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Opinión | La llamada: Putin impone su ritmo, Trump acepta y busca avanzar rápido. Oriente Medio, energía y tierras raras sobre la mesa
Jorge Carrera, abogado, exmagistrado y exjuez de España en Washington, analiza las consecuencias de la llamada que ayer protagonizaron Vladimir Putin y Donald Trump. Foto: Grok.
19/3/2025 12:49
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Actualizado: 19/3/2025 12:49
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La llamada telefónica mantenida hoy entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin marca un hito significativo en el escenario geopolítico actual, con implicaciones de gran alcance para el conflicto en Ucrania y el equilibrio del orden global.
Este diálogo, cargado de simbolismo y trascendencia estratégica, se produce en un contexto internacional marcado por tensiones crecientes y desafíos multilaterales que demandan respuestas coordinadas.
Para Trump, la conversación llega en un momento especialmente crítico. Además de enfrentar incertidumbres macroeconómicas y políticas en el ámbito interno, su administración debe navegar un panorama global cada vez más volátil.
Oriente Medio, en particular, emerge nuevamente como un foco de tensión, con riesgos latentes de escalada en cualquier momento. En este escenario, la interacción con Putin adquiere una relevancia aún mayor, ya que podría sentar las bases para una reconfiguración de alianzas y rivalidades en el tablero mundial.
Aunque es tentador asumir que Ucrania fue el tema central de la llamada, es crucial no pasar por alto otros asuntos de extraordinaria importancia que han surgido en la agenda bilateral: Oriente Medio, la energía y las tierras raras.
Estos temas, junto con el conflicto ucraniano, reflejan la complejidad de las relaciones entre ambas potencias tal y como se quieren definir por Trump y su impacto en la estabilidad global.
Este análisis profundiza en el contenido, el contexto y las posibles consecuencias de esta conversación de alto nivel, que concluyó con expresiones de optimismo por ambas partes.
Sin embargo, más allá de las declaraciones públicas, persisten interrogantes clave sobre el impacto real de este diálogo en la resolución del conflicto ucraniano y en la estabilidad internacional en un momento de creciente polarización.
Contexto geopolítico actual: La conversación Trump-Putin
La conversación telefónica entre Trump y Putin se produce en un momento de profunda reconfiguración del tablero internacional. El 12 de febrero de 2025, apenas un mes atrás, ambos líderes mantuvieron su primera comunicación directa, comprometiéndose a restaurar las relaciones bilaterales y buscar una solución a la guerra en Ucrania, que continúa tres años después de la invasión rusa.
Este primer contacto inauguró un período de intenso acercamiento diplomático entre Washington y Moscú.
La semana posterior a esa primera llamada fue testigo de la Conferencia de Seguridad de Múnich, donde quedaron evidenciadas las crecientes diferencias entre Europa y Estados Unidos sobre el conflicto ucraniano y otros asuntos internacionales.
Este distanciamiento transatlántico se profundizó con la histórica reunión entre los ministros de Exteriores de ambas potencias en Riad, Arabia Saudita, el primer encuentro a ese nivel desde la invasión de Ucrania.
El escenario actual revela una reorientación radical de la política exterior estadounidense, con Trump distanciándose notablemente del presidente ucraniano Zelensky. Esta evolución ha relegado a Ucrania y a Europa a un papel secundario en unas negociaciones que determinarán su propio futuro.
Antecedentes inmediatos
En los días previos a la conversación de ayer, Trump había señalado que «mucho trabajo ha avanzado durante el fin de semana» en las negociaciones de paz con Ucrania.
La semana pasada, en Arabia Saudí, Ucrania aceptó una propuesta estadounidense para un alto el fuego total inmediato y prorrogable de treinta días en tierra, mar y aire entre Kiev y Moscú.
Análisis del contenido de la llamada
La conversación entre ambos mandatarios comenzó a las 10:00 a.m. hora de Washington y se extendió durante al menos 90 minutos, concluyendo alrededor de las 12:52 p.m., según informó la Casa Blanca.
Dan Scavino, portavoz de la Casa Blanca, indicó a las 10:54 a.m. que la llamada transcurría «bien» y posteriormente confirmó su finalización sin especificar el momento exacto en que cada parte colgó.
Temas abordados
Aunque no se han revelado detalles exhaustivos sobre los temas tratados, fuentes consultadas sugieren que la conversación se centró en varios puntos clave:
1. Negociaciones para un alto el fuego: Una prioridad fundamental fue avanzar hacia un acuerdo que permita detener temporalmente las hostilidades en Ucrania, sentando las bases para una posible resolución del conflicto.
2. Concesiones territoriales: Un aspecto central de la llamada fue discutir las concesiones que Rusia estaría dispuesta a realizar, incluyendo la posible retirada de tropas de algunos territorios ocupados en los últimos tres años.
