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Orgulloso del «régimen del 78»

Orgulloso del «régimen del 78»
21/2/2015 00:00
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Actualizado: 13/8/2018 11:48
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Juan Carlos Monedero, el ideólogo de Podemos, volvió a referirse –una vez más- al “régimen del 78” en la rueda de prensa que dio el viernes, 20 de febrero, para explicar la legitimidad y limpieza de los 425.000 € que recibió del Banco del Alba. Institución presidida, como se sabe, por Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.

Para Juan Carlos Monedero y los suyos la historia reciente, el periodo democrático que va desde la aprobación de la Constitución de 1978 y 2014 –cuando nació Podemos- no existe. Para Juan Carlos Monedero y los suyos este tiempo es una prolongación de la dictadura del general Franco.

“La casta”, como definen desde Podemos a los políticos actuales son “colaboracionistas”; están vendidos al Capital, que es el que, en última instancia, mueve a todos como marionetas.

Es decir, que el periodo que media entre 1978 y 2014 en la historia de España es poco menos que una nueva versión de “El show de Truman”.  

España ha sido un programa “reality” en el que todos los españoles, como el protagonista, Truman Burbank –que interpreta Jim Carrey-, hemos vivido en un decorado falso, rodeados de cámaras de televisión ocultas, manejados y controlados en todos los aspectos de nuestras vidas, por esa “casta”, sin haberlo siquiera sospechado hasta ahora.

Hasta que Juan Carlos Monedero y sus “compas” de Podemos nos lo han revelado. Como hizo Yahvé con Moisés.  

Desde su punto de vista, estos 36 años de democracia –el más largo, estable y próspero de nuestra historia- han sido una gran mentira.

Y lo repiten una y otra y otra y otra vez.

Todo lo construido y las conquistas realizadas en este tiempo, como la educación, la sanidad universal, las carreteras, las comunicaciones, la estabilidad política… la paz, no tiene importancia.

Es el final de Franco y después 2014. En el centro “un agujero negro”.

Pretenden que hagamos lo que hacemos cuando vamos a ver una película de ciencia ficción al cine: que suspendamos la credulidad durante la hora y media que dure el filme. Porque sólo así podremos creernos que Superman vuela o que los X-Men tienen los poderes que muestran en pantalla.

Cuando salimos a la calle recuperamos nuestro sentido crítico y comentamos lo que nos ha parecido. Pero sabemos que es una historia, un cuento, un relato. Ficción.

Así, ningún partido político puede pretender que en la vida real suspendamos nuestra credulidad, nuestro sentido crítico y nuestra razón cuando nos cuentan algo, afirmando que es verdad.

Por eso, cada vez que, desde Podemos, repiten machaconamente lo del “régimen del 78” me viene a la memoria Joseph Goebbles, el gran manipulador de manipuladores, quien fuera ministro de Propaganda del Partido Nazi.

La mano “comunicativa” de Adolf Hitler.

Una de las máximas más conocidas de Goebbles era: “una mentira que se repite mil veces se convierte en verdad”.  

Es el llamado “principio de la orquestación”. El sexto principios de los once que acuñó el doctor.

“La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas”, dice Goebbles.

No puede haber un pensamiento más actual.

Desde el punto de vista de Podemos, por lo tanto, si se repite una y otra vez eso del “régimen del 78”, al final calará lo suficiente para que todo el mundo termine admitiéndolo como si fuera “la verdad absoluta”.

Su verdad.

Pero es que también aplican muchos de esos principios, como el de la “simplificación”, individualizar al adversario en un enemigo único –“la casta”-; o el de la “unanimidad”, convenciendo a los que se dejan de que todo el mundo piensa como ellos, creando una falsa sensación de consenso generalizado.

Goebbles ha pasado a la historia como el primer gran ideólogo de la propaganda política de la historia moderna, si bien tuvo buenos “inspiradores”: sus homólogos bolcheviques y los profesionales de la publicidad estadounidenses.

Sus técnicas, y las de sus emuladores actuales, de un signo y de otro, se están aplicando por todos los medios disponibles.

Es la conquista por la mente y el apoyo de los ciudadanos.

Porque esa es la clave de bóveda de este “régimen del 78”: la democracia, el voto individual.

Cada uno de nosotros, ciudadanos de un país libre, tenemos en nuestras manos el poder de cambiar el destino de nuestra nación. A través de las urnas.

Éste es el año de las grandes decisiones.

Y será posible gracias a ese “régimen del 78”.

Gracias a este régimen “maldito” los señores de Podemos, y del resto de los partidos, tienen la posibilidad de contarnos a los españoles su visión de la realidad, de tratar de convencernos de que “el pescado” que venden es fresco y recién salido del mar.

Están en su derecho.

Como los acusados, pueden mentir en su defensa.

Y nosotros, al igual que los jueces –porque eso es lo que somos, al fin y al cabo, en este asunto-, podremos creernos lo que dicen, o no. Y apoyarles, o no.

Pero ya adelanto a Juan Carlos Monedero y a sus colegas de Podemos que eso del “régimen del 78” no cuela.

Porque la mayor parte –la mayor parte- de estos 36 años pasados, hasta el nacimiento de Podemos, han sido prósperos y estables y que esta España no tiene nada que ver con la dejó Franco.

Nada.

Eso lo vemos todos. Hasta los ciegos.

¿Qué son necesarias reformas?

Muchas. Somos conscientes.

¿Qué hay que acabar con la corrupción y los corruptos?

¡Cuánto antes! ¡Ya! Pero no todos los políticos son corruptos por el hecho de serlo. Conozco a muchos que son personas respetables y honradas.

Con mentiras repetidas de forma machacona, como la del “régimen del 78”, no vamos a ninguna parte.

Con mentiras, no.

En lo que a mi respecta –y no soy el único que piensa así- estoy muy orgulloso del régimen del 78, de la Transición, y de esta España democrática que hemos construido en estos 36 años pasados.

Esta mentira, por más que la repitan los señores de Podemos, no se convertirá jamás en verdad.

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