Contamos también en el caso de la agresión de GV con el testimonio de la especialista en Psicología que la trató desde noviembre de 2014, hasta 17 de febrero de 2015, en el que relata que GV acudió a su consulta por estar angustiada y deprimida. Pero en las primeras semanas del tratamiento se evidencio el trauma que esta padecía y se le diagnostico como TEPT [trastorno de estrés postraumático], aclarando que a lo largo del trabajo con GV, la misma se dio cuenta de la agresión y violación sufrida”, añade.

El acusado negó los hechos, tanto los relativos a GV, en 2013, como los de HMA y CVO, en 2017. Reconoció que había tenido relación con chicas norteamericanas pero siempre fueron consentidas.  

La condena no es firme. Blanco Vela puede recurrir ante la Sala de Apelación de la Audiencia Nacional.

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