3. División de activos: Trump había sugerido previamente que los negociadores estadounidenses han explorado la idea de «dividir ciertos activos», una expresión ambigua que podría referirse tanto a recursos naturales como a territorios en disputa.
4. Tregua en ataques a infraestructuras estratégicas: Ambos líderes parecen haber alcanzado un entendimiento para establecer una tregua en los ataques a refinerías y otras infraestructuras críticas, un paso significativo hacia la estabilización del conflicto.
Sin embargo, un análisis cuidadoso del comunicado emitido por la Casa Blanca («readout») sugiere que los temas abordados trascienden el conflicto en Ucrania. De hecho, es probable que los asuntos más urgentes para Trump en este momento sean otros, y entre ellos destacan dos ejes principales, tal y como se desprende del propio «readout» de la Casa Blanca, que citamos literalmente:
Eje energético
“Los líderes acordaron que el camino hacia la paz comenzará con un alto al fuego en los sectores de energía e infraestructura, así como con negociaciones técnicas para implementar un alto al fuego marítimo en el Mar Negro, un cese al fuego completo y una paz permanente”.
Oriente Medio
“Ambos líderes hablaron en términos generales sobre Oriente Medio como una región de posible cooperación para prevenir conflictos futuros. Además, discutieron la necesidad de detener la proliferación de armas estratégicas y se comprometieron a colaborar con otros actores para garantizar la aplicación más amplia posible de este objetivo. Ambos líderes compartieron la postura de que Irán nunca debería estar en condiciones de destruir Israel”.
Además, desde fuentes rusas ha trascendido que Putin habría insistido a Trump en la necesidad de detener los suministros de armamento a Ucrania. Sin embargo, este punto no parece estar formalmente contemplado en los acuerdos verbalizados por ambas partes, lo que deja abierta una brecha significativa en las negociaciones.
Análisis del lenguaje y tono empleado
El lenguaje utilizado por los representantes de las partes tras la llamada resulta especialmente revelador:
El portavoz de la Casa Blanca describió que la conversación «había ido bien», mientras que fuentes consultadas por CNN fueron «aún más optimistas», señalando que el encuentro telefónico «había ido muy bien».
Sin embargo, es en el lado ruso donde encontramos expresiones más entusiastas. Kirill Dmitriev, enviado de cooperación internacional de Putin, utilizó un tono triunfalista y grandilocuente: «¡Bajo el liderazgo del presidente Putin y el presidente Trump, el mundo se ha convertido hoy en un lugar mucho más seguro! ¡Histórico! ¡Épico!». Esta retórica sugiere que Rusia percibe los resultados de la conversación como altamente favorables a sus intereses.
El Kremlin, no obstante, mantuvo inicialmente la prudencia, sin emitir comentarios oficiales inmediatos sobre la llamada.
Objetivos aparentes de Donald Trump
1.- Pacificador Internacional: Presentarse como un líder capaz de resolver conflictos internacionales complejos que sus predecesores no lograron solucionar, reforzando su imagen como negociador efectivo en el escenario global.
2.- Cumplimiento de promesa electoral: Trump aseguró durante su campaña que estaría en disposición de concluir rápidamente la guerra en Ucrania, y este esfuerzo diplomático podría ser un paso hacia el cumplimiento de esa promesa.
3.- Acuerdo de Alto el Fuego: Lograr un cese temporal de hostilidades que pueda presentarse como un avance significativo hacia la paz, consolidando su rol como mediador clave en el conflicto.
4.- Reestablecimiento de Relaciones con Rusia: Normalizar los lazos con Moscú como parte de una reorientación estratégica de la política exterior estadounidense, alejándose del enfoque de confrontación de administraciones anteriores.
5.- Establecer acuerdos energéticos: Asegurar acuerdos que beneficien a Estados Unidos en el ámbito energético, fortaleciendo su posición en el mercado global de hidrocarburos.
6.- Asegurar la política de Oriente Medio: Contar con la cooperación de Putin para abordar desafíos en Oriente Medio, particularmente en relación con Irán y la estabilidad regional.
Objetivos aparentes de Vladimir Putin
1.- Reconocimiento Internacional: Obtener legitimidad para su posición en el conflicto ucraniano, buscando el reconocimiento tácito de sus acciones por parte de Estados Unidos.
2.- Consolidación Territorial: Asegurar el control de los territorios ocupados en Ucrania, consolidando las ganancias territoriales obtenidas en los últimos años.
3.- División Occidental: Profundizar las fisuras entre Estados Unidos y sus aliados europeos, debilitando la unidad de la OTAN y la cohesión de Occidente frente a Rusia.
Posibles objetivos no declarados
De Trump:
Creación de un nuevo eje energético EE.UU.-Rusia: Establecer una alianza energética estratégica con Rusia que permita a Estados Unidos fortalecer su influencia en el mercado global de energía.
