El nuevo impuesto sobre determinados servicios digitales, la conocida como tasa Google, se someterá este jueves a su primer examen en el Pleno del Congreso.
Es previsible que el coste lo terminen soportando pequeñas empresas, autónomos, usuarios -especialmente aquellos con rentas bajas-, organizaciones sin ánimo de lucro u organismos públicos. Todos ellos conforman la parte de mayor crecimiento de la economía digital