Diferenciación política: Distanciarse radicalmente de las políticas de administraciones anteriores, redefiniendo el enfoque de Estados Unidos hacia Rusia y el escenario internacional.
De Putin:
Tiempo estratégico: Ganar tiempo para reorganizar sus fuerzas militares y consolidar posiciones en Ucrania, preparándose para posibles escenarios futuros.
Alivio de sanciones: Buscar alguna forma de reducción o flexibilización de las sanciones económicas occidentales, aliviando la presión sobre la economía rusa.
Restauración de influencia: Recuperar el estatus de Rusia como potencia global con zonas de influencia reconocidas, reafirmando su papel en el orden internacional.
Conclusiones y consecuencias previsibles: Reconfiguración del orden internacional
La llamada entre Trump y Putin refuerza la tendencia hacia un nuevo orden internacional caracterizado por negociaciones directas entre grandes potencias, marginando organizaciones multilaterales y países de menor influencia. Este enfoque representa un retorno al concepto de «zonas de influencia» que Putin ha defendido persistentemente durante su mandato.
Impacto en el conflicto ucraniano
A corto plazo, podemos anticipar:
Alto el Fuego Temporal: Es probable un cese temporal de hostilidades que podría estabilizar momentáneamente la situación en Ucrania, aunque sin resolver las causas subyacentes del conflicto.
Concesiones Territoriales: El enfoque de negociación de Trump sugiere que podrían aceptarse algunas o buena parte de las anexiones territoriales rusas.
Incertidumbre para Ucrania: El futuro de Ucrania queda en una posición precaria, con dudas sobre su integridad territorial, pudiendo también perfectamente ser uno de los elementos de la agenda oculta el reemplazo de Zelenski.
Relaciones transatlánticas
La estrategia unilateral de Trump probablemente intensificará las tensiones con los aliados europeos y los miembros de la OTAN, exacerbando los desencuentros transatlánticos ya existentes.
En este escenario, es previsible que la alianza atlántica vaya reconfigurando sus objetivos y su estructura.
China
La aproximación entre Trump y Putin plantea desafíos significativos para China, pero también oportunidades. Pekín no permanecerá pasivo ante los intentos de aislamiento, sino que implementará una estrategia multidimensional para proteger sus intereses y mantener su trayectoria ascendente como potencia global.
A corto plazo, China reforzará su alianza con Rusia mientras se prepara para una posible intensificación de la competencia con Estados Unidos. Simultáneamente, buscará fortalecer su posición internacional diversificando alianzas y consolidando su influencia en regiones estratégicas.
A medio y largo plazo, China continuará su transformación hacia un modelo económico menos dependiente de los mercados externos, acelerando su desarrollo tecnológico autónomo y fortaleciendo sus capacidades militares para disuadir posibles presiones.
La aproximación Trump-Putin, lejos de debilitar la posición china, podría catalizarla hacia una postura más asertiva y autónoma en el escenario internacional, acelerando la transición hacia un orden mundial multipolar donde China jugaría un papel central e ineludible.
Consideraciones finales
La llamada entre Trump y Putin del 18 de marzo de 2025 representa un punto de inflexión en las relaciones internacionales contemporáneas. El entusiasmo mostrado por la parte rusa, contrastado con la cautelosa positividad estadounidense, sugiere un reequilibrio de poder que de entrada favorece las ambiciones estratégicas de Moscú.
En las próximas semanas, será crucial observar cómo se materializan los acuerdos discutidos en esta llamada y cómo reaccionan los actores excluidos de estas negociaciones bilaterales, especialmente Ucrania y las potencias europeas, ante lo que podría constituir una redefinición radical del escenario geopolítico global.
A medio plazo será también fundamental observar las reacciones de China y la evolución de la alianza ruso-china.
Sin embargo, es crucial destacar que, como hemos señalado en anteriores análisis, Vladimir Putin parece estar mejor posicionado en estas negociaciones. El líder ruso ha logrado imponer sus tiempos y ha sabido interpretar hábilmente las urgencias y necesidades de Trump.
Esta ventaja estratégica le permite mantener una posición fuerte en el diálogo bilateral.
Por su parte, Estados Unidos también tiene la oportunidad de alcanzar acuerdos que favorezcan significativamente sus intereses económicos. Es probable que estos se materialicen en las próximas semanas o meses si finalmente el proceso evoluciona positivamente.
No obstante, los grandes perdedores en este escenario son, sin duda, Ucrania y Europa, cuyos intereses podrían verse marginados en este nuevo equilibrio de poder.
Finalmente, China se encuentra en un terreno de incertidumbre que podría transformarse en oportunidades si logra manejar con astucia sus cartas. El gigante asiático enfrenta nuevos desafíos, pero también la posibilidad de redefinir su papel en un contexto global en constante evolución.
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